ESA CAJA BOBA QUE NOS
TRATA COMO IDIOTAS
¿Quién es el culpable
del “Caso Lola”? No del asesinato, sino el culpable del caso mediático que
determina el desfile de información reservada, incorrecta y la estigmatización
de una decena de personas a quienes se les llegó acusar del asesinato. ¿Quién
es el culpable?
¿Qué es el “Caso Lola”? Es el titular del diario. El caso
Lola es aquello que es anunciado en la radio y machacado en la televisión con
móviles en directo, -desde el lugar de los hechos-, cada vez que aparece un
“culpable” del asesinato de la adolescente.
El “Caso Lola” es lo que dice Internet y lo que la gente
dice en Internet y lo que se repite y se especula y se conversa en los medios a
partir de lo que dice la gente, creando un círculo interminable de opiniones,
en un tema donde los “dichos” no valen, porque lo único válido es el trabajo
científico de la policía y la decisión de la Justicia para aclarar el
asesinato.
El “Caso Lola” es el señalamiento a un sospechoso, y de ahí
hasta la cadena de insultos a ese sujeto en las redes sociales. Insultos que
derivan en comentarios sobre temas anexos, en una sucesión infinito de diálogos
que se alejan cada vez más de la verdad.
El “Caso Lola” va más allá de un asesinato, del dolor de la
familia o de un caso policial sin resolver. Es un espectáculo que ha condenado
sistemáticamente a uno y otro de los sospechosos. En cada sospechoso quedó una
mancha, la sombra de la duda del implacable juez social que se permite
especular a partir de sus pruebas: lo que ha contado la televisión. Fue el
cuidacoches, distintos miembros de la familia, un señor de la playa, un amigo,
quienes la cuidaban…
Hubo culpables por un rato, y después dejaron de serlo. Pero
en el fondo fueron culpables, al menos, mientras se informó que estaban siendo
investigados como posibles culpables.
El “Caso Lola” es la construcción mediática de lo que rodea
al lamentable asesinato. Aquello que se arma alrededor de la tragedia. Se muere
una adolescente y comienza a rugir el monstruo. Los sospechosos van pasando uno
a uno por el juzgado. Se informa sobre el inminente cierre del caso, las
medidas que se toman, los pasos que se dan. Cuando se está a punto de resolver,
la nueva noticia nos abruma: “la justicia desestimó las pruebas” o “la justicia
dejó libre al sospechoso”, o “las pruebas de ADN dieron negativo”. Y ahora que
no pasa nada, del “Caso Lola”, la atención se desvía al “Caso de la ginecóloga
desaparecida”.
¿Pero quién es el culpable del “Caso Lola”? ¿Quién tiene la
culpa del show mediático? ¿Será una mente brillante como a la que se le ocurrió
poner en debate si el asesinato de una niña en el Cerrito fue un error o algo
premeditado? Sí, eso pasó en “Esta boca es mía” hace algunas semanas. “Vote sí
o no” mediante mensaje de texto.
Cambiemos los roles
Como el “Caso Lola”
incluye el desesperante intento de buscar a un culpable del asesinato de Lola, ¿Qué pasaría si yo empezara ahora mismo a
mencionar a los posibles culpables del “Caso Lola”? Me refiero al caso
mediático.
¿Es el fiscal?
Funcionario público cuyas opiniones desfilan sin ningún tipo de reserva por los
medios de comunicación.
¿El abogado de la
familia? Figura conocida en nuestro medio, que ahora se ha vuelto el nexo
mediático entre el caso, la familia y nosotros.
¿La jueza? ¿Cuántas veces escuchamos aquello del “secreto de
sumario”? ¿Por qué tengo esa sensación de haber leído el sumario del caso? ¿Por qué tenemos información de primera mano
sobre lo que un acusado le dice a un Juez?
¿Es el periodista Nano Folle? Alguien que hace gala de su
“olfato periodístico” extermina toda posibilidad de un periodismo científico.
¿Son los periodistas argentinos que se han animado a señalar
acusados a partir de entrevistas que hicieron a personas citadas a declarar?
¿Son los debates sobre la culpa de los uruguayos contra los
argentinos (un debate absurdo surgido inmediatamente después del asesinato)?
¿Es el Ministerio del Interior? ¿Citado siempre como fuente
de los periodistas? Que los periodistas cambien sus fuentes, porque más de una
vez, en el “Caso Lola”, se ha dicho que “tal persona declaró su culpabilidad” y resultó que no fue así. ¿Quién es el que se
encarga de decir que los acusados o sospechados acaban de confesar?
Si yo empezara a sacar un artículo todas las semanas culpabilizando
a uno de ellos, todos se enojarían, se sentirían atacados, e injustamente
culpados. Sin embargo, podemos culpar libremente a cualquiera, porque la misma
Justicia y la policía no pueden mantenerse al margen de las especulaciones a la
prensa. Ni en el “Caso Lola” ni en ningún otro caso.
Sobre el caso Lola, yo podría decir ahora mismo que el
culpable es Bonomi. Si, es el Ministro. ¿O saben qué?, mejor digamos que es la
jueza. Si, ella es la que no respeta el secreto de sumario. No, mejor pongamos
al fiscal. Él es. Pero mejor aún, es el portero del juzgado.
En Uruguay, el apresuramiento por ser informante, por informar y por informarse, nos hace cómplices de algunos crímenes que todavía están sin aclarar.
En Uruguay, el apresuramiento por ser informante, por informar y por informarse, nos hace cómplices de algunos crímenes que todavía están sin aclarar.
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Matías Rótulo.