Por Matías Rótulo
El reformador de la educación pública no se merece un título tan altanero, atrevido, desubicado, ordinario y falto de educación. Pero… (los puntos suspensivos del título y de la nota refieren a todo lo que no puedo decir para que no me echen del sistema educativo público del cual soy parte).
Quiero recomendar un libro de José Pedro Varela: el poeta. Se llama Ecos Perdidos. Es parte de la obra poética del barbudo del cuadro de la escuela. Publicado en 1968, José Pedro Varela y su editor le dan autoridad al libro mostrando el interés que tuvo Víctor Hugo por la poesía del uruguayo. Para llegar a la bendición de Víctor Hugo, Varela tuvo que oficiar de adolescente de hoy, desesperado por darle un disco compacto grabado por él mismo a Charly García. Disco que después iría a parar a la basura. En el caso de Víctor Hugo, se tomó la molestia de leer la carta de Varela, la poesía de Varela, recibir a Varela, y elogiar a Varela. Tal vez Varela no era tan malo como poeta después de todo.
El admirador de Sarmiento le envió una carta a Víctor Hugo en la cual se lee “Vuestro nombre, señor, está tan alto que se ve de todas partes del mundo. Poeta, sois el más grande de los poetas modernos; pensador, sois el más ilustre de los defensores de la libertad”. Más abajo dice: “… en mi país se os adora como á un Dios. – Allí los niños, cuando empiezan á balbucear las primeras palabras, murmuran vuestro nombre confundido con el de la Divinidad”.
Los niños en Uruguay decían “papa”, “mama”, “guau guau” escupían papilla, vomitaban, y demás. No sabía que además ya tenían la habilidad, sin siquiera haberlo leído, de conocer al gran Víctor Hugo. Quiero aclarar que no es Víctor Hugo Morales pues si bien en la época de Varela lo idolatraban en Uruguay como a un Dios (ya desde el útero) hoy es conocido con suerte, si en algún liceo decide algún profesor mencionar una obra del poeta francés.
La carta de Varela tuvo su resultado positivo. A tan alto elogio, Víctor Hugo no dudó en citarlo para el 15 de diciembre de 1867 a la una y media de la tarde para hablar “de vuestra poesía –dirigiéndose el poeta a José Pedro Varela-, y de vuestro talento”.
Varela y editor se pusieron de acuerdo en publicar parte de la charla citando los elogios de Víctor Hugo, en el propio libro de poemas de Varela. Algunas costumbres no cambiaron mucho, ya que lo mismo hacía Federico Fasano cuando ponía su foto en la tapa de La República, con títulos rimbombantes que empezaban con “Fasano logró tal cosa, o tal otra”.
Así se lee en el inicio del libro de poemas: “En la larga visita que con ese motivo le hicimos, el ilustre escritor acogiéndose favorablemente, nos alentó con frases bien halagüeñas para nosotros á que continuásemos en la comenzada vía, y autorizándonos para que publicáramos sus palabras”.
Gol de Varela
Víctor Hugo relató a los convidados cómo veía la poesía de Varela. Destacó el estilo europeo del uruguayo y su espíritu francés a la hora de plasmar las letras en verso. “Veo en ella (en la poesía) que es el alma de Francia la que palpita en usted” expresó Víctor Hugo, según lo que nos dicen el editor y Varela que dijo el poeta. Víctor Hugo fue un visionario y dijo que a pesar de “las nubes” que había en el convulsionado Uruguay de mediados de 1800, veía un futuro de “tiempos mejores”. ¿Qué otra cosa podía decir?
Varela le responde a Víctor Hugo, ya que se mostró preocupado el famoso escritor por el tiempo difícil que atravesaba el país. Que lo atravesaba desde que se conformó como país. Entonces, Varela escribió debajo de las palabras de Víctor Hugo, a modo de prólogo en el libro: “para que la república del Uruguay sea un émulo digno de los Estados Unidos, solo es necesario que el transcurrir de algunos años nos dé por resultado un poco menos de desierto y un poco más de civilización: o mas bien, algunos gauchos menos y algunos pensadores más”. Sobre los gauchos, dice más abajo: “Este libro… es en la mas alta es (x) presión de la ideas de su autor, sería un saludo á esos pensadores que vienen ó una maldición á esos gauchos que se van” (sic).
Varela, tiempo después publicaba su famoso artículo “Los Gauchos” (en La Revista Literaria de julio de 1865) en el cual proponía que parte de las desgracias de la nación uruguaya provenía de la falta de educación que llevaba al no respeto de los derechos de la propiedad privada, por parte de los gauchos en la campaña.
Su poesía de tono romántico (por eso lo fue a buscar a Víctor Hugo), con un dejo de abandono, transita entre las “palpitaciones”, la dedicatoria a su madre, cantos a señoritas, “la flor de la vida” un cuento donde aparece Víctor Hugo (obviamente), y otros momentos sublimes como “Meditación”.
Por ejemplo: “otra vez una nota cadenciosa / voy a arrancar a mi doliente lira / que siempre melancólica suspira”. Si yo fuera Víctor Hugo lo hubiera elogiado igual, no sé si por la poesía o para sacármelo de encima.
De todas formas, más allá del acto de soberbia de José Pedro Varela, que mucho y muy bien hizo por nuestro país (hoy sería cuestionado por su opinión tan radical sobre la necesidad de que algún tipo de personas no exista más), es un libro que recomiendo leer, ya que si Víctor Hugo lo recomendó… ¿Alguien va a dudar de la opinión de Víctor Hugo? Pregunto…
Estimado, ya que anda interesado en JPV, le dejo un análisis a partir de sus libros más conocidos: http://el-pareja.blogspot.com/search/label/Jos%C3%A9%20Pedro%20Varela
ResponderEliminarSaludos.
muy interesante
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