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Agroinforme VS. La City


“Si el hombre no se salva con

la cultura, no se salva con nada”.

Clemente Estable.

Por Matías Rótulo para el Semanario Voces / 07-08-09

El mes pasado comparé algu­nos programas de Canal 5 con los de su mismo tipo en otros canales de televisión. Hoy de­bería comparar “La City” (4) con “Agroinforme”. La razón es que Agroinforme muestra una cantidad de animalitos, vaquitas, caballitos, ovejitas a punto de ser rematados y con cotización en la bolsa. Lo mis­mo en La City. No caeré en el chiste fácil de comparar una vaca con una modelo. Digo que las y los protagonistas de La City son como los rumiantes que mueven la boca y no dicen nada y cuanto más se muestran más valen y siempre están a punto de ser rematadas al me­jor postor.

La City es un intento poco creativo de traer la farándula para Uruguay. O mejor dicho, de generar una farándula en un lugar dónde el más famo­so de todos, va a comprar hue­vos los domingos a la feria, al igual que el menos conocido de los pobres. La City no deja de hacer referencia a la farán­dula uruguaya en Argentina o la argentina en Argentina, por lo que es más de lo mismo. No­sotros pensábamos que lo más atractivo del chusmerío local era saber si Laura le planchaba las camisas a Cacho, o si Carina lo sopapeó a Gaspar para que no hiciera más muecas al aire. Luis Ventura co-conduce con otras personas (no voy a nom­brarlos porque la estrella es Ventura y el resto queda opa­cado entre tanta nada).

Ventura se muestra tedioso, impaciente, nervioso, ajeno e impertinente en nuestro me­dio. Viene con ese discurso del “periodismo” de espectáculos, titubeando en la conducción y cada palabra, pero con las “pruebas” en la mano en for­mato de disco compacto. Trae en su discurso esa razón casi corporativista y autoritaria de decir “le damos a la gente lo que la gente quiere ver”. En todo caso, en la sociedad de consumo “le damos primero a la gente algo que llene el ojo para que la gente luego elija seguir consumiendo”. Es muy divertido saber si Paula y Mar­celo se separaron, porque no me pasó a mí. Es el vouyerismo en su máxima expresión. Es mi­rar la desgracia ajena con cier­to morbo y entretenimiento. Pero claro, como le dimos eso una vez a la gente, y a la gen­te que una vez le gustó darse cuenta que uno no es el único desgraciado en el mundo, se lo seguimos dando porque la gente lo pide. Podrán decir “la gente se abstrae de sus preocu­paciones diarias, de la pobreza, de la soledad y nos mira” Y en­tonces ¿por qué no le decimos a la gente que hay películas, libros, teatros, música, lugares para estudiar, museos, vecinos, etc., para poder distraerse de la soledad y la angustia?

Claro, porque viendo como los demás son miserables, yo soy menos miserable.

Farándula

Nos quieren decir que hay una “farándula” en Uruguay. Luis Ventura, que hace periodismo de “vida privada”, vidas sin im­portancia para el resto, se olvi­da del rol social del periodismo. El periodismo de espectáculos sería una variación autocom­placiente del periodismo de la cultura justificando lo que es “no-cultura”. Pero no se habla del espectáculo sino de los su­jetos que hacen el espectáculo. De la obra, programa, textos, música, y demás parece que el periodismo de espectáculo “no sabe nada”. A cambio, a la so­ciedad le queda un montón de información que no asimila ya que nada le afecta, y olvida al otro día. O miramos un deba­te entre minas que dicen que tienen más talentos que otras, pero ¿cómo miden el talento? Después del debate del talento afirman la mayoría “yo estoy estudiando” y nombran todo lo que estudian menos cocina y albañilería. ¿Y el talento? La City viene a romper los esque­mas del medio uruguayo, pues antes Uruguay lo miraba desde afuera con “Intrusos” o “Los Profesionales”. Luego apare­ció la Revista “Caras Uruguay”, y nada fue igual. Resulta que saber si el cantante de Cursi hace mandados pasó a ser im­portante. Conocer en exclusiva al esposo de Fernanda Cabre­ra ¡Nos puede aliviar de tan­tas problemas! Claro que hay público para todo y como es­tamos en democracia, se debe respetar la elección libre de los ciudadanos.

Como hay que darle a la gen­te lo que quiere, digo: expli­caré por qué cité al principio a Clemente Estable. Si me lee la próxima semana se lo cuen­to. Tengo una grabación que lo vincula con “Juji”, la note­ra gritona con problemas de dicción de “Parque Jurásico” y “Bien Despiertos”. En cuanto a Agroinforme, subirían el rating si mostraran un gallinero en medio de una gran riña. A In­trusos con eso le va bien.

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