ESA CAJA BOBA QUE NOS
TRATA COMO IDIOTAS
Hace algunos años,
quizás cinco años, escribí este artículo que por ser bastante alcahuete,
preferí no publicar en el por entonces Voces del Frente. Hoy, a la luz de los
hechos, tengo la responsabilidad de hacerla pública. Dejo en negrita los apuntes que hicieron y me
devolvieron los editores de Voces del Frente que leyeron el artículo en su
momento.
Por Matías Rótulo (publicado en Voces 433)
Desde su Mundo Cañón
-1410 Am Libre-, y tras algunos pasajes veloces por la pantalla chica, el
hermano no bailarín de Laura Martínez se merecería un espacio en la televisión. Rufo
es uno de los comunicadores más rápidos e inteligentes de nuestro medio. Es un
cuestionador nato, un sobreviviente
de un medio cada vez más frívolo y pensado para el mundo del entretenimiento y
nada más (Si le gusta la hermana
admítalo, no intente comprar al hermano. No se olvide que es la esposa de Cacho
aunque dicen que están en crisis de pareja).
Rufo es la gran promesa de la televisión nacional (promesa era Petinatti y así terminó, bien
lejos de la televisión). Si logra en la televisión lo mismo que en la radio,
seguramente nuestro medio se revolucionaría y sería una nueva televisión (no ponga la palabra “revolucionaría” en
este semanario oficialista).
Rufo se distingue del resto de los comunicadores porque no
entra en la estupidez fácil, la mediocridad, el chusmerío. Nunca lo veremos
conducir un programa matinal de esos que
procuran hacer de la televisión una charla de peluquería. (Eso me gusta señor periodista, coincido con usted en que el señor
Martínez no caerá nunca en la mediocridad… por eso creo que sería bueno no
mencionar quién es su hermana, la intérprete del “Pajarito Amarillo” así no le
bajamos el nivel a él).
Rufo Martínez es un lector muy agudo de la realidad (¿Más que Vilar?), que en Mundo Cañón apela a darle un marco
crítico, le da relevancia a la cultura, y se destaca junto a Guillermo Amexeiras
como un buen entrevistador en su ya clásica “entrevista animal” de Mundo Cañón (confirmado, te querés tirar a Martínez, no a Laura sino al propio
Rufo).
En su programa radial le da lugar a la buena música, a la
buena literatura y apuesta a la pluralidad pero también a la opinión
comprometida. (Qué columna aburrida ¿No
prefiere escribir sobre La Santa Misa?
Tal vez Cotugno le agradezca)
Rufo está para cosas importantes, pudiéndole competir mano a
mano al programa de Rial en la tarde, demostrando que no todo es entrometerse
en la vida privada, rodearse de mujeres ligeras de ropa… (¿En serio no le hace mandados a Cotugno usted? Lo que le falta es
escribir a favor de la familia y contra el condón)
Por suerte en Uruguay no han penetrado (Rótulo, si escribe la palabra “penetrado” Cotugno lo va a sancionar)
ese tipo de programas que juegan con la miseria del otro.
Rufo se merece un lugar en la televisión (y yo me merezco un lugar en Búsqueda pero acá estoy).
Como dijo Umberto Eco en su ensayo… (Me tomé el atrevimiento de cortarle esta parte porque es realmente
aburrida y muy académica. ¡Escriba algo gracioso!).
Rufo Martínez jamás entrará en el juego de la televisión
chatarra, de la mediocridad, de los panelistas que miran a la cámara con una
solemnidad de periodista importante para hablar de alguna tanga mal lavada.
Nunca lo hará, salvo que tenga la necesidad de hacerlo. ¿Quién lo podría
cuestionar entonces?
De hecho, sostengo que no habrá nunca un programa de
televisión así en Uruguay, anhelando la lucha a primera sangre en la
confrontación de egos afectados. No habrá un programa así porque en Uruguay las
cosas las arreglamos de otra manera… (Rótulo,
no sea ingenuo y no cante victoria, ¡Gil!)
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Matías Rótulo.