Montevideo, martes 8 de abril de 2014
Señora Presidenta del Consejo de Educación Secundaria, profesora Celsa
Puente:
Somos dos profesores de
literatura egresados del Instituto de Profesores Artigas (IPA) que nos
dirigimos a usted con el mayor de los respetos. Esta carta pública no tiene el
fin de señalar culpables. Intentamos aportar comentarios que tal vez puedan ser
de utilidad a la gestión contando nuestra experiencia sobre la elección de
horas el pasado jueves 3 de abril de 2014.
Esta carta se escribe a sabiendas
de la anunciada reforma del sistema de elección de horas de los profesores. Usted,
además de ser la máxima jerarquía del Consejo de Educación Secundaria (CES) es
nuestra colega, y entenderá lo que aquí narraremos porque seguramente usted
también lo ha vivido. Nosotros recién egresamos, y esta es nuestra segunda o
tercera elección de horas.
Hemos escuchado muchas cosas al
respecto, historias desalentadoras de colegas, de compañeros enojados, tristes,
y avasallados. Pero una cosa es escucharlo y otra cosa es vivirlo en primera
persona.
Fuimos con muchas expectativas a
elegir nuestras horas el día jueves 3 de abril, casi un mes después del
comienzo de clases. Esta es una primera desilusión ya que nos habíamos enterado
el año pasado, que la elección de horas iba a ser en octubre pero no ocurrió
así. ¡Qué angustioso fue pasar un verano sin saber si íbamos a trabajar este
año! Muchos de nosotros, inclusive uno de los firmantes, todavía no tenemos
trabajo siendo 8 de abril.
Ambos firmantes estamos en la
lista categoría IIB de literatura, es decir –como usted bien sabe-, estamos
ubicados en la lista de interinos y
suplentes. Ambos egresamos hace poco tiempo, por lo que tenemos pocas
elecciones de horas en nuestro haber. Nuestras primeras impresiones en un
momento tan crucial como lo es la elección del lugar donde trabajaremos fueron poco
agradables.
La elección que se realizó el
jueves 3 de abril de 2014 fue una experiencia realmente tortuosa, algo que nos
imaginábamos por nuestra experiencia previa al elegir años atrás nuestro grupo
de práctica docente.
El problema de la elección de
horas no comienza en el momento de dirigirnos al lugar indicado sino que mucho
antes de eso, los profesores nos entramos a preocupar por la falta o poca
información existente. Cada vez que debemos buscar información de fechas o
listas nos encontramos con un sitio web caótico y desorganizado. El día
anterior a la elección de horas, es decir el miércoles 2 de abril de 2014,
cuando intentamos entrar a ver si había modificaciones en la lista que nos
correspondía, nos encontramos que no se podía ingresar a los listados. De
hecho, cuando llegamos a la elección de horas descubrimos que la lista que sí estaba
publicada el día de la elección en la web no coincidía con la lista que se
manejaba en el acto eleccionario. Ese día fueron agregaron nuevos compañeros a
la lista y en cierto momento hubo un corrimiento de los que estaban más abajo.
Uno de nosotros pasó de estar en el lugar 298 (según la lista publicada el
jueves 3 de abril a las 11:00 horas en la web) al lugar 303 de la lista que se
manejaba durante la elección de horas. La elección era hasta el lugar 310 ¿Qué
pasó con el profesor que en la lista de la web estaba en el lugar 310 cuando de
pronto se encontró algunos lugares más abajo? Nadie nos informó si ese
compañero o compañera tenía que ir el otro día o si se iba a contemplar el
error cometido por el sistema.
Se nos adjudicó el trabajo de
ordenar quién pasaba. ¿No sería más adecuado que sean quien realiza el llamado,
es decir el CES que ordene la elección?
La funcionaria que el jueves pasado
otorgaba las horas, en cierto momento desapareció sin avisar, lo cual generó
que los compañeros que debían elegir horas a las 11:30 horas, siendo las 16:30
horas seguían allí sin ser llamados. La trabajadora tiene derecho a salir a
almorzar, pero el CES debería procurar que alguien se quede en su lugar. Los
compañeros que llegaron muy temprano se fueron a las 16:00 o 17:00 horas,
faltaron a otros trabajos, a estudiar y muchos de nosotros nos fuimos con las
manos vacías.
Las incomodidades tienen que ver
además con que el acto eleccionario se realizó en la oficina de Reguladora
(Rincón 712). Ahí estaban los compañeros profesores de Historia y Música que
como nosotros querían elegir sus horas. Además ingresaba público para hacer
trámites en Reguladora. En un momento hubo más de cincuenta personas, en un
espacio aproximado de seis metros por seis metros, sin aire acondicionado, con
un solo baño y nueve sillas. En el correr de la tarde, alrededor de las 15:00
horas, un funcionario se llevó casi todas las sillas quedando tan sólo cuatro
para todas las personas en el lugar. Muchas de esas personas estaban allí desde
las 10:00 de la mañana y nunca pudieron sentarse mientras esperaban. Algunos
profesores fueron con sus hijos ya que no tenían dónde dejarlos. Los niños
también estaban parados o sentados arriba de una mesa o en el piso.
El CES prevé que elijan unas
cincuenta personas cada media hora, lo cual en los hechos es imposible ya que
con cada profesor se demora unos quince minutos (el profesor debe fijarse en
los horarios de cada grupo, horarios de coordinación, que no lo coincida con
otros horarios de trabajo y hacer los trámites en caso de elegir las horas).
¿Se puede pensar que en la elección de cuatro asignaturas a la vez haya sólo
cuatro sillas viendo que puede haber cada media hora unas 200 personas?
La angustia vivida en la elección
de horas no fue solamente por el calor y las mínimas comodidades.
Sabemos, porque los compañeros de
los liceos nos comunican las vacantes, que en varios liceos de Montevideo hay
cargos sin profesores de literatura por licencias anuales. Estas licencias
fueron pedidas desde días previos al inicio de clases. Estas licencias todavía
no han sido volcadas en el sistema para que sean cubiertas. ¿Por qué no se
pusieron las horas vacantes del Liceo 66?
Varias de las horas disponibles
el jueves 3 de abril, eran suplencias pero no se sabía por cuánto tiempo. En el
Liceo 14 estaban disponibles por lo menos cuatro grupos a cubrir por licencia.
El CES no tenía la información sobre el tiempo de las licencias pedidas por los
titulares. Una funcionaria nos sugirió que llamemos nosotros al liceo. ¿Es un
trabajo que tenemos que hacer nosotros?
Una profesora de literatura
eligió el jueves 3 de abril un grupo, se le informó en el acto eleccionario que
era una licencia anual, y cuando llegó al liceo a realizar los trámites le
comunicaron que la licencia era por diez días. Ella volvió a la elección y
devolvió las horas. Esa compañera hoy no tiene trabajo. Cuando regresó al local
de Reguladora tuvo el apoyo unánime de todos los profesores de literatura presentes
para que detuvieran la elección de horas, algo que debía pedir ella ya que la
ampara el derecho. Mientras fue a su
liceo a hacer los trámites y volvió a la elección de horas, otros compañeros ya
habían tomado las horas que a ella le pudieron servir. La compañera, solidaria
con aquellos que ya habían tomado las horas, prefirió no detener elección ni ir
atrás con la elección de los compañeros que la seguían en la lista. Pero de
haberlo hecho, se perjudicaría no sólo a los compañeros que de buena fe
eligieron sus liceos, sino a toda la elección posterior, y a los estudiantes
que se iban a quedar sin profesores. Todo por culpa de una mala información.
Lo mismo sabemos que ocurrió en
la elección de horas de los compañeros profesores practicantes del IPA. Una
estudiante del IPA eligió un grupo que estaba tomado por otro docente, algo que
ocurrió idénticamente en la elección de mayo de 2013 (ya que uno de nosotros
fue testigo de ese momento) y en tantos otros casos que sabemos de oídas.
Hay que comprender todo lo que
significa realizar la práctica docente de cuarto año, ir con muchas ilusiones a
su liceo para tomar por primera vez un grupo a su cargo y encontrarse con esa
información. Esto se suma a que los practicantes tuvieron que elegir horas con
las clases ya comenzadas. ¿Por qué los practicantes no eligen primero siendo
que en promedio no son más de veinte personas que sólo pueden elegir un grupo
cada uno?
Se hicieron tres llamados a la
elección de los practicantes: en el primero quedaban cuatro horas para veinte
compañeros. En el segundo la incertidumbre no fue menor y el acto se atrasó por
lo menos ocho horas. El tercero, debía haberse hecho antes que a los de la
lista que integramos (la IIB), pero cuando se hizo el llamado a nuestra lista
se omitió hacer el llamado en el sitio web a los practicantes con déficit. En
el sitio web había por lo menos tres informaciones que se contradecían y de apuro
en la página se agregó un anuncio casi invisible para que los practicantes con
déficit fueran a elegir a las 8:30 del jueves 3, antes de la elección de los
IIB.
¿Se imagina la desesperación de
los compañeros que no pudieron elegir horas de práctica en el segundo llamado,
y ver dos días antes que se llamaba a los profesores de la lista siguiente y no
a ellos?
El llamado a los profesores de la
lista IIB fue a los profesores de la lista IIB “con déficit”. Nosotros
entendimos eso de “con déficit” como una tomadura de pelo. Si todavía no se
había realizado el llamado a los de nuestra lista, por lo tanto ninguno de los
compañeros de la lista IIB había tomado horas, no es que estamos con déficit de
horas, es que directamente no tenemos trabajo.
Los de la lista IIB usted sabe
bien que somos los egresados no efectivos, y la lista está integrada por
aproximadamente 400 compañeros, de los cuales muchos ya están efectivos pero no
fueron sacados de esa lista. No es muy motivante para los recién egresados ver
que les toca en lugares tan lejanos, siendo que vemos en el pizarrón de horas
que quedan diez o quince grupos. Es más desmotivante aún saber que hay muchos
grupos sin profesor que a pesar del tiempo transcurrido, en algunos casos desde
febrero, no han sido puestos a disposición de los docentes. Esto perjudica a
los trabajadores pero también a los estudiantes y a la dinámica de las instituciones
educativas.
En la elección de horas pasada,
salió el Señor Inspector de Literatura profesor Gustavo Iribarne a informar sobre las horas que quedaban vacantes,
dictando la lista de lugares libres. ¿Por qué en épocas donde cada estudiante y
cada docente tiene una computadora, el CES no puso a disposición una
computadora para que los docentes vayan viendo qué liceos y qué grupos quedaban
pendientes?
También nos llama la atención la
arbitraria subida y bajada del sitio web de Secundaria de horas docentes los
días previos a la elección, así como durante la misma. El Señor Inspector nos
comunicó que durante la realización de la elección de horas se estaban subiendo
grupos. ¿Por qué los compañeros que eligieron en primer lugar no tuvieron a la
vista esos grupos que se fueron subiendo una o dos horas después?
Nosotros entendemos que no
debemos buscar culpables y que no solamente criticando se solucionan las cosas.
Tampoco señalamos a ninguna persona, a ningún compañero funcionario.
Contamos lo ocurrido el jueves 3
de abril en la elección de horas de literatura para que el relato pueda ser un
ejemplo de lo acontecido y que a partir de él se puedan construir propuestas de
mejoras.
Nos hemos enterado esta semana
por los medios de comunicación que en los próximos días se reunirá una comisión
especial a nivel del Codicen para rediseñar la elección de horas de los
profesores, lo cual nos alegra y nos estimula. También reconocemos como
positivo que usted haya manifestado su intención de corregir el sistema de
elección de horas. También valoramos que la máxima autoridad del subsistema
reconozca los errores existentes, no para buscar culpables, sino para comenzar
a dar pequeños pasos con el fin de cambiar. Este cambio no solamente implica la
defensa del derecho de los trabajadores, también es necesario para que los
estudiantes puedan comenzar en tiempo y forma los cursos con profesores
contentos y estimulados. Es importante que el proceso de elegir un trabajo no
sea desgastante y sufrido tal como es en el CES. Que entre el no trabajar (con toda la angustia que eso
significa) y encontrarse con el estudiante en un aula, no se tenga que vivir
una experiencia dirigida por Minos, donde el destino de uno se define por la
voluntad de algún ser aterrador, invisible, ese llamado “sistema” que en
realidad no se distingue quién es, cómo es, dónde está.
De todas formas, y sin espíritu
de desalentar este importante avance que usted anunció en los medios, esta no
es la primera vez que escuchamos críticas al sistema de elección de horas por
parte de jerarcas de la educación, críticas que implican un dudoso,
burocrático, injusto y angustiante sistema, pero que con el tiempo
descubrimos que el modelo sigue estático
o cada vez peor. Basta con preguntarles a nuestros colegas de mayor experiencia
sobre lo que vivieron en cada elección de horas, y los relatos por momentos
trágicos abundan.
También vemos con buenos ojos que
la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) ponga
este tema en el debate público.
Queremos dar clases, pero que eso
no signifique ser tratados mal, en un sistema desorganizado y dudoso.
Quizás hay más historias para
contar, nosotros vivimos lo que contamos en esta carta y lo que nos han
manifestado algunos practicantes de cuarto año del IPA.
Tenemos la responsabilidad de
contar lo que vivimos y de pedir un cambio urgente que contemple que somos
trabajadores calificados, responsables y que alrededor de nuestra profesión se
construye un discurso donde se nos adjudica responsabilidades a las cuales no
escapamos. Somos profesores porque queremos serlo, y no por eso debemos sufrir
en un trámite que tratamos de evitar por lo doloroso que es.
Desde ya, poniéndonos a su
disposición, la saludamos atentamente:
Prof. José Luis
Gadea C.I: 4609131-6
Prof. Matías
Rótulo C.I: 4.379.325-2
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Gracias por su comentario.
Matías Rótulo.