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Alberto "Mandrake" Wolf: "“Ahora lo principal es la literatura”


Por Matías Rótulo (Publicado el 30 de marzo de 2012 en La República)
Tapa del disco "DE" (2008)


Sus canciones forman parte esencial del archivo sonoro de la tradición fusionista de la música nacional. Tocó con Mateo, admira a The Who y le gustaría ir a ver a Paul McCartney pero “aunque hice la cola no conseguí la entrada”. Alberto “Mandrake” Wolf en entrevista con LA REPÚBLICA.
Gorra de pana marrón, pelo largo disimulado por una campera de jean, lentes redondos y bigote finito, al estilo de El Padrino. Alberto se disculpa por llegar tarde, en una tarde donde el tiempo parece correr más lento porque el frío se había instalado en la ciudad.
Su voz cuando habla es la misma que la del disco. No la de todos los discos. En “Mestizo de todos lados” (1988) se preocupa por posicionar la voz con más suavidad que en el dvd editado en 2012 por Sondor, donde el canto en vivo y los años dejaron en él un registro digno de la historia de cualquier rockero de su edad.
Su imagen es la de un músico experiente que camina tranquilamente por una Montevideo que lo reconoce, que lo escucha y que murmura algo sobre su figura delgada y su cara ya no tan peluda. “Me vi al espejo y pensé que me había comido una rata, entonces me saqué la barba”, explica con humor la falta de vello facial. Alberto Wolf es el líder de Los Terapeutas, banda que ya tiene 27 años de música en nuestro país y más de un reconocimiento. Más conocido como “Mandrake”, el vocalista, guitarrista y compositor va por la vida con su guitarra, su pluma bohemia y ciudadana y una historia que lo ubica al lado de Mateo, el Cuarteto de Nos (el primer disco de ambos fue compartido en una misma placa), Urbano Moraes y Jaime Roos, entre otros.
Los Terapeutas acaba de editar un disco y dvd que revive el festejo de los 25 años de la banda en el Teatro Solís.
Por primera vez sacan un dvd. ¿Cómo se da la presentación de este nuevo formato? Nuevo para ustedes.
Alberto Mandrake Wolf  (foto: archivo La República)
Sí. Lo impone el mercado, la industria discográfica. Yo nunca miro dvd, no se hizo por un gusto mío con el formato. No fue para presentar cinco cambios de vestuario o cosas así. Aprovechamos que eran los 25 años de Los Terapeutas y dijimos “si vamos a hacer un dvd (porque todos nos preguntaban cuándo íbamos a hacer uno), este es el momento justo. Se grabó en el Teatro Solís con muy buenas luces y lo planificamos bien para que quedara lo mejor posible. El dvd muestra un show y hay una parte donde hablamos los integrantes del grupo sobre la historia de Los Terapeutas. Creo que está bueno para que alguien que recién nos conoce –o los más jóvenes, que no nos vieron en el principio– pueda ver a las formaciones más importantes de Los Terapeutas tocando juntos. El dvd se acompaña de un disco y nosotros no habíamos hecho nunca un disco en vivo.

En los últimos años sacaron una seguidilla de discos y ocuparon otro lugar en la escena de la música local. ¿Cómo vivís ese proceso?
Tapa del disco "Amor en lo Alto"
Cuando sacamos “Amor en lo alto” (Sondor, 2002) nos empezó a ir mejor. Ese disco coincidió cuando comenzamos con Sondor. Luego sacamos “Hay cosas que no importan” (Sondor, 2006) y “De” (Sondor, 2008), y una antología que se llama “Lo Esencial” (Sondor, 2010), y más o menos comenzó eso de sacar un disco por año y ahora el dvd y por eso es que tenemos una presencia mayor, quizá.
Una vez te definiste como un compositor de música. Tu música le canta a cosas cotidianas, a la calle, a la lluvia, al barrio, al candombe, a las personas. Tenés un tema a “Los boliches de Pocitos”, por poner un ejemplo…
Cuando escuchen la versión nueva del tema sabrán a qué le estaba cantando. Cuando escribí ese tema, en 1985, recién volvía la democracia, volvía Bellas Artes a donde estaba (Pocitos) y teníamos unas ganas bárbaras de salir a la calle después de once años de represión horrible y en los bares todo el tiempo había gente. Más allá del ámbito musical, yo ahí estaba en una mesa con Jaime Roos, con Urbano (Moraes), con (Eduardo) Mateo tomando unas copas y de repente estaba hablando con Hugo Longa, con gente de Bellas Artes… Eran tipos de otro palo pero coincidíamos en que estábamos podridos de salir a la calle con el pelo largo y que te llevaran preso durante la dictadura. Yo no hacía ni militancia sindical ni nada, era un tipo que tenía el pelo largo y hacía música. Era un pelotudo, por lo tanto me metían en cana por pelotudo.
¿Se perdió aquello de reunirte con tus colegas?
Yo ya tengo 50 años, soy un viejo. Tengo una familia. Las noches que pasaba en esa época eran noches seguidas. Si hoy lo hago termino en un CTI. El cuerpo ya no es el mismo. Y ahora estoy con otros intereses: quiero estar con mi familia, leyendo un libro en mi casa.
¿Sos un buen lector? ¿Hacés dialogar a la música con la literatura, con las lecturas que tenés encima?
La literatura pasó a ocupar un lugar muy importante en mi vida. Antes era un tipo de escuchar discos todo el tiempo. Era más por la discoteca, me compraba discos y más discos. Pero de un tiempo a esta parte, mi gran momento es leer. La música pasó casi a un lugar secundario en mi vida y ahora lo principal es la literatura. Cuando escribís una letra, algún afane a la literatura te viene inconsciente. Nadie es original, acá hay mucho reciclaje de los que hicieron también reciclaje.

¿Detectás en la música uruguaya algún “afane” que te hayan hecho otros músicos?
Los Terapeutas (2011)
Tampoco me puse a sondearlo. Algunos me han dicho “esto te lo robé a vos, este pique te lo escuché a vos”, pero tampoco me había dado cuenta. No soy tampoco de andar buscando si me robaron el swing o algo de eso. Acá hay una cuestión de que “yo soy el compositor” pero hay que pensar de dónde viene la canción. Por ejemplo, a mí me gusta el blues, que es lo primero antes del rock, y Charley Patton no sé a quién le habrá robado, pero de algún lado habrá sacado esa música.
Además de ser un gran lector mencionaste que escuchabas mucha música. ¿Escuchabas a Spinetta?
Sí. Por ejemplo, nunca me gustó Sui Generis, me parecía una porquería. Charly García sí me gusta pero no con Sui Generis. La gente dice que la droga es mala pero a este muchacho le hizo bien, empezó a componer bien después de Sui Generis. Durante Sui Generis era un pajero. Con todo respeto, lo digo. Entonces yo escuchaba a Spinetta con Almendra y Pescado Rabioso, que es algo increíble. Ojo, después hizo cosas que no me parecen brillantes, por ejemplo en la época de Spinetta Jade y en Socios del Desierto. Tuvo etapas muy interesantes y otras que no me gustaban tanto, pero aparte como hizo tanto. Me puse muy triste cuando se murió Spinetta. Pero bueno, el tipo tenía 62 años, se pasó haciendo música, buena música, llevó una buena vida, no pasó hambre, sus hijos están bien y son artistas. Hizo lo que quería, fue un privilegiado, un genio, un tipo perfecto: buen padre y excelente músico.
La muerte también paga. ¿Pensás en qué va a pasar en la gente cuando vos te mueras?
Me estás mandando al cajón. El otro día vi un reportaje que le hicieron a Sergio Gorzy donde el loco decía: “Como soy tan optimista pienso que no me voy a morir” (risas). Pero es cierto. A mí solo me interesa que mi familia esté bien. Mientras estén bien me importa tres carajos.
¿Sos consciente de que Alberto Wolf es un gran músico uruguayo, respetado, querido y seguido por muchos? Yo escucho cada vez más la frase: “Qué grandes Los Terapeutas”.
Yo me siento contento. Mirá que no tengo ninguna humildad, tengo un ego de la puta madre y una cosa es que yo me ubique, pero otra cosa es que cuando uno es un compositor es un pequeño dios. Yo me siento increíblemente contento y no lo hago por hacerme el humilde y el honesto; es que en Uruguay hemos logrado que la música que hay acá se uniera un poco más. Cuando empecé estaba el rock por un lado, la cumbia por otro, el canto popular por otro. Ahora está lleno de pasadizos e interconexiones con una gran libertad mental dentro de la música. Si en mi epitafio aparece: “Este tipo ayudó a que la música uruguaya sea una sola”, yo estaría feliz. Eso sería increíble. Cuando era chico envidiaba a los brasileños porque todos tocaban con todos: Sepultura tocaba con Caetano Veloso y eso está pasando acá ahora.
Te sacaste la barba. ¿Por qué?
Un día me miré al espejo y parecía que me había comido una rata, me asustó, y me saqué la barba. Ahora me estoy por comprar un aparato para hacerme un bigote bien finito.
¿Por qué no mirás al público cuando cantás y cerrás los ojos?
Porque me meto mucho en lo que hago. Disfruto mucho cantando. A veces abro los ojos y miro un poco pero me meto de vuelta en la canción.
¿Ese es tu momento?
Subirse al escenario es una bendición. Se te va una gripe. Componer es una cosa más histérica, más enfermiza, pero me encanta también, es como una especie de exorcismo.
Cuando escribiste “Amor profundo” o “Miryam entró al Hollywood” percibiste que eran futuros “hits”?
Hit es “Quiero puré”, son los que te dan plata.
¿“Myriam…” te dio plata?
Con “Myriam…” nos fue muy bien, pero la diferencia es abismal. Cuando una canción, como en el caso de “Amor profundo”, tiene el éxito que tiene, no lo podés creer.
Tapa del disco "Lo Esencial"
¿Considerás que Jaime Roos ayudó a ese éxito o la canción era buena por sí sola?
Jaime fue el que ayudó. Cuando dicen que la canción es de Jaime para mí es un halago, porque tuve la suerte de que un tipo como Jaime tocara una canción mía y que todavía explotara como explotó. Yo ya estaba agradecido aunque no pasara nada. Urbano Moraes tocó “Los boliches de Pocitos” y para mí es un honor.

El próximo disco: “Monstruo”
El futuro de la banda se proyecta en un nuevo disco. Su nombre será “Monstruo”. “Es un disco con nueve canciones y tiene que ver con que en varias canciones tiene la palabra ‘monstruo’, que no es muy usual”, explicó Mandrake. Dijo que “el disco hablará mucho de la muerte”. Agregó que “ahora se habla mucho de los CTI, se habla de que la muerte se tiene que alejar y se deja de lado la parte de la decadencia del ser humano, siendo que a todos nos pasa eso, y cuando te pasa a vos, ahí está el asunto”. El disco también tendrá como tema las infidelidades y las mentiras.

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