PAPELES SALVAJES
En
la madrugada de un fin de semana de diciembre se encontraron cuatro muchachos.
Dos eran hinchas de Peñarol y dos eran hinchas de Nacional. Estaban en Bulevar
Artigas y Agraciada. Los de Nacional pintaron “Bolso decano” y los de Peñarol
fueron atrás, minutos después, y pintaron encima de “decano”, la palabra
“puto”. A los de Nacional se les ocurrió dar la vuelta y ahí comenzó la pelea.
Por
Matías Rótulo (publicado el 7/3/13 en Voces)
Los muros de la ciudad
son la carta de presentación para el visitante turista (amigo, según lo que
propone el gobierno). Se los ve por el Prado y la rambla arriba de un ómnibus
de dos pisos, de colores chillones que todavía es una novedad en la gris
Montevideo. No se bajan, miran las fachadas de casas y edificios, dan algunas
vueltas, los guías de turismo les dicen lo hermoso que es este lugar y los
visitantes pagan chucherías que tienen plasmado en algún lugar la palabra
“Uruguay”. En el camino ven estos adinerados amigos, en esas paredes que
contienen nuestras pasiones vidas adentro, el testimonio de una guerra inútil a
la vista de todos. Los graffitis, que en una época denunciaron abusos con
ingenio y oportunidad, hoy se han convertido en una pelea más entre hinchas de
fútbol. Una pelea violenta y simbólica
“La Banda del Parque”
que ha dominado las paredes con las siglas de su agrupación tricolor “LBDP” generó,
sin quererlo, ideas a los “Vagabundos” de Wanderers, y a los tuertos violetas. Que
conste que algunos hinchas de Wanderers ni siquiera saben escribir el nombre de
su club y se lee “Wanders” y hasta “Woanders”.
Así, la ciudad comenzó
a ser el cuaderno de quejas e insultos de los hinchas de fútbol. Se ven los
escritos encima de los escritos. Donde decía “manya campeón” se lee encima de campeón
“policía”, entonces vinieron los de Cerro y pintaron “manya” y escribieron
después de “policía” “son los del bolso y los del manya”. Atrás vinieron los de
Danubio y agregaron “como los tuertos” (pared de Colonia y Ejido).
Las paredes, las
paradas, los carteles de las calles, las veredas, los muros de centros
educativos e iglesias parecen papiros de la pasión o testigos de la falta de
imaginación de los hinchas de fútbol.
La
pelea inútil
Al principio de esta
nota comencé detallando una pelea en Agraciada y Bulevar ocurrida hace pocas
semanas. En las calles, de madrugada, se ven “brigadas” de hinchas de fútbol
buscando paredes. ¿Quiénes financian estas prácticas? Van con mochilas llenas
de pomos de spray y a cara casi cubierta hacen su trabajo. Si van a cara
cubierta es que es una tarea peligrosa ¿Qué ganan los hinchas de fútbol en la
guerra de las paredes? ¿Qué logran ellos y sus equipos pintando encima de lo
que pintaron otros? Más aún ¿Cuál es el beneficio del equipo de fútbol que debe
ganar el partido, única lucha que es realmente necesaria al final de cuentas?
Montevideo parece masacrado
por los escritos, insultos y rayones que carecen de originalidad. Escribir
“puto”, “policía”, “cagón”, y “gallina”,
se lee como una sumatoria de insultos repetidos por todos los hinchas de todos
los clubes, y al final de cuentas, se da un simple intercambio donde todos
quedan empatados.
Quizás, lo que se dicen
en los muros pueda o no tener una repercusión en la cancha, o en los ajustes de
cuentas entre hinchadas, no lo sé. Lo que sí sé es que en la carta de
presentación de Montevideo, mostramos que el fútbol es la pasión de multitudes,
pero que también los hinchas de fútbol no se toman el trabajo de pensar en cómo
sería la mejor forma de defender a su equipo y que poco les importa la ciudad
donde viven. Mucho menos les importa el clima de violencia en el que se mueven
a menudo, y lo replican simbólica y textualmente en una ciudad que ya venía
arrastrando mucha violencia desde antes.
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Matías Rótulo.