Por Matías Rótulo Plaza Uruguay - Asunción del Paraguay El bufón se enfermó y la tristeza hizo estragos. Ahí mismo se suicidó el amigo con el peor delirio de todos: anduvo desnudo girando en la Plaza Independencia. Llegó un policía travesti, y se rió del enfermo y del paralítico. Los Presidentes saludaban con una sonrisa. Los militares taconeaban una marchita infantil. Traca tra, traca tra, turu, turu. Tengo la onomatopeya de una sombra que suena así… ¿Escucharon? Entonces apareció un paraguayo y todos lo miraron sorprendidos, se hizo un silencio, el suicida detuvo su acto y volvió a respirar, el bufón frunció los labios como dudando del momento, los Presidentes hicieron la venia, y los militares pusieron sus dedos en la lanza. El policía se acercó a preguntarle al paraguayo de qué país era: soy paraguayo. Y todos rieron, menos el paraguayo que se arrodilló a gritar y desde arriba se lo vio golpeado por gotas de lluvia que le atravesaron el cráneo. Plaza Independen
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