Desde que Fernando Vilar comparó su informativo con un perfume ya nada es lo mismo. Un perfume es un producto suntuoso, decididamente envuelto en un interés comercial, con fines estéticos. La información es un bien, un derecho, que nada tiene de estético. Por Matías Rótulo para el Semanario Voces / 23-07-09 Cuando compramos un perfume no pensamos en la información más que sensitiva: el aroma que deja. También se puede pensar en el ritual del apareamiento posterior al ponerse el perfume. Uno se viste lindo, se encaja la colonia en el cuellito y va el sábado a mover las caderas al bolichongo, tratando de conquistar algo. Cuando miro un informativo o leo un diario para informarme no pienso ni en lo estético, ni en “comprar nada”, ya que la compra que hice fue la previa: la de pagar el diario por ejemplo. Entonces, deposito mi confianza en quienes me informan. Los que informan pueden generar en mí sensaciones diferentes a las que genera el perfume. Puede –la información-, reperc
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