Por Matías Rótulo (publicado el 20 de julio de 2012 en La República)
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, dijo a LA REPÚBLICA que los equipos de calle han logrado convencer a la mayoría de los indigentes que antes se negaban a concurrir a refugios para pasar la noche.
Una ducha caliente, comida, abrigo y una cama no se le niega a nadie. A veces, quienes se niegan a sí mismos estos derechos son quienes los carecen. La resistencia surge por el trabajo callejero que realizan y que prefieren no perder mientras están en el refugio, o por el temor que les genera ir a un lugar que no conocen. En otros casos, perder las pocas posesiones que tienen les impide pasar una noche sin frío. El Mides anunció que logró revertir la tendencia ocurrida hasta el año pasado, de negación de las personas en situación de calle a ser trasladadas a los refugios. La internación compulsiva todavía no ha sido implementada por el Mides y sus equipos de calle que recorren el país tratando de convencer a las personas en situación de calle para que no duerman a la intemperie. A fuerza de convencimiento, casi la totalidad de los indigentes accedieron a ir a refugios, aunque queda un 5% que aún no lo ha hecho. Las temperaturas bajo cero de las madrugadas invernales son difíciles de soportar, más cuando se carece de abrigo, un techo, la adecuada alimentación, y esperanzas. Muchas de estas personas requieren además atención médica, tanto por enfermedades mentales como por problemas físicos.
El Programa de Atención a Personas en Situación de Calle (PASC) tiene como objetivo contribuir a la reinserción socio-cultural y laboral de las personas y familias en situación de calle. En este proceso, se intenta apoyarlas en las situaciones más inmediatas de frío. “Hemos avanzado de manera importante en este plano, logrando que aquellos que no querían ser asistidos ahora lo acepten” dijo en diálogo a LA REPÚBLICA el ministro Daniel Olesker.
Según el Mides “el traslado de las personas a los refugios es voluntario. Hasta el momento no se ha registrado ninguna internación compulsiva, en el marco de la ley 18.787”, tal como se establece en un informe del 12 de julio. Los refugios nocturnos para personas en situación de calle están colmados, salvo un 5% que queda libre (en cuanto a cupos), según el Mides.
Miedos
De acuerdo a un informe del Mides proporcionado por la cartera a este matutino, el porcentaje de cupos libres podría ocuparse, pero eso no se concreta por “la combinación de tres factores: estrategias de supervivencia (que hacen que en determinados días de la semana algunas personas no acudan a los refugios debido a que cumplen con tareas tales como cuidar coches o vender en ciertas zonas o eventos), condiciones climáticas, y la resistencia a asistir a refugios”.
Desde el último reporte a mediados de julio, el número de personas que promedialmente concurren a los centros es de 800 diariamente, “notándose un discreto aumento respecto a la última cifra reportada, del orden de las 760 personas”. Según el último Censo de Calle en Montevideo hay unas 900 personas en situación de desamparo y 200 en el Interior. Olesker destacó que a pesar del aumento de la cobertura “ha mejorado la operativa” y se “han disminuido las colas y las esperas para el ingreso de personas”. Además, “se nota una mejora en la convivencia dentro de los centros, ya que aumentó la guardia policial en cada hogar”.
Aumento de cupos
Si bien el PASC funciona todo el año, en invierno se refuerza la atención para poder ayudar a las personas sin techo en Uruguay. El PASC cuenta con seis equipos integrados por asistentes sociales y psicólogos. A la fecha existen, a nivel nacional, 21 centros nocturnos: 4 son de contingencia –Rodó Garage, Setra, cuyo local es facilitado por el Ministerio de Defensa Nacional (así como la alimentación de lunes a viernes), Huracán Buceo y ex Cecrece-; y 4 se extendieron a modalidad 24 horas (centros que atienden madres y/o padres con niños). Hay 9 centros en total que funcionan las 24 horas.
M.R.
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Matías Rótulo.