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BDU





Esta columna se caracteriza por ser ácida y molesta como el hipoclorito después de lavar el baño. Estuve pensando en qué puedo decir sobre “Buen Día Uruguay” (BDU) el matutino de Canal 4.


Por Matías Rótulo 
Empecemos con que lo conduce un murguista, un periodista deportivo y una ex modelo. Han mejorado: antes lo conducía dos actores y una señora gritona.
Escribo en nombre de todos los escribas de Voces: nos gusta por unanimidad BDU ya que hay que ver cómo en la primera media hora, los conductores se pasan por la entrepierna que trabajan en el canal de Romay y han instalado una suerte de base de izquierda sindical in situ, con comentarios que ameritarían que Unidad Popular reclame la presencia de un representante en el estudio.
Ser murguista, ex modelo y periodista deportivo a priori podría ser una amenaza pública por la mezcla extraña de personalidades. Pero he estado viendo este programa de televisión con cierta alegría: se puede ver más de la mitad sin sentirse incómodo, o estúpido. Eso podría ser porque el programa es bueno. O porque lo demás (lo de los otros canales) son menos agradables que el olor al baño antes de lavarlo con hipoclorito.
El murguista (a esta altura también periodista, escritor, crítico, conductor, intelectual y abonado a la conducción de matutinos televisivos), la ex modelo (locutora, conductora, etc.), y el periodista deportivo (hombre orquesta en “Telebuendía”) hacen lo que no hacen muchos periodistas “serios” que trabajan en televisión: informar con responsabilidad. ¿Qué es informar con responsabilidad? Contrastar fuentes, poner en debates aquellos temas de actualidad que preocupan, llevar diversidad al televidente, y procurar que el programa no pierda dinamismo. Si, también tienen el espacio de la cocina divertida, la movilera de apellido ilustre, las risitas, los chistes internos, los tarotistas, astrólogos, videntes, místicos y supersticiosos que contratan espacios y el meteorólogo que con su método científico le erra más que los tarotistas, astrólogos, videntes, místicos y supersticiosos juntos. Perdón Núbel, está de moda pegarle a los meteorólogos.
Mientras en otros canales, mejor dicho, mientras en Canal 12 todo transita en la perfección imperfecta de la banalidad y la estupidez transformada en “buena onda”; Mientras en Canal 10 se arma una kermesse sin tiros de pelotas de tenis al patito; Mientras ocurre todo eso, en Canal 4 se ponen en debate diversos temas de interés general, sin abusar de la idea generalizada que para hacernos amenas la mañana se deben hacer payasadas tales como vestirse de Chapulín, maltratar a los compañeros, reírse estruendosamente, y tirar papelitos al aire festejando chistes de los otros.
En BDU se terminó el programa de chusmerío berreta del pasado y para convertirse en un espacio de bien público, donde el que consigue más ganancias igual sigue siendo el medio de comunicación. BDU Rompe con la solemnidad de los periodísticos de TNU, pero también con el conventillo de su competencia privada. Es un programa donde no se hace nada original. Por cierto, hacen “La Tertulia”, idea ya impuesta por Emiliano Cotelo en El Espectador, que en algún lugar leyó algo de historia griega y descubrió que daba resultado eso de parlamentar sobre cosas de interés.
No se van a ganar un premio por la idea más innovadora en comunicación del año. Ellos se conforman con un Iris. Simplemente ponen un límite entre la estupidez y la información priorizando la segunda. En una televisión tan pobre como la nuestra, un programa tan básico como BDU debe ser elogiado. La semana que viene destacaré a Daniel Alejandro como el periodista mejor informado del Uruguay.

Publicado el 13 de noviembre de 2014 en Voces.

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