Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Prohibido leer

Declaración de pocos principios

Una reflexión de la recepción del arte en momentos de crisis. El texto es de 2003 y anunciaba los deseos del autor por aquellas épocas.  Yo creo que el sufrimiento es un anhelo que tenemos los seres humanos. Exagero, generalizo, pongo en boca de los otros lo que me pasa a mí.  El anhelo que tengo es el del gustito en el paladar de la lengua dulce de una muchacha que me bese. De una mujer que no existe. Se llama XXXX y tiene 18 años. Rubia, de ojos verdes (lo de los ojos verdes es una mentira piadosa, tiene ojitos azules). Si escucho “Autoblues” de Fernando Cabrera me pongo melancólico. Entonces pongo a Spinetta o a Los Rodríguez. ¿Por qué Spinetta hace “Peluson of Milk”? En el futuro quiero ser profesor de historia, o de literatura, y escribir mucho. En el futuro quiero morirme de pie. No sufrir, ser acribillado, y que la rubia me llore como la virgen María debajo de la cruz. Quiero que mi sobrina peine su pelo rojo. Si leo a Jorge Luis Borges me decepciono de mi espanto

¿Cómo es la muerte?

Un relato sobre qué es la muerte, o cómo se vive (aunque no se vive). L a muerte es así: La gente está viva y de repente se muere. Se murió. No hay más gente. Como tenemos conciencia, algo que otros animales no tienen, sabemos que existimos. Entonces aparecemos en otro lugar. Así, sin más.  No hay San Pedro, no hay nubes, no hay nada. Es otro lugar (no me interesa detallar cómo es ese lugar). Quiero sí decir un aspecto importante de la muerte: cuando aparecemos, estamos todos, absolutamente todos recién despertando en ese lugar. ¿Qué quiero decir con esto? Un hombre con conciencia (los hombres y mujeres así como los niños, que no tuvieron nunca conciencia de sí mismos no aparecen, no están, no existen en esa muerte y no sabemos qué pasa con ellos), se da cuenta de que está muerto en el mismo momento en que se da cuenta el resto de la humanidad. Me explico mejor. Es como si yo saliera ahora de Uruguay rumbo a España y llegara en veinte horas por avión. En el mis

El esposo de Isabel

Una historia sobre una reina y su esposo. Por Matías Rótulo El esposo de Isabel la engaña por las noches y la ama por las tardes.  De mañana duerme y sueña con un viaje a algún lugar bien lejos que lo haga olvidar del sufrimiento.  El esposo de Isabel tiene cuatro hijos, todos con Isabel. A veces en su trabajo la llama a Isabel y luego a la otra mujer.  A veces no se acuerda a quien llamó y repite las llamadas para que nadie le reproche su falta de amor.  El esposo de Isabel gusta del buen comer, beber y del sexo, algo que nunca desperdicia si tiene la oportunidad de zafar del sexo con Isabel.  

De haber entrevistado a García Márquez

No tendría nada para preguntarle a Gabriel García Márquez. Soy un pésimo periodista. Sin estilo, desprolijo, desencantado, sin ninguna idea genial que sea traducida a una pregunta para el mismísimo Gabriel García Márquez. Por Matías Rótulo, Lima/2014, a poco de morir García Márquez Simplemente le pediría que me hablara de Sófocles, Aristófanes y la sensación que le provocó ver su primer artículo periodístico publicado en un diario. En realidad quisiera escucharlo decir algo sobre Dostoievski y su obra. Cosas insignificantes para el público lector de la entrevista. Cuestiones que me interesan a mí y sólo a mí. Cualquier editor de diario me gritaría por mi inoperante charla, rompería mi artículo en pedazos, la redacción se llenaría de ese silencio que rodea a las redacciones de los diarios cuando un jefe le grita a su escriba por algún error imperdonable, por haber tirado a la basura una entrevista a Gabo. Gabriel García Márquez, al terminar la entrevista

Una historia en dos décadas

Una misma anécdota cruza el espacio y el tiempo en coordenadas literarias. Una ficción producto de la realidad de un adolescente primero y del hombre adulto después. PARTE I. Escrito en 1999 La chica más linda de mi barrio se llama M. No es la más linda, simplemente tiene la sonrisa más clara del Buceo. Ayer la vi llorando. Iba caminando rápido entre las gotas de lluvia que se mojaban con sus lágrimas. Transparentes ambas. las gotas de lluvia no giran en la cara de la gente. Las lágrimas hacen su recorrido escalera abajo hasta lanzarse al vacío desde el mentón al suelo. Ella, M. iba volcando lágrimas, hiriendo en cada paso el piso que la veía pasar desde abajo. Yo me puse un poco celoso del piso hace un tiempo, porque él la espía por debajo de la pollera. Pero ayer de tarde no pensé en eso. Me parecía hasta sucio imaginarla desnuda, siendo que la podía escuchar y verla gritándose para adentro algo que todos evitábamos escuchar. Lloraba por alguien, tal como supe después. 

Los estudiantes se convirtieron en animales

Una historia basada en un hecho real, tras una excusa dada por un estudiante de un liceo de Montevideo a sus padres cuando un día llegó tarde a su casa, pero está Prohibido leer.  Estaba en mi última clase de este año, escuchando a un estudiante recitar de memoria una lección sobre no sé qué asunto de comparaciones inútiles entre textos hermanados, interminables, esdrújulos y compulsivos. La boca se le movía y los dientes se le veían subir y bajar en su calco exacto de la página tanto, capítulo cual, parte segunda, texto excelente, hora catorce, minuto diez, primavera montevideana. De pronto, el adolescente se paró y partió el lápiz verde pero de grafo negro que hamacó durante su exposición de manera nerviosa en su mano derecha. Lo deshizo con ambas manos. Lo destruyó como un karateca reventando una tabla de golpe de canto. Lo reventó contra el piso con rabia. El resto de sus compañeros se tomaron de su banco con tanta fuerza como los pasajeros de un avión en picada. Y

Los niños se están muriendo

Un cuento a partir de un sueño de colores rojos, blancos y negros tras ver imágenes de la guerra. La niña ya está perfumada y lista para que su vestidito a rayas verdes sea sustituido p or una mortaja blanca.  Tiene siete años y su condena d urará cuarenta y seis segundos en el info rmativo de las siete en mi país. Yo la miré indignado y supuse que ella me miraba. Sentí que me pedía perdón por algo que yo había hecho.  A veces pienso que nací en el lugar equivocado. Agarré un libro para em pezar la página mil, y no pude en frent arme a las primeras tres letras de la primera palabra de la hoja. Porque la niña me susurraba el nombre de un poderoso dios que me echaría un a mal dición.  Hice un espacio lo suficientemente grande en mi mesa como para que entrara una vela encendida, volqué miel en el vidrio, re gué de arroz a la llama, que ni se inmutó con la lluvia. Y de pronto la luna empezó a temblar. Los días pasaron y yo veía a la niña a l o s pies de mi cama. Co

Diálogos intolerantes

Un diálogo sobre las lecturas del autor, lo llevaron a mostrar los efectos de la intolerancia ante los gustos del otro.  - Che, Rótulo ¿Vos lees eso? - Leo eso. - Eso que lees está muy sobrevalorado. No me interesa, me aburre mucho. Es una mierda. - Puede ser. - Además vi en tu Facebook que leíste a XXXX. A mí me gustó la novela YYY de XXXXX. - No la leí. - Igualmente en el IPA deberían enseñarlo. - Yo no voy al IPA. - Pero fuiste. Claro, ustedes en el IPA van a aprender literatura tipo liceo ¿No? - No, vamos a apr... - Escuchame pibe, yo ya pasé por esa. En la dictadura fui en cana y me cagaron a palos y los del IPA se escondían y nosotros dábamos la cara. Estuve leyendo lo que escribiste. Jugátela un poco más. Sos muy sentimentaloide. ¿Leíste a MMM? - No. - ¿Ves? Lees cosas comerciales y no leíste a MMM. Ese que estás leyendo, el Lamborghini ese. El cuentito ese de El Fiord es pura basura. ¿Te gustó? - No sé si me gustó o no, tengo que volver a leerlo, es duro, complejo,

Lector in lector

Una narración inspirada en una foto oscura y poco clara, en una novela nunca leída y en una historia muchas veces escrita. Cecilia es la protagonista de este cuento del año 2017.  Por Matías Rótulo Ella inspeccionó los ojos de él. Él se sintió intimidado ante su belleza. Ella insistió, adelantando el mentón, como queriendo introducir sus ojos en los ojos de él. Como los gestos no alcanzaban, ella le preguntó finalmente qué tenía que decir él de la obra de ella. De la foto. “¿De la foto?” preguntó él con los ojos en el relato. “¿De la foto y el relato”? respondió ella fastidiada.  Ella, ante los ojos de él fue perdiendo la belleza. Volvió a mirar la foto, volvió a mirar las letras del relato pero a una velocidad en la cual apenas podía captar algunas letras, distinguir un par de palabras. Ella en silencio lo miró, alejando su cara de la de él para permitirle el espacio de reflexión. Él le dijo que le gustaba. “Me gusta” pareció esbozar de sus labios de hombre, secos de dudas

poema escrito en un 127

Hoy tuve vértigo. Tomé cierta distancia apuré el paso pero el mareo me acercó al cemento                  al cementerio al bosque más claro de la noche al broche más abierto de tu espalda camposanto de los perfumes las heridas van en serio las mentiras son lágrimas                                                    lástima                            lastimas Paso Molino la vereda es un hormiguero hoy el vértigo es la distancia 2 de agosto de 2019