ESA CAJA BOBA QUE NOS TRATA COMO IDIOTAS
Hoy comentaré para ti, un programa de televisión que se llama “Barrios”. Mi forma de escribir digna de un rochense que no soy, es porque el domingo uno me dijo que a veces soy muy vulgar y me pidieron que escuchara a Miguel Nogueira y sus modos. ¡Cómo que Nogueira no mandara a nadie a la mierda fuera de las cámaras!
Podría haberse tratado de la familia Barrios, o de otro rochense compañero de trabajo, de apellido Barrios, que también es de Rocha y lee esta columna. Pero no, se trata de los barrios de la capital. Digo yo, a ti, que Barrios pasa desapercibido, no porque sea malo a pesar de la simpleza de su nombre.
Barrios toma un barrio. Por ejemplo: El Prado. También puede ser el “Cuarenta Semanas”, pero yo siempre ligué con barrios de clase media.
Mediante una narración fácil y entretenida, con música de fondo que no tiene nada que ver con el barrio, y una cantidad de fotos se presenta el barrio del día.
Con respecto a la música, si tomamos el ejemplo del Prado: ¿Para qué ponen el Candombe de la Aduana o la canción a la Isla de Flores que canta Mandrake Wolf?
Barriada ausente
Barrios muestra una especie de postales de un barrio trayendo algunos testimonios y material documental a la pantalla. Por ejemplo en el caso del Prado, el programa dejó claro algo que ya sabíamos. Antes de ser un barrio de pitucos (y del Presidente que no es pituco porque es de izquierda aunque es del Prado), antes era de más pitucos, con grandes predios de casas quintas y personas que tenían mucha plata para hacer –entre otras cosas-, jardines exóticos. Además tiene un rosedal. En Barrios se detallan las características geográficas y la cantidad de gente que vive. Pero lo que más hace es una reconstrucción histórica, consultando a arquitectos, e historiadores en su gran mayoría. Por lo tanto, la identidad de un barrio se construye –según este programa-, a partir de su arquitectura y su historia. Dejamos atrás: la actual comunidad y sus relaciones, las características demográficas, sociales, etc., las instituciones sociales que las componen, las relaciones del barrio y su comunidad con otros barrios, entre otros. Tampoco pretenderemos que se de una cátedra acelerada sobre barriología.
En dos semanas consulté a más de veinte personas y ninguna sabía que este programa existía. Si bien usted me dirá “¿pero boludo, para que lo voy a mirar si me acabás de decir que es una porquería?”. Se equivoca. Sólo dije que el programa atiende dos aspectos de los barrios y deja mayoritariamente los otros afuera. Debo decir que Barrios es un programa que aparenta tener una buena intención educativa y hasta de entretenimiento. Salvo lo de la música, el programa muestra una correcta edición, claridad en lo que pretende transmitir, y tal vez sea hasta bueno que no se den todas las dimensiones del barrio ya que vivimos en un momento donde el mundo de uno, está en el living de la casa. Sería bueno que el programa despierte el interés de los habitantes del barrio para investigar un poco más sobre él, y que no se quede todo en la charla de la feria.
La historia y la arquitectura, así como el arte, son valores que no muy comúnmente vemos en la televisión como objetivo, cuestión que Barrios, transmite con singular anonimato. Por otra parte, usted no me va a hacer caso a mí si le digo que Barrios es un programa espantoso, o un programa excelente. Fíjese que dos por tres escribo que “Show Match”, “Pizza a Carballo”, las novelas de la tarde, “Instrusos”, “Los Profesionales”, y algunos más, son programas horribles, -según mi consideración tan subjetiva-, y la mayoría de los que leen esta columna los siguen mirando. ¿O no? Me voy a caminar al Rosedal ya que ahora conozco parte de su historia. Y conste que vivo en Capurro y si soy medio mal hablado es porque me crié en el Buceo ¿y tú?
Publicado en el Semanario Voces
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario.
Matías Rótulo.