No escribo cosas personales en estos sistemas perversos llamados "redes sociales", pero esto trasciende lo personal. Desde hoy dejo de ser dirigente de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU).
Hace algunos días envié mi renuncia a la Presidenta Silvia Techera.
No hay peleas, no hay internas raras, no hay enojos. Lo que sucede es que tengo ocho grupos en Secundaria (soy profesor del Liceo 47 y 66) trabajo en el Semanario Voces en mis ratos libres, tengo varios alumnos particulares, ahora estoy estudiando francés y pensando en mi futuro como estudiante y a veces me gusta descansar de mis obligaciones. A veces hay que descansar, ¿Vio?
En la carta que mandé a mis compañeros de la directiva de la APU el 19 de junio de 2014, expliqué que así como yo pido y pediré que las personas que asumen responsabilidades en mi querido sindicato, las cumplan porque es lo que debe ser, debo yo también exigirme poder cumplir con lo que tengo asumido. Hoy no puedo hacerlo.
En 2011 asumí la Presidencia del Sector Prensa e integré la lista al Consejo Directivo en las elecciones 2012. Cuando acepté estar en la lista, todavía no había egresado del IPA y no sabía que este 2014 me iba a encontrar con mucho trabajo. Tengo esa rara suerte de amar dos profesiones y poder ejercerlas con libertad, pero una de ellas, la docencia, me insume más tiempo que el periodismo, lo cual no me permite atender los asuntos del sindicato tal como el sindicato se lo merece.
Seguiré militando en la APU, en particular en mi sector, el Sector Prensa. También solicité el permiso para seguir trabajando en la Biblioteca, y obviamente, estaré aportando mi trabajo militante donde me necesiten.
Empecé a militar en la base, en el Diario La República en el año 2006. Aunque parezca mentira, en épocas de democracia y en un medio de "izquierda", lo hacíamos en la clandestinidad, escondiéndonos en la sede de Afcasmu).
Luego vinieron las épocas de lucha desde la APU, la histórica ocupación de Últimas Noticias que coincidió con mi última semana de trabajo en La República. Esa ocupación fue la experiencia más importante que tuve en mi vida como militante, un aprendizaje de una semana sin dormir, casi sin ir a casa, a estudiar o a mi trabajo: en definitiva, fue todo un aprendizaje.
Después asumí con responsabilidad el papel que me tocó denunciando las irregularidades que denuncié en el sindicato, algo que espero sirva para renovar el aire, para mostrarnos más unidos.
Siempre cerca de APU, hoy no me voy del todo, sigo siendo un idealista que piensa que la lucha se da desde adentro y no con la crítica conformista, externa y tendenciosa.
Ya les agradecí a mis compañeros de la directiva pero también lo hago por acá, así como a los afiliados que me dieron la responsabilidad de defender sus derechos. Sé que lo pude haber hecho mejor.
A la Asociación de la Prensa Uruguaya-Sindicato de Trabajadores de la Comunicación Social, ¡Muchas gracias! ¡Arriba los que luchan!
Matías Rótulo
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Matías Rótulo.