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Que baila carolina

Un poema sobre una bailarina. que esta noche baila… como un grito que besa  el perfume que congela la visión de la amarga libertad. el gigante murmura solo, mastica bronca como esclavo que se relame el miedo  y escupe sangre la piel no resiste el grito del latido descendiente que retumba en el puño  abierto hacía la tierra,  silencio… hay noche.  y te siguen carolina  porque hay noche y hay llamadas porque los pies se amontonan entre huellas que suplican a la tierra empapada que esta noche: te sigue carolina, el gigante se retuerce, de su sudor bebe el ojo del calor la boca seca de la tierra que tiembla  con tus pasos que lo inquietan porque hay que hacer  silencio…  hay noche, y esta noche baila esta noche carolina  Matías Rótulo, 2018

Tengo a mis muertos

Una historia íntima sobre los seres queridos del autor de este breve poema.  tengo los rulos de mi tío veto tengo la tristeza de mi tía gloria tengo la inteligencia de mi hermano damián tengo la franqueza de mi tío nilo tengo la sonrisa de mi primo alberto tengo a mi padre en el camino tengo la libertad de mi abuelo tengo la esperanza de aquel niño que no vino tengo a mis muertos aquí mismo donde los puedo extrañar cada vez que los escribo MR. 2018

Dios no cree en mí

Luis murió de un disparo en la boca. Respiró su última bala, la masticó tanto que perdió ahí mismo todos sus dientes. Vomitó sangre por lo que le quedaba de mentón.  La bala, o el efecto de la explosión le arrancó un granito interno del labio, uno de esos llamado "sapitos", que ni saltan ni son verdes, pero que tienen el nombre de un animal desagradable, un bichito que no nos pondríamos en nuestra boca nunca, pero lo llevamos con dolor cuando ellos se meten solitos. Por eso la princesa besa al sapito para conseguir que el príncipe vuelva a ser el hombre más bello de todos. Los sapitos y las ranitas parecen que mean cuando se asustan y por eso no nos pondríamos uno vivo en nuestras bocas, cerca de los lagrimales. Si, lagrimales de la boca. Esos lanza-chorros que disparan babita cuando comemos, estamos a punto de vomitar, besamos, cuando tenemos ganas de comer algo que nos gusta, ni bien un sabor nos impresiona por lo ácido, lo dulce, lo salado, lo agrío... Claro

Cuestiones de L I V E R T A

Soy un profesor de literatura que le lleva a mis estudiantes el discurso de la libertad. Intento romper el molde de las ataduras, pero los quiero bien atados en los bancos escuchándome.  Por Matías Rótulo Soy un profesor de literatura que le lleva a mis estudiantes el discurso de la libertad . Intento romper el molde de las ataduras, pero los quiero bien atados en los bancos escuchándome. "Sean libres" les propongo desde mi más absoluta libertad, atándolos a una libertad que no tienen. Los apreso en el discurso. Los envuelvo en mis ideales. Los hago libres en cadena perpetua.  Me encuentro en este año desafiando el programa oficial de tercer año. Una inspectora me dijo "mientras vos justifiques lo que hacés, podés ser libre" . Entonces no soy tan libre, porque lo tengo que justificar.  Me imagino sintiéndome libre de hacer lo que siento, -de besar a una muchacha por ejemplo-, porque ella me deja hacerlo, porque me gusta y le gusto, y en ese

La concha del mar (la poesía pum)

Hace días que no escribía nada y me encontré con mi amigo el poeta que me robó las comas y los puntos finales... Hace días que no escribía nada y me encontré con mi amigo el poeta que me robó las comas y los puntos finales para quedárselos para siempre e invitarme a dejar de lado los buenos modales de la idioma que usamos y que nos dice que es de malos modales putear y carajear y insultar pero que gracias a ese idioma podemos putear y carajear y insultar y poner al lado de una i griega otra letra con sonido igual a la i griega cuando la i griega no suena a ye, de calle, que va con doble ele, y mi amigo, me, devolvió, las, comas y los puntos finales. Murió la poesía en tres sílabas pum pum pum estás muerta poesía nació de una vagina vagina de mujer de mujer en un video de video de Maluma Hace días me contuve de estornudar, y se me abrió el cráneo de tanta presión, crujió, cretinamente saltó la crema. Entonces me volví a encontrar con mi amigo el poeta, absurdo, iba des

Bosnia: Spinetta y su Guernica

Luis Alberto Spinetta retrató en su música el recuerdo permanente de una guerra sangrienta, brutal e infame, así como Pablo Picasso lo hizo en su momento desde su pintura. Analizamos "Bosnia" en Apuntes Spinetteanos. Por Matías Rótulo E ra el año 1992 cuando Bosnia empezó a temblar. Recuerdo las lejanas imágenes de la televisión que con mi adolescencia a punto de nacer, me revelaban la muerte de una generación que nunca más iba a vivir.  El conflicto sigue siéndome ajeno, pero no impropio. En tiempos de guerras, aviones caídos por bombas teledirigidas, ataques y sirenas, desapariciones y dulces amenazas en ese juego llamado matar a mi enemigo, no puedo más que escuchar "Bosnia". La llamada "Guerra de Bosnia" fue una reedición del intento suicida (es suicida cuando el hombre atenta contra el hombre) de exterminio de un población entera de civiles. Los casi nueve mil musulmanes Bosnios que murieron en Srebrenica, nos hace imposible d

Paulo Coelho no tiene la culpa

Paulo Coelho no es un mal escritor. Lo digo sin vergüenza y me someto a cualquier jurado, y debato con cualquiera, empezando por Mercedes Vigil.  El problema lo tienen quienes lo leen.   Por Matías Rótulo No entienden que su simpleza, criticada injustamente, obedece a que el mundo es estúpido, perdón, la gente lo es, y que por lo tanto merecemos una literatura así. También merecemos el fútbol, los juegos de azar, la televisión, el fin de semana del patrimonio, las carreras 4k, 5k, 6k 182k que se hacen todas las semanas, haciendo que la gente pague para correr sabiendo que no va a ganar nunca el primer lugar. Que pague sabiendo que se puede correr libremente, sin apuro y sin controles en la hermosa Montevideo. Que pague al igual que pagan por los libros de Coelho siendo que tienen la explicación y análisis de la obra en Rincondelvago con sólo buscar información sobre alguna obra de Shakespeare, Calderón, o inclusive Auster, dado que Coelho vive rindiéndole homenaje a lo ya escr