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Ya nadie escucha rock and roll



Elvis  Prestley apareció y fue un boom. Pero también generó miedo y críticas. El rock pasó a ser la revolución, no sin antes transitar por el oculto proceso de surgir en garages, bares o secundarias. Un buen día, todo explotó y el rock tuvo un proceso similar al de la Ilustración. Hoy, el rock vivió en carne propia su propia historia. 

Esta reflexión tras revisar los ranking (tendencias) de las plataformas de música a nivel mundial. El rock no aparece en casi ninguna. Las canciones de modas comienzan con unos sonidos Psicodélicos desgradados sin un inicio claro, y a pura base de máquinas, sustituyendo al humano en su máxima expresión, surgen las voces mejoradas con autotune sin ningún pudor, con letras llanas y ausentes de figuras retóticas complejas, de historias simplonas y cantantes que pareces que acaban de sufrir un ACV y se babean sin sostener ni un rato un estilo origina: todos cantan igual. No se les entiende, igualmente, no hay mucho para entender. Es una música que paga la cuota de la sociedad que ya ni siquiere pretende divertirse, ahora, solamente queremos escuchar lo que hay, y listo. 

Cuando uno le pregunta a un adolescentes (recuerden que soy profesor de adolescentes) por qué consumen cierta música, la respuesta es "porque es lo que hay". Ya, no existe el argumento de "me gusta", o "está de moda". En la era de la hiperinformación y conectividad absoluta, con todas las posibilidades de conocimiento que tenemos, incluso de otros continentes y tiempos, parece que se hizo un embudo donde todos caemos en la botella de lo que cuatro o cinco mamotretos sin talento, logran convencernos de que es eso o nada. Me corrijo, sí, tienen talento, nos convencieron. 

Durante décadas, el rock se instaló como emperador, hasta que un día, hoy, estos días, fue aplastado por el interés general global de otros géneros. Algo así le pasó a la Iglesia en el siglo XVIII, cuando llegaron los hombres ilustrados, Voltaire por ejemplo, y junto a Diderot y otros, enfrentó el saber absoluto, y prometiendo libertades, nos encerró en la jaula científica. 

Lo mismo ocurrió con el rock, su aventura liberadora, la pelvis de Elvis (eso es reducirlo injustamente, siendo que de Elvis se puede destacar su arte), pero también quienes lograron elevar el rock del subsuelo al cielo. Pero también el rock fue parte de eso que hoy decíamos: hay un embudo, de los miles y miles de rockeros que se cuelgan una guitarra, solamente llegan ¿Cuántos? Y de los cuántos, ¿Todos tienen talento? ¿Quién no ha escuchado cosas inescuchables, también en el rock?

Lo elevado, aquello que el rock ensució con su desprolijidad, pasó a ser el mismísimo rock. Los artistas más grandes son megaeetrellas de poderosa cuenta bancaria. Hoy no sufren la crisis, la crisis la sufren los que desde el rock quieren mostrarse, pero para eso cambien, que les de un ACV, metan computadora, letras basura y métanse un nombre tipo H. BABE, o L-JETA. 

¿Cuándo aparecerá el nuevo Elvis?

El rock, hoy, es lo distinto. Está fuera de moda. ¿Eso no estaría bien para el rock? ¿En lo under no está más cómodo? ¿La mayoría del rock de los últimos 60 años no se hizo así, con ilustres desconocidos, pibes haciendo una banda de garage? En Uruguay, el rock fue poco masivo salvo algunos años décadas atrás. 

Así, desafiando las reglas, saliendo de las normas, un día Elvis y otros tantos (incluso acá y en Buenos Aires), saltaron del under para gritar revolución. 

MR.

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