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Pasta frola y literatura

PAPELES SALVAJES




Por Matías Rótulo (publicado el 13/12/2012 en el Semanario Voces)


Sale en televisión, es la hija de…, la novia de…, la chistosa de turno, hace teatro stand up junto a los otros chistosos de turno que salen en televisión. Ahora escribió un libro. No, escribió una autobiografía. Lo editaron, le hacen entrevistas y se promociona como el futuro de nuestras letras. ¿Cuándo van a reclamar las minorías de la diversidad cultural un plan de igualdad con respecto al impulso constante que tienen las minorías que generan productos culturales para recaudar fama y dinero?



Fui a una librería céntrica y pregunté qué podía leer nuevo de literatura uruguaya y me ofrecieron el libro que tuvo interés para Sábado Show, el de Manuela Da Silveira (Manu de 0 a 30).

Esto es como la frase “hazte fama”. Si la revista matinal del diario El País se ocupa de un libro es porque el libro debe rozar la frivolidad, y lejos estará de entrar en los cánones literarios (estar en los cánones literarios no es garantía de nada).


Le pregunté a la vendedora si se trataba de la muchacha de la televisión y la vendedora, emocionada, me dijo que sí. Le pregunté si estaba bien escrito, si era de poesía o narrativa, y algunas otras cosas. La vendedora me respondió que estaba bien escrito y le había gustado (tampoco es garantía de nada).

Recordé que la autora del libro dijo en una entrevista radial que el libro tiene que ver con la pasta frola y sus vivencias con ese exquisito bocado. Muy interesante.

 Después le consulté a la vendedora sobre otros autores jóvenes. Me imaginé que Manu no fue la única que publicó algo en los últimos tres años. La vendedora me ofreció un libro de Daniel Mella que tiene ya casi una década, a Mario Levrero (me parece que no sabía a quién recomendaba), a Galeano (no es muy joven ni nuevo), y me comentó que lamentablemente el libro de otra figurita de radio que escribe libros chistosos estaba agotado.

En la revista Clinamen Idea Vilariño escribió entre 1947 y 1948 firmando sus artículos bajo los pseudónimos de Elena Rojas y Ola O. En el número 4 de dicha revista escribe (con la firma Elena Rojas): “han de existir causas por las cuales la poesía ha llegado a ser entre nosotros una indigna tarea vergonzante”. Más adelante afirma que “nuestra poesía, la argentina también, están miserablemente estancadas, metidas en un pantano del que nadie hace nada por salir. Pobre poesía provinciana, sin originalidad, sin fuerza, vegeta sin que aparezca para verificarla ningún poeta verdadero, ningún intenso, ningún nuevo, ningún desesperado, ningún revolucionario”. Sostiene que “nadie sabe cantar, nadie tiene mensaje. Los mayores no nos sirven de nada, los jóvenes se limitan a registrar sus personales 'vivencias mezquinas, insulsas, manidas, literarias. Es exactamente la poesía correspondiente a este período tibiamente burgués, burocrático y de cultura media. Pero hay otras cosas por debajo, removiéndose, que tapamos púdicamente o que ignoramos por estar vulgares, cómodos y con la sensibilidad mellada. Por ellas, en otras partes, hay poesía aún”.

Pasta

Idea planteaba una falta de originalidad en la literatura uruguaya. Por suerte, su generación, la denominada Generación del 45 o Crítica ha logrado superar aquella opinión de Vilariño que expresaba que nadie sabía cantar… La Dictadura apagó varias voces, la década del ochenta y noventa empezó a contar los horrores del pasado reciente, pero en Neoliberalismo y Posmodernismo nos sumió en la literatura de mercado e individualista tanto que la biografía y novela histórica ocupa hoy el centro de nuestro hecho literario.  

Actualmente no faltan escritores creativos, obras sublimes y poesía bien cantada en nuestra literatura, pero tenemos editoriales y vendedores de libros que esconden del público las obras de cientos de escritores jóvenes y veteranos independientes que deben editar casi a escondidas sus obras literarias.

Sin embargo, así como en el teatro de stand up tan de moda, las figuritas conocidas que se llaman actores, actrices, escritores y escritoras, tiene la atención de los medios de comunicación que poco hacen para mostrar lo que hacen aquellos actores y escritores independientes (incluyo a los músicos, artistas plásticos, bailarines, etc.).

Sería bueno que se reparta la torta, o la pasta frola por igual. Manu tiene derecho de publicar su libro aunque el tema, la escritura y demás parezca más un diario íntimo sin interés para el otro que una obra de interés para un lector cualquiera.

También tienen derecho aquellos que apuestan a generar una literatura que combata con aquellas afirmaciones de Vilariño en 1947, para dejar de ser la uruguaya, una poesía provinciana.


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