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Navidad y junio


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Un cuento inspirado en la infancia del autor, pero en tiempo real. Aparecen los personajes que en épocas de fiestas tradicionales, desatan toda su ira, alegría y tristeza. 

Por Matías Rótulo
Es verdad. Ayer fue 1 de enero, o eso parece. 
Es verdad, ya pasó el año 2008. Ahora nos vamos a emborrachar y a festejar y a declararle nuestro amor a la primita de 18 años que se puso muy fuerte, pero no le vamos a decir eso. Le vamos a decir que la amamos, mientras en nuestro estado etílico la abrazamos con discreción. También le vamos a decir que lo amamos a nuestro abuelo, a quien queremos internar porque ya no puede hacer caca solo, pero no podemos, cobra una buena jubilación.
Pero son las fiestas, y la familia debe estar unida, toda junta, antes de que termine uno en el Clínicas apuñalado por el hermano, y otros dos presos por correr a la madre.
Es verdad, la Navidad nos pone sensible. Lloramos abrazados de una columna pidiendole perdón a no se quien, por haberle robado en marzo, algo a no se cual.
 Es verdad, la sensibilidad nos hace gastar plata en regalos. Y compramos para todos, pero nadie nos compró nada a nosotros y sonreímos pensando que todos los años es lo mismo. El vecino se viste de Papá Noel y es golpeado por los niños que se dan cuenta que es un Papá Noel trucho.
Es verdad armamos el arbolito de navidad. Lo llenamos de luces de colores, de tarjetas navideñas que dice: "Felis nabidad son los deceos de la familia Pérez", o "que el niño Jesús yegue a su ogar para que tengan un buen anio 2009, juntos y con salud, amor y travajo".
El 2 de enero vamos a estar podridos de las fiestas, y de los pendejos que tiran bombas todo el tiempo. ¿Por qué no se van a festejar las fiestas a Bagdag?
En el barrio nos saludaremos con todos los vecinos a los cuales odiamos el año entero, y veremos pasar a un grupo de mujeres comiendo uvas, cargando una valija vacía, mostrando su bombacha rosada, y con el almanaque de 2008 prendido fuego. El padre se hará el hombre fuerte y malo frente a su hijo prendiendo los fuegos de artificio que costó lo mismo que el sueldo de una empleada doméstica de Pocitos. 
Le dirá al nene "nene, no te acerques, esto es muy peligroso". El señor estará el 26 en el Instituto de quemados, por si lo quieren ir a visitar. 
Se saturarán las lineas de teléfono. Y todos intentaremos mandar mensajes de texto cuando sabemos, que no se puede porque está todo saturado. 
Comeremos, comeremos, comeremos. Muchas calorías, muchas comidad de invierno para pasar mejor los 31 grados de la una de la mañana. 
Sonará la música. En la cuadra, unos podrán a AC/DC, y otro a Celia Cruz. 
Luego los tambores se templarán y escucharemos de lejos las lonjas. 
La estrella de Belén pasará. 
La tarjeta de crédito explotó. 
Las bombas también.
Llegaron las fiestas, la Navidad: una celebración que poco recuerda el origen de la cosa: El nacimiento de Jesús. 
Soy ateo, feliz día de la familia (nombre legal del feriado del 25 de diciembre en Uruguay). 
Y que por fin llegue Junio.



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