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Hombres que intentan dejar de ejercer violencia doméstica


Por Matías Rótulo (Publicado el 13 de mayo de 2012 en La República)

Los victimarios no se recuperan en un sistema carcelario que propone el castigo pero no la recuperación. Una experiencia traída de México y apoyada por la Intendencia de Montevideo permitirá que los hombres que así lo deseen puedan participar e intentar dejar de ejercer violencia doméstica.
un grabe problemaLos victimarios no tienen un plan de recuperación desde el sistema carcelario. Algunos intentan salir adelante, y otros tienen la intención en algún momento de dejar de ejercer violencia intrafamiliar. Pero la falta de un plan generalizado y también la falta de voluntad de algunos hombres, así como el desconocimiento de normas y derechos del prójimo, también impide que el tema sea por fin erradicado. Una nueva experiencia intenta dar una respuesta a los hombres que ejercen violencia, y en el momento doce de ellos concurren a los encuentros grupales.
¿Está el sistema carcelario preparado para rehabilitar a personas que ejercen violencia doméstica?
La violencia doméstica dejó de titularse en los medios como “crímenes pasionales”, pues se comprendió que se estaba frente a situaciones de vulnerabilidad, abuso, y control ejercido por una sociedad machista y con una figura fuertemente arraigada al rol patriarcal. Muchos hombres (nos centramos en los hombres ya que la mayoría de los casos los tienen como protagonistas de la violencia) salen sin una rehabilitación de la cárcel, hayan o no asesinado a una mujer o niños.
Si bien no hay estadísticas claras, basta con ver los antecedentes de los hombres golpeadores, para darse cuenta de que no es la primera vez que lo hacen. María Elena Mizrahi, del Consejo Nacional Consultivo de Lucha contra la Violencia Doméstica en representación del INAU (el consejo es integrado por el INAU, Mides, MSP, Congreso de Intendentes, Ministerio del Interior, Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica, entre otros), explicó que “uno de los problemas es que no existe una rehabilitación cuando el agresor sale de prisión ni dentro de ella” y “lo que ocurre es que se cumple con la ley penal y la persona va presa”. De hecho, LA REPÚBLICA consultó a nivel judicial sobre medidas en particular y en todos los casos, los consultados remitieron el tema al Ministerio del Interior. Allí, no hubo respuestas claras al respecto.
Pero desde hace algunos meses se viene desarrollando un programa llevado adelante por la Intendencia de Montevideo, el Centro de Estudios sobre Masculinidades y Género y el Unfpa (Fondo de Población para las Naciones Unidas), una propuesta de rehabilitación de hombres que ejercen violencia doméstica.
Darío Ibarra, director del Centro de Estudios sobre Masculinidades y Género, licenciado en Psicología (Universidad de la República), es quien trabaja actualmente con doce hombres que llevan adelante una experiencia que ha tenido éxito en México y Estados Unidos y que también se realiza en Panamá. El modelo traído de México es “el trabajo con hombres que han decidido dejar de ejercer violencia doméstica”.
Con una metodología de trabajo grupal, los hombres concurren una vez por semana, son veinticuatro sesiones, cada una de dos horas. Cada grupo es de hasta quince personas. “A medida que pasa el tiempo, algunos avanzan y otros se integran, por lo que hay distintos niveles de trabajo”, explicó Ibarra. Según el licenciado en psicología “hay hombres que fueron judicializados, denunciados, estuvieron presos” indicó. Aclaró que hay “distintos tipos de violencia como la física, la económica, o la psicológica que también son atendibles”. Ibarra señaló que “se tiene contacto con las víctimas a mitad del proceso de recuperación del victimario, o si hay alguna restricción se toma contacto con un referente familiar de la persona”. De esa forma se realiza una de las evaluaciones sobre el proceso del participante.
Pensar en la rehabilitación
Ibarra prefirió que los participantes, que actualmente van por la quinta sesión no dieran declaraciones a la prensa para no obstaculizar el proceso.
LA REPÚBLICA tomó contacto con Osvaldo, quien espera que la Justicia determine una pena tras ser encontrado culpable de agredir a su esposa. Osvaldo fue entrevistado por este matutino y en algunos pasajes justificó la violencia ejercida. Teniendo en cuenta el tema de este artículo tomaremos lo que dijo Osvaldo al respecto. “No sé si tengo que ir a un curso de rehabilitación, pero no creo que en la cárcel me vaya a rehabilitar”. Osvaldo no descartó que de conocer algún grupo de ayuda como en el que trabaja Ibarra (ver datos en recuadro), decida concurrir.
Un tema urgente
Desde el Consejo Nacional Consultivo de Lucha contra la Violencia Doméstica integrado por varias instituciones estatales se sospecha que la violencia doméstica sobrepasa lo conocido en los medios de comunicación. De hecho, la visibilidad del problema ha crecido a fuerza de campañas públicas realizadas desde distintas organizaciones (estatales o no). Las denuncias aumentaron pero el creciente número de casos revela una violencia que se oculta detrás de las paredes de una casa. El Colectivo Mujeres de Negro realiza una intensa actividad social y campañas de sensibilización para terminar con uno de los problemas que afecta a la población de una manera, muchas veces silenciosa, pero el Estado uruguayo tiene en el debe rehabilitar, reeducar y resocializar a quienes cometen este tipo de delitos cuando los victimarios están en la cárcel. Mizrahi dijo que “puede haber una reincidencia en el victimario” y por eso “es importante trabajar con la familia, integrarnos a ella, para que después no se siga reproduciendo la violencia”.

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