ESA CAJA BOBA QUE NOS TRATA COMO IDIOTAS
Por Matías Rótulo
Si usted no está al día con esta noticia, puede enterarse mirando “Intrusos”, “Vivana Canosa” (que ahora está en vivo “yupi”), “TVR”, o “Zapping”, y hasta los programas matinales que no dejan de referirse a los programas y chimentos argentinos. La historia es así: Vanucci es esposa de Cristian Fabiani, un futbolista argentino, que antes de ser esposo de Vanucci tuvo una acusación de agresión por parte de su ex pareja, otra modelito argentina con la cual tiene una hija.
Pero más allá de una historia más de amor y desamor mediático, dónde son protagonistas dos o tres buscavidas que utilizan las cámaras para hacer eventos –por ejemplo en Montevideo y Punta del Este en temporada-, y que sean idolatrados por el público ansioso de ver carne fresca y perfecta, hay un tema mucho más serio.
Las fotos de la modelo, publicada por la siempre embanderada en las cuestiones más profundas de nuestras sociedad, es decir la revista “Caras” (que ahora tiene una versión en Uruguay “Yupi”) muestran ensangrentada a la modelo, con la ropa rota, una corona como la de Jesús en la crucifixión, pero ella siempre poniendo cara goce sexual y de “que divertido que es esto”. Estas fotos se dan en un contexto dónde la modelo, la semana pasada denunció a su esposo. La denuncia fue de violencia doméstica, y la misma, según ella misma declaró en los programas de chimentos, la radicó en una comisaría de Buenos Aires. Luego de las fotos, la modelito no ratificó la denuncia.
El hecho se generó televisivamente. Pasó por arriba de la televisión de Argentina, y por ende de la uruguaya, con el agregado de unas cuantas reivindicaciones a la violencia hacia la mujer. Comenzamos por los chistes de Jorge Rial en Intrusos, que se vieron en Montevideo. Ríal le decía a la modelo “¿podés hablar con nosotros, si es que tu esposo no te pega?” Días después, una vez que la modelo realizó la denuncia, el mismo Rial dijo que conocía de antes el hecho de que la modelo fuera golpeada, sin embargo no había querido informarlo por respeto.
El otro hecho significativo, fue el que protagonizó el mismo e intocable Marcelo Tinelli, (ídolo absoluto por luchas en las causas sociales más terribles, pero siempre y cuando estas causas sociales le den rating). Cabe aclarar que ante todo hecho que por más violento que sea y que genere Tinelli, él y su equipo de reidores lo convierten en “buen humor”. La modelo, antes de bailar en el programa de Tinelli, llevó ropa interior revestida de diamantes. Tinelli, se dio el lujo de tocar a la chica en sus senos y sus nalgas, como desinteresadamente, mientras hacía un cálculo del valor de cada pieza.
Esto lo hizo, sabiendo de antemano de la denuncia de abuso que la modelo había realizado frente a cámaras sobre malos tratos por parte de su esposo. Dos días después, la modelo realizó la denuncia policial. Tinelli, sabiendo –según declaraciones de la propia modelo-, que el motivo de la nueva pelea puertas adentro fue aquel toqueteo, no hizo más que preguntarle si el esposo estaba o no enojado con él, bromear, y dejar pasar un tema tan grave, como un acto más de Tinelli en su inalcanzable búsqueda del buen humor, sano y familiar.
Justficación de la violencia
Las fotos de la modelo en la revista Caras, son sólo una parte del tema, tal vez el que motivó la indignación pública, de los argentinos y también la de los uruguayos. Por aquí, previo a las fotos, algunos programas matinales se dedicaban a sumarse al chusmerío berreta, y algún conductor se animó a decir que era golpeada porque “algo habrá hecho”. Lo triste se disimula con lo gracioso. Un boxeador, que también baila con Tinelli, dijo que si a su esposa la encuentra con otro hombre la “muele a palos”. Claro que fue dicho en lo de Tinelli, y con la simpatía de un hombre de 140 kilos, y dos metros de altura, en un programa de “humor” y diversión” y cuya única virtud es decir todo el tiempo “culeao”. Esa justificación de la violencia, también pasó sin pena ni gloria por nuestra televisión.
No hay una reflexión, un mensaje ni un pedido de disculpas de nadie. En el programa de “Cristina” (emitido a las 16 horas), quienes supuestamente dan testimonio de su vida, afirman que golpean a sus parejas, sean hombres o mujeres, por cuestiones de “corrección” ante un mal acto del otro, es festejado por la tribuna. También transitan por nuestros canales de televisión justificaciones de la violencia sin ninguna censura.
En Uruguay, la excusa de la “no censura”, es proclamada por medios (los televisivos) que años atrás fueron partícipes de la censura colectiva que la dictadura impuso, siendo voceros de los militares en muchos casos, y sin ir muy lejos, son los mismos medios que no transmitieron las campañas del Plebiscito de la Ley de Caducidad, cada vez que esta fue a votación.
Ese tipo de censura si existe. También son los canales que no quisieron pasar la campaña de Ovejas Negras porque había mujeres que se besaban con mujeres. Pero personas justificando la violencia de género, o mujeres que denuncian golpes de sus maridos y luego juegan con un tema que le cuesta la vida a tantas mujeres en nuestra región, no es censurado por nadie. Tampoco se pone en cuestión estos temas. No se discute, no se habla. Tal vez debamos comprar Caras, ya que da lo mismo ir a una isla a sacarse fotos, como mostrarse golpeada, pero feliz.
Publicado en el Semanario Voces del 17 de junio de 2010
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Matías Rótulo.