Por Matías Rótulo/ Voces 24-05-2009
Comenzó “Show Match” en su vigésima temporada.
Hace veinte años, Alfonsín bajaba el telón de la esperanza. Asumía Carlos Saúl. El mismo que dejó empresas abiertas y un Estado cerrado. Hubo voces de adhesiones a un proyecto internacional conjunto llamado MERCOSUR. Y un idiota de pelo corto se colgaba del flequillo de los “Beatles” para comenzar
un programa deportivo.
Luego fue el sinónimo de una década, de un país hermano, que de a poco comenzó a ser tan nuestro, como nosotros suyo. De un modelo social: el de la estupidez. Entonces nadie habló de nada más que de aquello que se habló la semana pasada.
Un montón de risotadas en off demostrando
el oficio del idiota: hacernos reír de cosas poco inteligentes pero bien graciosas. Como cuando un niño se ríe de otro cuando se cae. Tinelli logra que todos hablemos de él. Un idiota más idiota
que él, y con menos plata y popularidad,
le dedica una columna entera en un semanario llamado Voces. Mientras ese idiota, el periodista, podría hablar de los pobres miserables que se cruzan de una vida a otra muriendo de hambre, droga y miseria. Sin embargo, pienso en opinar en si fue gracioso o no, si fue lo mismo que antes o no. Si Tinelli se separó o no. Porque no puedo dejar de hablar del resto de la miseria: la cultural, en la cual vivo y convivo.
Un pueblo se arrodilla desnudo frente a su televisor viendo de costado una realidad
que se oculta frente a la pantalla. Entonces aparece Tinelli mostrando sus luces y elenco, su extensa presentación a lo “Lost”. Sus tatuajes, y su insignificante separación. ¿Cuántas separaciones hay en el mundo para que importe la de un tipo, a quien sólo parece importarle su negocio?
Pero ahí están los otros. Los mismos de siempre. Sus humoristas que para su bien tienen empleo de nuevo, y los que siguen su circo. Rial y Ventura, Canosa y “TVR”, “Zapping y “AM” y sin ir más lejos, los mediocres “Bien Despiertos”, “Buen Día Uruguay”, y “Buenas y Santas”
dónde hablan porque hay que hablar,
sino uno está out de la televisión y ellos están “in” de la boludez mañanera.
Tinelli regresó con sus veinte años de más de lo mismo. La excusa es perfecta: hay que entretener a la gente. En el programa
especial sobre el lanzamiento de la programación de Canal 12 la semana pasada (a la televisión le encanta hablar de sí misma), sólo se habló de productos,
rating, entretenimientos y nunca de cultura, transmisión de conocimientos,
educación. Dicen algunos pobres diablos de canales públicos europeos –y también privados- que puede convivir todo en una televisión de calidad. Pero acá tenemos a Tinelli y en Europa son unos giles.
Niños a bailar
Miles de niños y jóvenes en Uruguay y Argentina se mueren de hambre, asesinados
o no tienen ninguna perspectiva en la vida más que la de vivir la satisfacción
del momento: suicidas infames de la droga, las armas, el tedio. La televisión que hoy se ríe con Tinelli a carcajada limpia,
pide insinuante que a los menores infractores haya que llevarlos en cana o –aunque nadie lo dice así pero todos lo encubren por miedo- hay que matarlos. Nunca se pide educación, contención y apoyo. En lo de Tinelli, tan adultos que la tele considera a los niños, se les pide a menores que bailen “sexies”, con “fuerza”,
que “perreen” un “reggaeton”. Que concursen, en un concurso donde hasta el año pasado, los participantes se pisaban la cabeza. Y también miramos al costado, pues “es entretenimiento”. Es “vivir el momento”. Los niños hoy nos dan ternura porque bailan y “cumplen su sueño”. El sueño que otros no cumplen, pues ya no hay más tiempo para hablar de eso, porque Tinelli está al aire.
Orgullosos, acompañamos las risotadas y parece que hasta nos excitamos viendo niños bailando por la televisión, porque tenemos ese morbo, esa hipocresía, de que nos gusta mirar a los niños llorando, para llorar con ellos. Pues miles de niños lloran por otros temas y miramos a Tinelli.
Hace dos semanas era el caso Blanquita,
luego el dengue, la gripe A; ahora es Tinelli, sus 46 puntos de rating y la mierda
que nos vende. Un montón de programas
que hablan de él. Y desde hace veinte años que no se hace otra cosa. No hubo Menem, De la Rúa, Lacalle, Batlle ni Vázquez que dijeran una palabra del modelo Tinellitista de la televisión. Una televisión que muestra lo que pasa detrás
de cámara, que habla de sí misma y de nada más. Los gritos y las bromas a modelos tontas. El meterse alfajores enteros en la boca. Los tira gomas y la televisión quedaba estampada en el desaprovechamiento
del medio. Del nexo para transmitir cosas inteligentes. Desde Tinelli, todos los periodistas, curas, políticos,
y músicos tienen que lograr una carcajada en off para estar en esta vida. Afuera: entonces viene Yayo a repetir un sketch de hace algunos años, una cámara
oculta donde le agrega a una canción con la letra “ésta es para vos”, el agarrarse
con una mano su pene por encima del pantalón. Entonces así Yayo representa
también la respuesta que le daría Tinelli a tipos como yo. Pero yo te gano de mano Tinelli y te digo con mi mano en mi pene por encima de mi pantalón “ESTA ES PARA VOS”.
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Matías Rótulo.