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Álvaro Vega, el diputado expulsado: “Tengo la sensación de que algunos ministros viven en otro mundo”


“Se alborotó el avispero”, dirán algunos analistas del acontecer político de nuestro país, mientras se refriegan las manos. En pocos días se sucedieron las bajas de Esteban Pérez y Álvaro Vega en la bancada de diputados del MPP. Mantuvimos con este último la siguiente charla, en la que con su bisturí despeja los tejidos para dejar al descubierto varios órganos vitales de una conducción política que a su juicio requiere con urgencia de una cirugía restauradora.

Por Matías Rótulo, Jorge Lauro y Alfredo García / Fotos Rodrigo López (publicado el 7/3/12 en Voces)

¿Qué pasa contigo en el MPP?
Después de una larga lista de discrepancias, resolvieron que me iba del MPP y, por ende, del parlamento.

Son colaboradores, porque te ayudaron a resolver.
Yo les digo a mis compañeros que esto es como los divorcios, si te dejan es mejor porque tenés menos culpa.


¿Qué es una larga lista de discrepancias?
El MPP ha tenido una concentración de poder que continúa en un congreso en el cual se cierra el camino y se termina yendo la CAP-L (corriente que todos conocíamos), y eso forma parte de un achicamiento y quedarse con las direcciones. Después, en ese o subsiguientes, sacaron a los llamados institucionales -que éramos nosotros-, de la dirección y se fueron haciendo elecciones de direcciones por plancha, que en definitiva todo el mundo sabía que se manejaban por abajo, en una concentración de poder que está fundamentalmente en mano de aquellos que se han profesionalizado en la política y que terminan manejando el MPP.

¿Este es un patrimonio exclusivo del MPP o pasa en los otros sectores del Frente?
No participio de la vida política de los demás y no puedo hablar sobre lo que no conozco.

Eso de las elecciones por plancha choca un poco con la misma concepción de participación popular.
Donde cada uno debería votar abiertamente a quien quisiera. En general, la gente votaba a los que conocía pero bueno… es el juego de elegir una dirección.

¿En el fondo se trata de una lucha de poder o hay discrepancias políticas de concepciones?
Ojalá que hubiera cuestiones ideológicas, pero en todas las organizaciones humanas hay luchas de poder. Eso es natural, lo que pasa es que tengo una definición desde hace muchísimo tiempo en donde yo no peleo en lo interno. Para mí, la pelota está afuera y no hay que pescar en la piscina. Hay que convencer gente de afuera. No hay que pelear por el poder en la interna. Creo que el poder en la interna deviene de lo que la gente pueda darte y no de los agrupamientos o lobbys que puedas hacer para quedarte con direcciones. He militado en muchos lados y en general, no pasa eso.

En el MPP se veían como distintas fracciones adentro. Se hablaba de la línea Marenales, de los institucionales y los del Interior. Pero diferencias de fondo ideológicas, no se notan.
No, porque tampoco hay mucha discusión ideológica.

¿El MPP dejó de elaborar línea?
Es parte del problema. Se nota un problema de formación en mucha gente que hoy está militando en política. Un problema de formación que se nota en algunos hechos (públicos y otros no tanto), que denotan que no hay una discusión de fondo. Un ejemplo, lo que está pasando con el tema de la Suprema Corte de Justicia donde todos sabemos que el juicio no es posible. Soy médico, no jurista pero sin embargo sé que si uno no comete un delito nadie le puede hacer un juicio.
Por un lado están las fuerzas de izquierda y por otro lado aparecieron los partidos tradicionales, el Partido Independiente más la Asociación Rural. Falta la Asociación de Bancos y era como en el 71. La gente balconea y eso es lo peor. Eso pasa cuando uno no discute estrategias. Esto es un embate de la derecha y lo último que a una fuerza de izquierda le puede pasar (mucho más si está en el gobierno), es que la población balconee y no participe. Eso es una estrategia que no se construye en la medida en que no se discute.

¿No se discute internamente?
Y falta formación. La gota que desbordó el vaso con el MPP fue lo que pasó en Florida con el frigorífico. Me parece que el objetivo debería ser la socialización de los medios de producción. La estrategia puede ser la empresa recuperada, cooperativas, la asociación de cooperativas con privados, etc. Y la táctica, elegir a aquellas que no vayan a fracasar. Si en una organización que no discute cae esa idea y la usan para todo, desde una aerolínea hasta un frigorífico sin considerar las características particulares de cada uno en los lugares. En una aerolínea donde la seguridad es fundamental, no subo a un lugar donde después van a discutir quién debió de haber apretar el tornillo y por no apretarlo, se cayó el avión. En la industria frigorífica hay cuatro empresas que manejan el precio interno, el precio de los productores, gastan 10 millones de dólares para comprar un frigorífico y cerrarlo, tenés que ir a pedirles a tus enemigos de clase (la Asociación Rural), que te vendan ganado… difícil, ¿no? Cuando esa idea cae en una organización que no discute, se aplica como receta de cocina y eso es falta de formación.

Y eso para vos era una carta al fracaso.
Más en Florida, donde el frigorífico es un ícono que está en la puerta, vacío. Todos lloramos todos los días que pasamos por ahí porque significa 300 puestos de empleo en un lugar donde no abunda. Ese fracaso sería tremendo y nos hipotecaría a largo plazo. Esas aventuras no se pueden correr cuando uno quiere cambiar algunas reglas de la sociedad o del mundo.

Cuando planteaste esta discusión, ¿qué te respondieron?
Nada, no se discutió. Me enteré por la prensa que estaban manejando el tema de la cooperativa.

¿Ahí fue tu reacción… la gota que desbordó el vaso?
Claro, porque con lealtad puedo tener discrepancias, pero en general cuando no hay lealtad es muy difícil. En una radio de Florida me preguntaron si había diferencia ideológica entre el MPP y Asamblea Uruguay… no sé cuáles son, porque no son notorias, si es que las hay.

 A partir de lo que pasó, ¿tuviste contacto con Mujica o con su entorno?
De mi salida del MPP me enteré por la prensa. Mis compañeros deben de haber perdido mi teléfono porque no me avisaron.

¿Tus compañeros de bancada del MPP se acercaron a este ámbito legislativo?
No, ninguno. De otros sectores sí.

¿Sentís que te dieron la espalda y ya es un tema cerrado?
Creo que estoy contaminado.

 ¿Vas a ser un paria?
 Algo así. El que se acerque a mí, puede tener alguna dificultad. Hubo compañeros que me llamaron.

¿Tuviste algún acercamiento político con algún otro sector del Frente?
Mi futuro es el Frente Amplio, siempre lo fue. Considero que el Frente Amplio es mucho más que la suma de los sectores.

¿No mantendrías la banca del MPP?
Eso fue lo que pensé toda mi vida y no me voy a traicionar. No estoy atornillado a ningún sillón. Además, la banca de diputados es bastante incómoda. No creo que uno tenga que tener un cargo para dar una batalla por cambiar el mundo, por mejorarlo y porque sea más justo. El que piensa eso está equivocado. El MPP se ha venido transformando en una organización de políticos profesionales que creo que está mal.

¿Gente que ha hecho de la política su fuente de ingreso?
Exacto… y que después tiene el natural y humano intento de mantenerse en donde está y no perder posiciones y eso termina en estas guerras internas.

Eso se entiende en gente que puede ser “recién llegada” a la política, pero en el caso de Marenales…
No hablo de Marenales… con él teníamos una serie de discrepancias, pero es el loco que todos precisamos porque dos por tres nos hacía acordar para qué estábamos ahí. No se me ocurre hablar del viejo porque me parece que no estaba en estas cosas. No estoy seguro, pero era el que decía lo inesperado y refrescaba algunos temas de historia y del presente que todos estábamos precisando. Lo respeto mucho.

¿Vinieron a hablar contigo Baráibar y otros compañeros?
Vinieron. Julio Baráibar creo que es un poco ingenuo porque en realidad, está fuera de la interna. Le ha dedicado su tarea a otra cosa. Por ejemplo, no sabía que el que me va a suplir en la banca está en la dirección, es un detalle no menor. En realidad, me plantearon que la dirección nacional había resuelto esa conversación. Sin embargo, hubo gente que se adelantó y salió a decir que ahora van a decir lo que siempre pasa: “En realidad, el periodista transcribió cosas que no dije”. Ahora están los grabadores que siempre pueden sacar la versión pero en principio si una versión de prensa no ha sido desmentida, creo que es verdad.

 ¿Tu reacción fue por el tema viajes? Diste este tema como un ejemplo de lo que es la razón de la tarea política para muchos.
El poder tiene esa cosa de acomodo a una situación muy cómoda. Acá sos tu patrón y tampoco nadie te pide que trabajes mucho. Si mirás lo que pasa en cada una de las sesiones, ves que la gente no trabaja gran cosa y todavía tenés la chance de irte de viaje. Me parece que los viajes en algunas circunstancias están justificados. Denuncié el viaje que hizo la presidenta que era de mi sector, porque me parecía que tenía que tener la autoridad moral de decirle a los demás. Pero si oculto lo que pasa en mi sector y denuncio a los demás, soy flor de macanudo. Ese viaje le salió 100.000 dólares al país.

 ¿Adónde fueron?
A Irán y algún otro lado más, supuestamente para abrir el mercado. Nunca vi cuál fue la ventaja que obtuvimos de eso. Tiempo atrás, cuando a los uruguayos los detenían en Barajas y los metían en una pieza, por no decir un calabozo, planteé que no viajáramos para Europa, que los diputados no podían ir a reunirse con los parlamentarios europeos que estaban sancionando ese tipo de leyes. ¡Casi me matan! Me parecía que uno no debería tener los privilegios que la mayoría de los compatriotas que iban a España no tenían y que, además, se vinculaban a un tinte racistoide porque si eras rubio y de ojos azules no había lío, pero si eras morochongo ibas para el calabozo y después veían. Esas eran cosas que esperaba de la izquierda y mucho más del MPP.

¿Se está generando una casta de gente atada a los cargos?
No sé, espero que no.

En el discurso histórico de izquierda una de las críticas que siempre se hizo a los partidos tradicionales era esa, que se aferraban a los cargos y estaban acomodados.
Hay algunos trasnochados que plantean que el viejo Frente Amplio es la reforma agraria o la nacionalización de la banca (que de hecho, se dio porque se fundieron todos), era el programa del 71 que no se puede aplicar 40 años después en un mundo que no tiene nada que ver con aquello que vivíamos. Los que plantean eso, deberían plantear que hay valores ideológicos que no se pueden eludir y esos sí son permanentes 40 años después. Hoy es mucho más valioso porque la tentación que ofrecen el mundo y el poder hoy es mucho mayor que la que podía ofrecer en el 71. Hoy no nos compramos colachatas, pero nos vamos de viaje sin justificar los gastos. Esa ha sido mi lucha permanente por no caer en ese tipo de cosas, y por eso también me voy, y por eso también creo que hay que dejar la banca porque es de los grupos políticos y quedarme allí sería negar todo lo que he sido durante todo ese tiempo.

 ¿Los valores ideológicos básicos siguen teniendo vigencia?
Cuando Marenales lo planteaba y cuando lo planteaba Jorge Manera, yo decía: “Estos viejos pelotudos”, y tenían toda la razón del mundo porque ellos veían lo que yo en ese momento no veía.

 La ida del Ñato del MPP ¿no le quitó discusión estratégica? ¿No jugaba un rol muy importante en ese aspecto?
Sí, el Ñato es un referente porque tiene cuestiones muy brillantes, es un teórico muy importante y pesó en el tema  de que no haya discusiones. Es un compañero con el cual se podrán tener discrepancias, pero yo lo quiero a mi lado porque genera eso de “vamos a mirar más lejos”.

Marcás la ida del Ñato ¿pero esto no había empezado antes con la ida de Sarthou o Zabalza?
No viví dentro del MPP esa etapa porque tenía una militancia social, así que no puedo hablar de qué fue lo que pasó en esa etapa. Si se mira al árbol por los frutos que dio en realidad, la ida de Sarthou tenía otras características. De Sarthou respeté mucho su coherencia (igual siguió con la banca), en cuanto a que era defensor del trabajador. Pero me parece que tenía algunas ideas que de alguna manera había que acompasar a un mundo que había cambiado. Zabalza no sé muy bien a qué obedece. Milité un tiempo con él en el MLN pero no llegué a tener una profundidad como para poder evaluarlo. Lo del Ñato lo viví y sé que le cerraron los caminos. Es más, en ese congreso me excluí de la participación y mandé una carta diciendo que este era un triunfo a lo Pirro. Los que hoy iban a ganar, se iban a quedar sin un montón de gente valiosa.

No sos el único que se va del MPP, también Esteban Pérez lo hace.  
Sí, no he hablado con Esteban, no sé si hubiera hecho lo que él hizo en la votación. Era un compañero con sus particularidades, muy cuadrado ideológicamente, pero muy derecho. No hablé con él y no quiero ni asociarlo. No sé por qué pasó esto ni cuál fue el motivo de su decisión.

En una nota del 27 de noviembre de El Observador, Lucía Topolansky pide la banca de Esteban Pérez por lo de Haití.
Esteban le contestó correctamente: “Acá no hay dueño, que me la pida la organización”. A mí me hicieron un juicio sumario pero a él lo pasaron al Tribunal de conducta.

Lo tuyo fue muy rápido.
Les pedí a los compañeros que no hablen más del artículo del reglamento que se refiere a las declaraciones públicas fuera de la organización, porque parece que eso es lo importante. En algún lado del reglamento debería decir que se debe ser leal y no se pueden hacer gastos desmedidos en cuestiones públicas. Que no lo usen porque queda peor. Más vale no decir qué dice ese reglamento porque, al final, al que matan es al mensajero y el hacer no puede ser menos importante que el decir. Si se dice lo que está pasando (no estoy diciendo que le emboqué, ni que fue bárbaro lo que hice), pero no puede ser más grave eso que hacer algunas cosas que no están bien.

¿Qué perspectiva le ves al MPP?
Se los planteé incluso por escrito, el MPP se desliza a un revolcón histórico si sigue en estos términos y si medimos las cosas en resultados electorales, costumbre que nos hemos agarrado en el Frente.

Todo se mide por los votos.
Sí. Cuando termina el gobierno de Tabaré yo prefería perder con el voto de la gente más humilde a ganar con el voto de los ricos, porque eso significa que se hizo un gobierno que tenía determinadas características y si le tocó perder, le tocó perder. Ahora parece que perder es el colmo de la desgracia. Yo perdí toda mi vida y no lo veo con nada de dramatismo. Si uno pierde intentando hacer determinadas cosas…, y bueno, la gente no te habrá entendido. Tampoco aquello que nos pasaba en el 71 cuando despreciábamos a la gente y decíamos que no nos entendía…, no, no te hiciste entender. Son dos cosas distintas. No tomaste los caminos correctos para poder llegar a lo que la gente piensa. La gente no es revolucionaria, quiere cosas comunes. Es uno de los problemas que veo en el gobierno de Mujica, si el 80% de los uruguayos no paga el IRPF, el problema que tienen es llegar a fin de mes, no estar complicándose la cabeza con algunos temas que son interesantes, pero lo primero es comer. Si no tenés asegurado el puchero, difícilmente tengas tiempo para evaluaciones intelectuales de muchas cosas.

¿Esperabas un giro a la izquierda con Mujica con respecto al gobierno de Tabaré?
No me gusta el término porque el gobierno de Tabaré fue de izquierda. Esperaba mayor profundización de algunos cambios.

 ¿Y no la ves?
En el tema que más trabajo, que es el de la reforma de la salud, en la cual participé durante el período de Tabaré, hemos dado marcha atrás. Acá votamos una ley que discutí (en realidad, no discutí porque no me dieron tiempo), hablé en contra en el Parlamento a pesar de que por la disciplina terminé votándola, que genera que los aportes al Fonasa que se les devuelven a algunos que ganan mucho, genera que quienes más tienen, menos pagan y que quienes menos hijos tienen, menos pagan. A los diputados, se nos devolvió a todos. A mí, que tengo dos botijas, se me devolvió 59.000 pesos y si no tenés gurises, es mucho más. Revertimos todo lo que veníamos diciendo sobre que el que más tiene es el que va a pagar más. No es así. Eso sumado a que la reforma está estancada y, en realidad, está en riesgo de fractura. Advertencia que hemos hecho por todos lados: tiene un déficit que esto lo aumenta. Que el esfuerzo por meter a los jubilados dentro del Fonasa está equivocado porque se confunde Sistema con Fonasa. Fonasa es plata y el Sistema es salud y vamos a hacer un esfuerzo de 2.500 pesos por cada jubilado cuando, en realidad, lo que deberíamos hacer es brindarle asistencia correcta en ASSE, sin hacer ese esfuerzo fiscal que va a aumentar al doble o al triple el déficit en la salud. Todos los sistemas son deficitarios, pero hay déficits soportables y otros que no. Si eso se suma a tres puntos de descenso del empleo, el Sistema de Salud tiene riesgos y si se fractura, ¿quién te parece que va a pagar el pato? Los que tienen plata se van a seguir atendiendo. Estas son las alertas que hemos estado distribuyendo y en ese sentido creo que no se profundizaron estos cambios que se iniciaron durante el gobierno de Tabaré.

Olesker plantea el Sistema Nacional de Salud como protosocialista.
Las palabras con prefijos adelante me complican un poco. Sos o no sos. En realidad, en la concepción sí, pero después lo fuimos abandonando. En la concepción de la universalidad, atención de la salud y no de la enfermedad, asistencia universal y pago según tu poder adquisitivo o tu poder de ganancia. Ya dije por qué, porque echamos para atrás.

¿No devino en una especie de privatización el hecho de que un montón de gente dejó de asistirse en Salud Pública y pasó a las mutualistas?
En 2008, cuando estábamos discutiendo la reforma de la salud, le planteé a María Julia Muñoz (y Fernando Lorenzo que era director de Macroeconomía  del MEF en ese momento estuvo de acuerdo), de empezar la reforma un año después, en el 2009. Y usar esos 400 millones que se iban a utilizar para largar la reforma, en fortalecer ASSE a los efectos de hacerlo competitivo. En Florida, cuando los niños entran al Fonasa, no había pediatra en el hospital. ¿Cuántos te parece que nos quedaron? Y la fiesta -que es la otra cosa que les decía- a la gente le va a durar hasta que vaya a pagar el ticket y la orden. Ahí va a empezar un calvario de nunca acabar. En un sistema con asimetrías, tenés que tener un sistema público fuerte porque eso genera la posibilidad de competir. A los uruguayos no nos gusta pagar nada y es inentendible cómo eligen un lugar donde tienen que pagar ticket, orden, etc., teniendo uno donde no tienen que pagar nada de eso. Es que el servicio que da es muy deficitario. Sin embargo, ¿quién es la cabeza de la reforma? ASSE, porque está en todo el país. No le puedo pedir a La Española, al Casmu o a la Mutualista de Florida que guíen una reforma porque tienen una cuestión territorial.

Con esa ventaja de no tener que pagar tickets u órdenes se sigue dando el traslado al sector privado, ¿no es una privatización de los recursos de la salud?
Sí, las transferencias que hemos hecho hacia el sistema mutual son grandes. Hubo una etapa en que era inevitable porque Salud Pública tenía servicios que estaban desbordados e iban a estar aún más desbordados una vez instalado el Fonasa. Hubo un efecto que nosotros no previmos (no en toda su dimensión), y era que en Uruguay había un millón de personas que no se atendían.En 2007 pedías horas para un oftalmólogo y la conseguías al mes, ¡ahora andá a pedir hora! Si te toca para mayo del 2015, considérate feliz. Son los mismos profesionales que había, solo que aumentó terriblemente la demanda. Esa es otra cosa que no pudimos o no vimos como efecto de la reforma. En realidad, esa salida de gente de Salud Pública era parte de lo previsto dentro del plan pero tenía una etapa corta. Después, preveíamos el reflujo donde ASSE siguiera siendo el principal órgano de atención de Uruguay. Era un traslado de gente al privado pero con la intención de formar un sistema público fuerte y que guiara al sistema. Si ASSE no cobra ni tickets, ni órdenes y da buena asistencia, ¿cuántos van a quedar del otro lado? Ese es un extremo que no ha pasado y es una de las preocupaciones que tengo con el Sistema de Salud y que me la voy a llevar para casa.

¿Además de esta preocupación, qué opinas de la educación?
En la educación (más como habitante de Uruguay que tiene hijos en el sistema educativo), esperaba mucho más. Cuando los anestesistas reclamaban antes de 2004 o 2005, siempre pensé que ese no era solo un problema de plata. Y acá hay otros problemas de fondo que no se arreglan solo con plata. La enseñanza siempre reclamó mayor presupuesto y hoy lo tiene. Quizás no sea suficiente, no puedo evaluar eso. Esperaba un sistema de enseñanza fuera de los muros de la escuela y del liceo. Les planteo a mis compañeros docentes, maestros, profesores que tienen que saber a quién le están metiendo cosas adentro y eso no lo sé por docente, lo sé por médico porque viví la etapa de mi internado en el Clínicas, en el cual a alguien que no podía comer le mandaban una dieta gástrica, y el señor, en realidad, si podía comer, se podía considerar feliz ese día. Comía lo que conseguía con suerte. Estabas tratando a un ser que no existía, que imaginabas en el libro. En la enseñanza pasa lo mismo, tenés que considerar a qué gurí le estás enseñando. No es lo mismo que el gurí se vaya y tenga resuelto que lo esperen en la casa y le den de comer a que se vaya a un cantegril. No podés no tener en cuenta eso. La escuela (sobre todo en el interior) es aglutinadora y tenés que aprovechar esa etapa para poder hablar y trabajar con los padres. Veía una enseñanza mucho más extramuros que intramuros. No solo meterles conocimientos a los chiquilines sino también saber qué envase manejabas. Tengo claro que las oportunidades se te brindan en la escuela, después estás liquidado. Yo esperaba eso.

¿Sobre la seguridad, la gestión de Bonomi, por ejemplo?
Tengo una buena visión de la gestión de Bonomi. Es una cuestión muy difícil porque no se puede hablar de inseguridad sin hablar de los cambios que estamos viviendo. La primera vez que fui al estadio estaba sentado en el medio de los hinchas de Peñarol y Nacional. A nadie se le ocurría reventarte la cabeza y mucho menos matarte a la salida porque tuvieras un gorro de Cerro, eso no existía. El mundo cambió. Jamás nadie te iba a matar por un par de championes, te podrían pegar un par de sopapos, pero matarte jamás. Es lo que uno paga cuando se vivió el famoso modelo neoliberal de exclusión y de tirar gente para afuera todo el tiempo. Es un sistema que nosotros no hemos revertido. Habremos hecho esfuerzos y alguno de ellos habrá sido bueno. La respuesta no está en la seguridad sino en la educación. La otra es que seamos mitad policías y mitad civiles y haya un policía para cada uno. La solución no es enrejarse ni llenar de milicos. No funciona de esa manera y si fuera tan sencillo como la fórmula que plantea la oposición, no habría problemas en el mundo, bajamos la edad a 16 y se acababan los problemas. Pero no pasa. Uruguay, comparativamente con el resto del mundo, es seguro. Con todos los problemas que tenemos. El mundo cambió y el problema es que nosotros no cambiamos y no dimos los instrumentos necesarios y reitero, (viene enrabado con lo que decía de la enseñanza), la respuesta a la inseguridad es la educación.

¿Esto lo venías planteando en la interna del MPP, en la bancada?
Lo planteaba públicamente. Hay reportajes donde digo todo esto. Llego a diputado por una casualidad de la historia y por responsabilidad con lo que decía. Nunca pedí un cargo y no me parece que sea lo fundamental. Iba a trabajar al hospital escuchando la radio y el ministro de Salud Pública decía que todo estaba espectacular y cuando llegaba no había Novemina para calmar a los pacientes. Me quedaba con la sensación de que el ministro vivía en otro mundo, porque donde yo estaba no había calmantes para dale a la gente. Uno de los compromisos conmigo mismo fue no venderle espejitos de colores a la gente. Me comprometí primero a que iban a conocer su destino antes. La reforma tributaria, la de la salud, etc. tendrán mil problemas pero el que quiso la conoció y el que pudo aportar capaz que alguna cosa pudo aportar. Discutí un año la reforma de la salud y todo el mundo sabía lo que estábamos discutiendo. No puedo decirle a la gente que no le va bien que todo está fantástico. Aquel político que nunca se equivocaba se tiene que terminar.

¿No tenemos ministros hoy que viven en otro mundo?
 A veces, tengo esa sensación.

La gente tiene problemas con la canasta familiar y le dicen que todo está bárbaro.
Hay dos o tres cosas que me fastidian mucho. Una, son los índices. Para mí el índice que bajó la pobreza o bajó la indigencia me parecen bárbaro para vos, pero salir a festejar eso me parece terrible sobre todo para los que están en la pobreza porque es como si festejaran…

 ¿La venta de los 0 kilómetro?
Les advertí a mis compañeros que donde saquen la venta de los 0 kilómetros los mato, porque eso no puede ser un indicador cuando hay gente que tiene dificultades para comer. Por ejemplo, la gestión de UTE es buena, para mí la tarifa de la UTE es un afane. La gestión es buena cuando las tarifas son las necesarias para poder manejarte bien y llega a todo el mundo y nadie tiene dificultades para pagarla. Si a vos te cobran dos mil mangos, como lo que le cobran a cualquier casa, qué me hablás de gestión buena, así la hago yo. Una gestión de izquierda debería de ser la luz y el agua al alcance de todo el mundo. Esa sería una buena gestión mirado desde la izquierda. Tenemos a veces esa cosa de estar fuera del mundo.

¿Por qué no se buscan políticas para atacar la cadena que hace crecer los precios en la distribución de la canasta básica?

No soy economista y no me voy a meter en eso. No sé si es fácil, es deseable. A mis compañeros en la Intendencia cuando el Frente Amplio ganó, les digo que tienen que levantar la cabeza y mirar dónde estás parado porque la gestión te chupa tanto que terminás olvidándote para qué habías venido ahí. Las gestiones hasta que no cambiemos la cabeza, se miden por resultados económicos. Pongo de ejemplo a ALUR que da pérdida, hasta que no haga alcohol. Pero dejamos de hablar de Las Láminas, entonces ¿perdimos? No, yo creo que ganamos.

Esa es una visión que hay que empezar a tener pero por ahora no sé si es muy extendida.


¿Te vas decepcionado?
 No, me voy pensando que toda empresa humana tiene sus problemas. Me voy pensando que los cargos no son imprescindibles y de alguna manera decepcionado con algunas cosas del MPP porque siempre voté a este sector -aún estando en una militancia social y no política- con la idea de que era la reserva moral del Frente Amplio. Creí que el día que el poder le hiciera al Frente el canto de sirena, era el que iba a decir que no. Después me di cuenta que no era así.

¿Cuándo empezaste con la militancia política?
Milité en el 71 en el 26 de Marzo, después tuve el paréntesis que todos tuvimos, pero ahí me reuní un poco con los anarcos y la pasé muy bien. Me quedaron algunas cosas y Lucía cuando me ve me dice: “Ahí va el anarco del MPP”. Después en la reorganización 26 de Marzo en el Uruguay, MLN, y después me fui a Florida y durante mi primera etapa allí tuve una militancia social. Fui presidente del Sindicato Médico, gestionamos un club de jóvenes, etc. hasta que un día fueron a plantearme esta posibilidad. No era un militante orgánico desde el punto de vista político. Pensaba que tenía que hacer otras cosas.

 ¿Qué vas a hacer políticamente?
Pienso postularme para barrer la sede central del Frente Amplio en Florida. Frenteamplista independiente, no me desvelan los cargos, no me preocupan. No quiero ser candidato a nada, si lo tengo que hacer por responsabilidad, lo voy a hacer. Cuando me preguntaban si había soñado estar en este lugar allá en Florida, les respondía que lo que soñaba era ser cirujano y que ya lo soy.

¿Tiene futuro el Frente Amplio?
El Frente es la única esperanza que tiene este país de que haya cambios, con toda la miseria humana que pueda tener.

Mucho de lo que planteabas en relación al MPP es trasladable al Frente Amplio.
Hay una cosa que a mí me interesa destacar, es cierto lo que decís. Es más, estoy seguro que muchos compañeros que piensan que hacer este tipo de declaraciones lleva agua para el molino de la derecha. Yo creo que no decirlo es lo que lleva agua para el molino de la derecha. Tenemos la obligación de decirle a la gente que no somos perfectos y que queremos cambiar y, además, viendo la reacción de la gente de Florida con esta etapa que me ha tocado vivir para darse cuenta que valoran la coherencia y que tenga cosas que no me banco y me voy.

Si la reserva moral está afuera…
La gente es la reserva moral, yo me equivoqué. Es la gente porque el Frente Amplio no se ha dado cuenta, pero es mucho más que la suma de sus sectores. Todos, el día de la verdad, votamos a un grupo, pero eso no quiere decir que seas de ese grupo. Votás esa vez. Cuando Batalla se fue tenía amplia mayoría y no se llevó a nadie, terminó sin votos. Otra cosa que el Frente no toma en cuenta y debería, es que los que van a votar por primera vez en estas elecciones nacionales nunca vieron un gobierno blanco ni colorado, tenían ocho años cuando empezó este negocio. Va a ser muy difícil explicarles que somos distintos y enamorarlos de una causa si no tenemos actitudes éticas.

¿Pensás que cuando llegó al poder, el MPP agarró las mañas de los partidos de derecha cuando estaban en el gobierno?
Hay lugares donde no puedo hablar porque no conozco. Acá en el Parlamento, sí. Todas.

Sin embargo, el MPP con el tema de topes de sueldos que ha implementado…
Esto no es cuestión de plata. Hay una canción de Sabina que me encanta que dice: “Era tan pobre que no tenía más que dinero”. El problema está en la cabeza, no en la plata que tengas. Con los topes estaba de acuerdo, pero no alcanza cuando no profundizás en otra cosa porque los topes también se pueden eludir. Me parece que la actitud moral no es cobrar poco para decir que somos iguales que los demás, es tener una actitud de no gastar ni usar privilegios que los uruguayos eventualmente no tienen. Ese es el tema, no es cuestión de plata. Como la enseñanza no es cuestión de plata y como la salud no es cuestión de plata.


¿Con qué conclusión te vas?

El mensaje es a los frenteamplistas: que sigan peleándola desde donde sea. Los hormigueros son muy importantes, pero sin hormigas no funcionan.

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