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Discriminación de Canal 10




¡Qué paradoja! Una campaña de bien público contra la discriminación es discriminada. Sí, parece mentira, pero la realidad a veces supera a la ficción. Las autoridades de Canal 10, cuando vieron finalmente el aviso televisivo elaborado por Ovejas Negras para su campaña Un beso es un beso, resolvieron - pese a que ya se habían acordado por vía telefónica los acuerdos monetarios y los horarios de trasmisión- dar marcha atrás y no pasarlo.


De inmediato se intentó comprender los motivos que impulsaron a las autoridades del “Canal Uruguayo” a rechazar nuestra campaña. En una primera charla se nos dijo que el aviso “estéticamente, no está dentro de los lineamientos del canal”, que era “muy agresivo” y “al punto de lo muy erótico explícito”. Canal 10 nos aseguró su apoyo si le presentábamos otro “spot”. Ovejas Negras aceptó negociar e incluso dejar afuera los primeros cuatro segundos del aviso, donde aparecen los besos en primer plano, algo que la directiva del 10 había subrayado que eran “muy de cerca” y “muy agresivos”. 
Pero el cambio introducido (amputación mejor dicho) y nuestra flexibilidad no prosperaron: a las razones esgrimidas en la primera charla se les agregó, durante la segunda charla (una vez presentada la versión recortada del aviso), la “falta de creatividad”. En definitiva, así no se podía pasar ya que la “línea estética era la misma”.

Sí, la misma línea estética con la que se acepta pasar de lunes a viernes a las 18 horas el programa de Jorge Rial en donde el valor de las vedettes se mide en función del tamaño de sus tetas. Esa estética que trasmite apasionados besos heterosexuales a las nueve de la noche en la telenovela Victoria, la misma hora que pretendíamos salir nosotr@s con nuestro aviso. La misma estética que transmite cada vez que puede colas y colaless de mujeres en primerísimo primer plano, convirtiendo sus cuerpos en un pedazo de carne. La misma que evalúa aceptable pasar al aire cuerpos destrozados tanto en el informativo como en sus seriales favoritas. Los ejemplos abundan.
¿Entonces, por qué nuestros besos son “poco creativos”? ¿Es que los gays, las lesbianas y las trans somos antiestéticos? ¿A qué se debe esta súbita preocupación por la imagen que proyectamos y este pudor selectivo que emula sin problemas el que existía hace 100 años? ¿Dónde quedó el lema de Canal 10 “pensando en todos”? ¿Nosotr@s no formamos parte de ese “todos”?
Parecer antes que ser, esa es la cuestión

En Uruguay son innegables los avances que ha logrado la diversidad sexual en términos de legitimidad social en los últimos años. No solo hay conquistas legales (ley antidiscriminación, unión concubinaria), sino que muchos gays, lesbianas y trans visibles ya vencieron el miedo, la vergüenza y el prejuicio. Las marchas de la diversidad en setiembre no dejan de confirmarlo: cada año participa más gente. En el 2008 se reunieron a festejar y reclamar nuestros derechos 7.000 personas. 
Es que la batalla contra la discriminación en los últimos años llegó a la calle y cada vez más los hombres y mujeres de la diversidad sexual vivimos nuestras vidas sin hipocresías, con “normalidad” (con todo lo subversivo que puede ser esta palabra en una sociedad discriminadora), expresando en forma cotidiana, como cualquier pareja heterosexual, nuestros afectos y deseos ante sus grupos de pertenencia (familia, amigos), exigiendo respeto y el reconocimiento de los derechos que nos faltan para dejar de ser ciudadan@s de segunda clase.

A contramano de este proceso social y colectivo los directivos de Canal 10 nos piden ser “sutiles” y poner en el aviso, en lugar de besos… ¡imágenes de “homosexuales caminando”! Parecería que lo que está en juego son cuáles son las representaciones públicas legítimas de gays, lesbianas y trans.
La acusación de “agresivo” lo resume muy bien. ¿Desde cuándo un beso tierno es agresivo? ¿O será que a algun@s les da asco una expresión de afecto entre dos personas del mismo sexo porque existe una fuerte homofobia internalizada que no “osa decir su nombre”?
Pero además, ¿agresivo para quién? ¿No es agresivo que se nos niegue a gays, lesbianas y trans la posibilidad de defender en espacios televisivos –pese a que se iba a pagar abultadas sumas de dinero en consonancia con las leyes del mercado-, nuestro derecho a ser espontáne@s en este tema?
Lo que parece sobrevolar todo el tiempo en este rechazo se podría sintetizar de la siguiente manera: no me importa lo que seas mientras no lo muestres, mientras tus besos sigan siendo una demostración de afecto entre cuatro paredes, casi clandestina. Parece que cuando salimos en televisión sólo somos “estétic@s” si cumplimos con los estereotipos homofóbicos (ridículos, escandalosos e infelices) o parecemos no tener cuerpos ni estar viv@s. Un beso sencillo y cotidiano, nada diferente al que se da cualquier persona, se vuelve así subversivo. El piquito de una trans con un chico, en un contexto harto distante del comercio sexual, es algo poco creativo.
No estamos siendo susceptibles. Canal 10 es un canal privado que vende espacios publicitarios a quien los pague, y hace mucho dinero con eso, pero en realidad está usufructuando ondas públicas que son de tod@s. La negativa de Canal 10 a pasar este spot se inscribe claramente en un debate impostergable: la necesidad de democratizar los medios masivos de comunicación e imponer normativas que impidan este tipo de discrecionalidad.
En este país “suavemente ondulado” la negativa a pasarlo no podía vestirse de otra forma. La discriminación “a la uruguaya” es así: discurso políticamente correcto, razones incomprensibles que rayan en lo absurdo y rotulación del Otro como agresivo, cuando el que está violentando en realidad es el propio agente de la discriminación.
Parece que algun@s todavía no se han enterado: hace tiempo que nos sentimos fresc@s y alegres de vivir lo que vivimos. Y no vamos a seguir tolerando en silencio este tipo de atropellos.


Enviado por colectivo Ovejas Negras





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