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Rumbo a la regulación del cuarto poder


Por Matías Rótulo (publicado el 22/11/2012 en el Semanario Voces)
Son tiempos de códigos de ética. A pocos días de haberse aprobado uno a nivel médico, ahora son los periodistas (y trabajadores de los medios de comunicación en general) los que abren la posibilidad de crear uno propio para aplicar un criterio básico de trabajo que no vulnere derechos propios y ajenos.  

Si bien Unesco plantea una “Código de Ética” como una “necesidad” para el oficio periodístico, y en algunos países existen desde principios de siglo XX (en Kansas, Estados Unidos desde 1910, por ejemplo), en varias naciones la regulación es prácticamente nula. En Inglaterra existe un comité de ética periodística y en Chile se trabaja a partir de una figura similar que regula los contenidos y extiende recomendaciones a los medios de comunicación.

 En nuestro país, no se está lejos de un código de ética para la función de los periodistas.En una consulta realizada por la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU), el Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública (Cainfo) y el Grupo Medios y Sociedad (GMS), donde participaron periodistas de todos los medios (257 en total), un 89% dijo estar de acuerdo con que se aplique un código que funcione como acuerdo tácito entre los comunicadores.


Según se informa desde el resumen oficial publicado en el sitio web de la APU “la consulta estuvo precedida de una serie de cuatro talleres en Montevideo, Mercedes y Melo, durante los cuales los periodistas discutieron sobre los principales dilemas éticos del ejercicio profesional con la participación de expertos de Uruguay, Argentina, Brasil y Chile. Esta serie de talleres forma parte del proyecto que llevan adelante estas tres organizaciones con el respaldo de Unesco”. Agrega que este proyecto “está enmarcado en el Programa Internacional para el Desarrollo de las Comunicaciones (PDIC) de la UNESCO. En él se abordara la calidad y el enfoque ético de las coberturas periodísticas en Uruguay, y la necesidad de adoptar algún mecanismo de autorregulación del ejercicio profesional, así como qué contenidos debería incluir”.

Falta de marco

La Justicia no pena, y las instituciones no sancionan a los medios y/o periodistas que no cumplen, por ejemplo con el artículo 11 del Código de la Niñez y la Adolescencia.Dicho artículo expresa que “todo niño y adolescente tiene derecho a que se respete la privacidad de su vida. Tiene derecho a que no se utilice su imagen en forma lesiva, ni se publique ninguna información que lo perjudique y pueda dar lugar a la individualización de su persona”. Sin embargo la identificación de niños y adolescentes es constante en los medios de comunicación. A pesar de estar escrito en la ley, no se acciona al respecto por parte del órgano que debe proteger los derechos de niños y adolescentes: el INAU (Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay).

En Uruguay muy pocos medios trabajan con un código de ética visible para los periodistas. En La Diaria, existe un espacio dedicado a la defensoría del lector, elegido por los propios lectores para que se respeten sus derechos. Si bien varios  periodistas consultados de Canal 10 no saben de la existencia de uno existe allí un documento de “autorregulación y sensibilización de contenidos”. Dicho documento se trabajó en el Consejo Técnico Consultivo (CTC) que elaboró con el aporte de instituciones estatales, sociales y académicas como fuente para el trabajo en el marco de una regulación por los contenidos en los medios de comunicación y la niñez. El documento se presentó el martes y coincidió en tiempo con la presentación de la encuesta de ética.


Desempeño profesional
Carlos Vaz Ferreira sostuvo en su famoso libro Moral para Intelectuales que existe en la profesión de la abogacía y en la del periodista “una inmoralidad intrínseca”. La prensa “es un bien, un inmenso bien, es todo lo que se dice, y hasta todo lo que se declama sobre ella; es apostolado, sacerdocio, cuarto poder y todo lo demás; es todo eso —sinceramente—; pero los bienes que la hacen tal no pueden separarse de ciertos males”. Años después, en la década de 1960, Mario Benedetti en El País de la Cola de Pajatambién cuestiona la profesión ética de los periodistas y los medios en Uruguay.

Algunas de esas cuestiones que rozan lo “inmoral”, según Vaz Ferreira fueron consultadas en la encuesta. ¿Cómo debe actuar un periodista frente a los regalos de una institución pública, empresa o demás? ¿Cómo influyen los empleadores en el desempeño de la profesión periodística?

Hablando del código médico, los dueños de una institución de salud privada no se ponen detrás del cirujano a darle órdenes sobre cómo operar ¿Por qué pasa eso con los periodistas, siendo que son profesionales al igual que los médicos?

La menor parte de los periodistas afirma no sentirse condicionados por sus jefes. Un total de ciento trece periodistas (46%) dijeron sentirse “nada” condicionado por su empleador a la hora de realizar su tarea periodística, mientras que cien dijeron que estaban “poco” condicionados y solo treinta y tres (13%) admitieron que sentían cierta condición. La pregunta que surge es si siendo que el periodismo nacional está tan cuestionado, ¿es un tema de los dueños de los medios o de los propios profesionales?

Otro capítulo de análisis es el que se abre a partir de la pregunta “¿Usted se siente condicionado por la influencia que ejercen las autoridades nacionales? Ciento cuarenta y cinco (58%) dijeron que “nada”, setenta y seis “poco” y veintinueve “mucho” (12%). De igual forma, entonces surge la pregunta ¿A qué se debe las fallas “éticas” en la práctica periodística?

Los números son similares en cuanto a la consulta de los auspiciantes comerciales en los medios de comunicación con respecto a la influencia que ejercen sobre los periodistas.

¿Cuál es el problema?

Un periodista de diario gana en promedio unos $19.000 pesos líquidos. En algunos medios se exige “exclusividad” aunque no se paga más por ello. Largos horarios que exigen que se marque tarjeta (siendo que se es periodista las veinticuatro horas), malas condiciones de trabajo y demás, marcan la realidad de muchos trabajadores en todo el país. Si bien no influye en la práctica –según la encuesta-, el poder del jefe, la publicidad o los políticos, la queja general surge a partir de la condiciones de trabajo. La pregunta planteada en la encuesta fue ¿Le parece que las condiciones de trabajo, y/o el multi-empleo inciden en la calidad periodística y los estándares éticos…? Trece dijeron que no influye en “nada”, cuarenta y cinco que influye “poco”. Habría que ver si los 196 que contestaron que influye “mucho” en el factor laboral en el desempeño profesional, se referían a su propia práctica o a una idea general.

Sí al código

Un total de doscientos veintiséis periodistas dijeron estar de acuerdo con que se genere un código de ética (diecisiete dijeron que no y trece no saben). La misma cantidad de periodistas a favor del código opinan que un marco regulatorio mejoraría la calidad del trabajo periodístico. A su vez, ciento noventa y seis consideran que en el código de ética (de existir uno),  deben haber consideraciones sobre el rigor en el tratamiento de la información, la imparcialidad y el apego a la verdad. Otra pregunta que surge es ¿Cuándo uno es periodista, no asume esos tres compromisos a priori? Se plantea además la necesidad de establecer guías de trabajo, y sobre el ocultamiento de la condición de periodista de un profesional cuando realiza su tarea: por ejemplo cuando pone una cámara o micrófono oculto. Otro aspecto consultado fue sobre la pertinencia de recibir regalos. La mayoría se cuestiona si es o no un problema ético.

Autorregulación

Los periodistas reclaman que se conforme un comité de ética, que trabaje frente a problemas generados a partir de la práctica periodística. Además, consideran en su mayoría, necesario que los medios generen una autorregulación, que acompañe el proceso iniciado a nivel de los trabajadores de los medios de comunicación.

El tema está en el debate no solo de los profesionales de la comunicación, sino que también de la sociedad en su conjunto que es a quién está dirigido el trabajo de los periodistas.

Los periodistas mismos, los actores primarios del proceso de producción están a favor de un código de ética. Ahora queda elaborarlo, aplicarlo y auto-regular.



Fernando Vilar compró un medio
Fernando Vilar - Periodista
“No quiero que los periodistas se asusten porque no se los va a limitar” dijo el martes el periodista Fernando Vilar (conductor de “Telenoche” en Monte Carlo y “De primera mano” en Radio Cero en la presentación del informe del CTC que se hizo en la Torre Ejecutiva. ¿Hay miedo entre los periodistas por la implementación de un código de ética o una regulación de su profesión? Vilar que representaba a la Asociación de Brodcaster del Uruguay (Andebu), trató de “colegas” a los periodistas, siendo que representaba (sin ser dueño de medio alguno) a los dueños de los medios de comunicación. O se es periodista en un ámbito oficial o se es representante de los dueños de los medios de comunicación. A veces los dueños de medios son periodistas, pero a la hora de pagar sueldos, y de tratar a los periodistas, no son más que patrones.

Vilar, dijo además que “muchas de las medidas propuestas para la regulación de contenidos que protejan los derechos de la infancia, se aplican antes de lo propuesto por el CTC. Vilar mira algún canal, lee diarios y escucha radios que no escuchamos nosotros. El canal donde trabaja (pero que también suele representar), es el primero en el que no se protege la identidad de los niños y adolescentes, se los somete a una estigmatización constante, no se cuida el contenido violento y sexual, entre otros asuntos que trataremos la semana que viene en la segunda parte de esta nota.

Edison Lanza, en representación de los instituciones sociales explicó el martes en la Torre Ejecutiva que “cuando se comenzó a plantear este tema tiempo atrás, hace unos cuatro meses, existía temor sobre un sobre control a los periodistas” y ahora “se revela que se plantean recomendaciones al respecto”. Es así. Bienvenido sea un código de ética y las recomendaciones para la protección de la infancia, yo soy un periodista que no tiene miedo, sino que soy un periodista que agradece por tener un marco regulatorio de mi profesión que proteja a los lectores, y a la ciudadanía en general de mi posibles errores.

Temas que generaron debate
En el último año hubo varios temas que abrieron un debate público a partir de cómo fueron presentados en los medios de comunicación. A continuación una enumeración no ordenada cronológicamente:

1.      Abren juicio a tres periodistas por especular sobre la violación a un niño en relación a su familia, antes de tener pruebas.

2.      Un periodista de televisión informa en un móvil en vivo que hay un motín en una cárcel y anuncia que podría haber muertos. Eso genera alarma y disturbios entre los familiares alarmados. No hubo ningún muerto hasta el momento del anuncio. 

3.      Los medios repiten la imagen de tres adolescentes matando a una perra, y uno de los medios difunde en su portal web comentarios con los teléfonos de uno de los protagonistas.

4.      Un sitio web censura los comentarios sobre el video prohibido de una boxeadora pero permite los comentarios que festejan la muerte de uno de los adolescentes filmados en el video del perro.

5.      Un relator dice que un jugador de Peñarol es bueno porque tiene “huevos” y “es negro”.

6.      Un artículo de diario hace un balance y radiografía de los “jóvenes delincuentes” y los identifica con un barrio en particular.

7.      Una periodista de espectáculos anuncia en televisión la muerte de un actor sin chequear la fuente.

8.      Un niño es identificado cuando se muestra su casa y su escuela en televisión (aunque no se lo muestra a él). El niño había sido violado.

9.      Se repite el asesinato del empleado de una pizzería más de cuarenta veces en 48 horas.

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