Por
Matías Rótulo y Alfredo García / Fotos Rodrigo López
Publicado el jueves 9 de abril de 2014 en Semanario Voces
Conoce a la comuna canaria
como a la palma de su mano, luego de ocupar durante diez años el cargo de secretario general y de ser el primer suplente del intendente Carámbula. De hablar franco y sencillo, nos contó lo realizado en la década pasada y de sus proyectos para el futuro de Canelones. Viene con toda la energía de la imprescindible renovación generacional en la izquierda.
Publicado el jueves 9 de abril de 2014 en Semanario Voces
Conoce a la comuna canaria
como a la palma de su mano, luego de ocupar durante diez años el cargo de secretario general y de ser el primer suplente del intendente Carámbula. De hablar franco y sencillo, nos contó lo realizado en la década pasada y de sus proyectos para el futuro de Canelones. Viene con toda la energía de la imprescindible renovación generacional en la izquierda.
Diez años hace que estás en la Intendencia de
Canelones, siendo secretario general.
Y primer suplente del intendente,
de Carámbula. No necesariamente coinciden los dos cargos.
Diez años en Canelones. Si mirás para atrás, ¿qué fue
lo más importante que hicieron?
Posicionar a la institución
Intendencia de Canelones como una institución sólida y creíble.
Que no lo era.
No.
Venía de un déficit…
Déficit de todo tipo, también en
los servicios, en las obras y en la inversión. O sea, una empresa quebrada.
Poner la institución de pie es lo que más me pega hoy como logro importante.
Todo lo demás es consecuencia de eso.
Decís que es una institución sólida, respetada…
Y creíble. Porque la confianza
también tiene un retorno, que tiene que ver con la institución financiera,
tanto a nivel del contribuyente como de las instituciones estatales o privadas
que pueden o que tienen necesidad, o que tienen que trabajar con el Estado.
Estoy hablando de empresas constructoras: si le debíamos a todas, obviamente
teníamos dificultades. Pero también organismos financieros; el propio mercado
de capitales cree en la Intendencia de Canelones, al punto que las obras que se
han hecho, fruto del fideicomiso, han tenido una buena respuesta. Buena
respuesta y buena demanda, porque evidentemente se logró algo. Hay una
secuencia, se empezó la gestión en la Intendencia y la primera misión era
resucitar al moribundo, y después que el moribundo se puso de pie, nos fuimos
sacando algunos de los pesos que impedían caminar. Ahí se puede decir que la
institución empieza a caminar, y empieza a caminar cuando podés hacer
inversiones. Poner de pie a la institución implicaba ir brindando los servicios
que cualquier intendencia tiene que brindar. Y eso va generando una
gratificación diferida. Yo voy a poner mil focos, y si vos ponías doscientos,
ya evidentemente los otros ochocientos eran esperables. Eso lo tenía que hacer
en los primeros momentos. Y después, en la segunda fase, que podría ser del
2012 para acá, cuando logramos equilibrar las finanzas, a partir de ahí pudimos
empezar a hacer inversiones pesadas en obras nuevas. ¿Por qué? Porque encontramos
las herramientas financieras y los mecanismos económicos como para llevarlo
adelante. Estamos hablando de inversiones de ciento setenta millones de dólares
en tres años.
¿Cuáles son?
¿De arquitectura, cuáles?
El Teatro Politeama; los
polideportivos, que hay uno en Las Piedras y otro para Ciudad de la Costa; el
nuevo edificio de la Junta Departamental; cuatro pistas de skate.
¿El shopping?
Eso fue una inversión privada.
¿No puso nada la Intendencia ahí?
No, no. Puso la tierra. Casi
nada.
En el tema de la credibilidad, hace diez años se
decían tres cosas de Canelones; ñoquis, amigos y pozos. ¿Me asegurás que no hay
nada de eso hoy en Canelones?
Pozos sí, está lleno.
Por Solymar, cuando entra el ómnibus.
No, no, en todo el departamento.
El problema es que la ciudad más poblada después de Montevideo, que es Ciudad
de la Costa, está hecha sobre calles de balastro. Obviamente es la que más se
conoce, pero también otras, como Barros Blancos. Yo vivo en Salinas, y está
lleno de pozos también. El tema de los ñoquis obviamente tratamos de evitarlo,
y ante la constatación de incumpliendo en la asistencia, se ejecuta, o sea, se
sanciona. ¿Qué quiere decir el tema amigos?
O hermanos, o hijos.
No, no. Más bien lo que había
eran muchos familiares de ediles y de políticos. Hoy tenemos funcionarios que
son la esposa de fulano, la esposa de mengano. Evidentemente hay amigos, pero
están identificados como gente del equipo de gobierno que se va con la
administración. Quizás la diferencia es que una cosa son los cargos de
confianza y otra es la designación directa, que también puede ser asimilada a
cargo de confianza. El Partido Colorado decía, cuando se fueron, que ellos
tenían tres o cuatro cargos de confianza, porque todos se habían presupuestado.
Más allá de eso, lo casos de contratación directa, los que no hayan pasado por
un concurso o por un sorteo, tienen la obligación de retirarse con el equipo de
gobierno.
¿Cuántos funcionarios tenés?
Cuatro mil quinientos.
¿Muchos tercerizados?
Eso aparte. En cooperativa de
barrido y en recolección de residuos. Unos cuatrocientos funcionarios.
¿Qué son: ONG, empresas privadas…?
No, son cooperativas. Por ejemplo,
la recolección de residuos en La Paz, Las Piedras, Progreso, ahí había una
empresa privada que se fue y cuando se
fue se presentaron empresas y nosotros hicimos un ensayo, que era
cooperativizar a los trabajadores de esa empresa que habían quedado sin
trabajo. Nosotros compramos la maquinaria, los camiones, los contenedores,
todo, y los pusimos a trabajar. A su vez otras cooperativas se encargan de la
reparación, son cooperativas sociales. Y después ese ejemplo lo replicamos en
Ciudad de la Costa, ahí en Nicolich y Paso Carrasco. Es un ensayo que nos dio
buen resultado, hasta hora venimos bien. A partir de aquella disyuntiva entre
funcionario municipal y empresa tercerizada, está este camino, que no sé si es
intermedio pero es un camino distinto. También el barrido y la limpieza de playas
son cooperativas.
¿Qué presupuesto tenés en la Intendencia?
El presupuesto anda en los ciento
ochenta millones de dólares anuales.
¿Quedaron con superávit ahora?
Sí, a partir del 2012, sí. Eso en
realidad tiene que ver con operaciones financieras que hicimos, que nos sacamos
de encima un montón de deudas. No es que esté toda esa plata en la caja, pero
fue superavitario, sí. Fueron dos buenos años. Y el 2015 viene bien también.
¿Está pagando más la gente?
El SUCIVE fue importantísimo. Y
la gente está pagando más, se han incorporado más al circuito de pago.
¿Y la contribución? Porque hay un reclamo histórico en
la Ciudad de la Costa.
Es más caro. Creo que es un tema a analizar a futuro. Yo
pago el doble de lo que pagaba en mi vieja casa. Vivía en Canelones a tres
cuadras de la plaza, con hormigón, con alumbrado, con todos los servicios, y
esa casa pagaba la mitad de lo que pago en Salinas, donde no tengo ni cunetas,
ni alumbrado. Claro, vivo en el paraíso. Ahora, a la hora de cotizar capaz que
mi casa vale más que la de Canelones. Volviendo al origen de la pregunta,
evidentemente la mayor valorización de las propiedades de la zona costera
generó un aumento de los precios. Yo puedo tener una casa que vale ciento diez
y vos tenés una casa que vale ciento ocho, la diferencia entre el pasaje de un
escalón a otro entre tu casa y la mía a veces puede hacer disparar el valor de
la contribución en un 50%.
¿Hay un tema de inequidad?
A ver, también es cierto que todo
esto son números fríos, pero también depende de la situación de cada individuo.
Por ejemplo, madres solteras con hijos, o jubilados, todos se pueden acoger a
distintos decretos que permiten… Por ejemplo, la gente que no tiene trabajo, si
se acogen al Tribunal de Revisión Tributaria se les suspende el pago hasta que
cambien su situación. Eso existe. Y existen decretos que son muy generosos.
Hay una problemática en la Ciudad de la Costa, con
gente que está ocupando el lugar.
Eso va más allá del tema del pago
de contribución. Nosotros tenemos un 32% de morosidad, y ahí tenés de todo.
¿Cuánto tenías antes?
Sesenta, más o menos. Igual
pensamos bajar esa barrera al 30%, y hay un núcleo duro ahí que está bravo, y
que no es la gente que menos tiene, porque la mayor parte de la gente que está
mal tiene beneficios para no pagar casi nada. Hay una nebulosa que tiene que
ver con la indefinición de la propiedad, y todo eso, en la medida que hay
terrenos en la costa que eran de las viejas sociedades anónimas, y hay
problemas de sucesión. Ahí se da otro fenómeno y otro problema, que es el tema
de las ocupaciones. Pero la inequidad más grande en la contribución tiene que
ver con los valores de propiedades que son similares, que surgen por las
distintas ubicaciones y el valor de la tierra y de la propiedad en un punto u
otro. Hay gente que nos plantea que heredó una casa en una zona que hoy está
muy valorizada, pero que su situación personal no le permite pagar. Es un tema
que tenemos que seguir evaluando cómo lo hacemos.
Puede vender la casa, ¿no?
Pasa que esa alternativa nosotros
no la queremos ni manejar, porque hay un tema de arraigo afectivo. La
contribución inmobiliaria se fija sobre el bien, no sobre tu ingreso. Nosotros
igual incorporamos esa variable a la hora de amortiguar posibles
inequidades o situaciones complejas. Es
cierto también que nosotros no rematamos ninguna casa. Los beneficios de los
decretos son para quienes tienen una o dos propiedades, no para el que tiene
más. Jamás se ha dado en el departamento la situación de rematar la casa de
alguien que debe contribución inmobiliaria. Sí es cierto que ahora te llaman por
teléfono, que algunos van al Clearing, y que hay una política más agresiva a la
hora de reducir la morosidad. Vamos a empezar por aquellos que son grandes
deudores, aquellos que tienen cientos de propiedades.
La Ciudad de la Costa es una bomba de tiempo, desde el
punto de vista del saneamiento. Se ha contaminado toda la capa freática.
Pero eso hace tiempo. Cuando uno
va a ver la obra de infraestructura, la empresa que trabaja enterrando los
caños tiene que sacar las napas permanentemente, veinticuatro horas. Todos los
trabajadores están vacunados contra la hepatitis. Por eso, cuando nosotros nos
planteamos la infraestructura, eso tiene que ir de la mano del saneamiento, de
la vialidad y el drenaje fluvial. Tiene que ir junto. Tenés cien mil personas
viviendo sobre pozos negros, y si te extendés para allá, ciento cincuenta mil.
Sobre pozos negros.
Pozos filtrantes, la mayoría. Nadie chequea nada.
¿Y cómo hacés? Está complejo. Yo
no sé si llamarle bomba de tiempo, pero es insostenible. Por lo tanto, sí o sí,
tiene que avanzar el saneamiento en Ciudad de la Costa.
¿Cómo viene eso, qué proyección se hace? ¿Diez años,
quince años?
El proyecto de infraestructura de Ciudad de la Costa
llega a El Pinar. No lo incluye. Tiene tres fases, A, B y C. Se está terminando
la A, y a su vez arranca la B. En un primer momento, nosotros trabajamos en el
marco de un consorcio con una sola empresa que hacía las dos cosas,
saneamiento, drenaje pluvial y vialidad. Drenaje pluvial y vialidad somos
nosotros; saneamiento, la OSE. Pasamos a la segunda fase con una nueva
modalidad, porque apareció una empresa, que presentó una iniciativa privada
para la Intendencia, donde te hacen la vialidad y el drenaje pluvial con un
plazo determinado, o sea, llave en mano. En veinticuatro meses te lo terminan.
Eso obligó a que nosotros habláramos con la OSE, a ver qué posibilidad tenía la
OSE de apurar el tranco y acompañar el proceso, lo que implica una gran
ventaja, porque acortás los tiempos. Hay una dificultad: que en vez de hacerlo
con una sola empresa en un marco de unidad, ahora tenés que coordinar con la
otra institución y con la empresa que está haciendo lo otro. Eso ha generado
algunas demoras, debo reconocerlo. Voy a tu pregunta. Esta fase que viene no
son menos de tres años.
La fase A, que está terminando, ¿qué zona es?
No tengo el mapa acá, pero es un poco más allá de
Lagomar, Solymar.
O sea que eso va a ser tres años.
Y después otro tramo, que es la
tercera etapa, que serán dos o tres años más, por lo tanto son seis años para
adelante para terminar todo. Pero ya hay que empezar a elaborar en este período
los proyectos para seguir con El Pinar y saltar hasta Atlántida. ¿Por qué digo
eso? Porque la planta de tratamiento que tiene la OSE, que hizo la OSE en la
primera fase, banca 350.000 habitantes. Ya hoy se conectó Ruta 8, lo que es
Pando, Barros Blancos. Ya Pando no va a verter más en el arroyo Pando, viene
para esta planta. Después se conecta con un colector terrestre y uno
subacuático, que son ochocientos metros para adentro, pero donde el agua ya
sale depurada, no como en Montevideo, que sale tal cual lo mandaste. Ya hay que
elaborar propuestas para eso, y yo creo que igual hay que pensar en otros
formatos, porque también está previsto —hay una empresa consultora española
trabajando— el saneamiento de Ruta 5 sur, La Paz y Las Piedras, porque en
realidad es el centro de la ciudad lo que tiene saneamiento, después para afuera
es lo mismo. Es de pensarse que ese formato que tenemos nosotros en Ciudad de
la Costa, que era de un consorcio, de una especie de sociedad anónima entre la
Intendencia y la OSE, cobre otra dimensión y podamos construir ya una cosa más
pesada donde incorporemos otros mecanismos del Estado. Yo me imagino, y lo he
dicho, un consorcio metropolitano de infraestructura, donde estén el Ministerio
de Vivienda, el Ministerio de Transporte, la OSE, y las intendencias. Porque, a
ver, el saneamiento de Ruta 5 sur se conecta con el colector de Montevideo, y
en Montevideo la responsabilidad del saneamiento es de la Intendencia, y en el
interior es la OSE. Tenemos que articular entre tres, es lógico pensar que
tiene que haber una institucionalidad metropolitana que permita no solo pensar
y ejecutar obras referidas a la movilidad, que es el tema que hoy está sobre la
mesa. Hay que pasar de una fase de elaboración a una fase de ejecución
conjunta, y ahí el gobierno nacional creo que tiene mucho para hacer. Hay que
enganchar otros temas, movilidad, saneamiento, abordaje y tratamiento de
cuenca. A ver, ¿cómo resolvemos el tema de las inundaciones en la zona del arroyo
Carrasco? Y bueno, trabajando en limpieza y dragado de los arroyos Manga,
Toledo, Carrasco. Y no se puede estar dependiendo de la voluntad y del buen
relacionamiento. Está el caso famoso del arroyo de Las Piedras, donde
Montevideo limpiaba y Canelones no, cuando no había buena relación. Y no se
puede limpiar de un lado solo, es insólito. Creo que estamos en un buen momento
para regionalizar, como planteó el Pepe, que en un momento planteó regionalizar
para hacer obras de infraestructura. Lo imaginaba para el interior, pero el
Área Metropolitana está picando como para eso, donde en realidad hasta podamos
acordar mecanismos de financiamiento. OSE ya tiene forma de financiamiento,
pero yo, en cada una de las fases que te decía, tengo que inventar mecanismos
de financiación, que siempre son distintos; el primero fue a partir de un
fideicomiso del Ministerio de Vivienda, que nos levantó un centro en su momento
y nos ayudó con eso, y ya lo estamos pagando, la segunda fue una iniciativa
privada, también con fideicomiso, un proyecto llave en mano donde nosotros nos
comprometemos veinte años para adelante. Parece que ya es momento de empezar a
pensar en proyectos comunes de ejecución conjunta.
¿Cómo fue la relación con Montevideo?
Sin embargo, a nivel de transporte, no encontraron
soluciones comunes.
Ha habido soluciones comunes.
¿Cuánta gente vive en Ciudad de la Costa que trabaja
en Montevideo?
Mucha, sí, sí.
Y el transporte no ha sido…
Acá el tema es la movilidad.
¿Estás de acuerdo con una vía rápida en Avenida
Italia?
No, una vía ágil. Yo no quiero
hablar de velocidad, quiero hablar de agilidad.
Bueno, es lo mismo.
Pero no es un problema de vía, es
un problema de mecanismo. Yo puedo abrir siete Avenida Italia nuevas, y abrir
ocho, diez carriles, y el problema lo
voy a seguir teniendo, porque en vez de venir diez autos van a venir
veinte. La solución acá es el transporte público, que desestimule agarrar el
auto y venir como único pasajero en un auto. Esa es la clave, porque no da para
más. Ojo que también es para afuera, porque el desarrollo industrial de la Ruta
101 ha hecho que mucha gente esté viajando de Montevideo para afuera. Aunque la
dificultad de movilidad más grande en Canelones está en ir de un punto al otro
del departamento, entre los puntos de conexión transversales, sobre todo para
aquellos que son estudiantes y todo eso. Yo vengo de un proceso donde vengo
remando. A ver, existe el transporte departamental, que es el que sale de
Canelones y llega a Canelones, existe el transporte metropolitano, que es el
que sale y llega a Montevideo, y después tenés el interdepartamental, que pasa
por Canelones. Son distintos, y lo que es potestad solo nuestra es el
departamental, el otro lo tenemos que articular con el Ministerio de
Transporte, y hemos avanzado muchísimo. Hoy el boleto estaría mucho más caro de
no ser por la incorporación que nosotros hicimos al sistema, con subsidios.
Comparados con Montevideo, estamos lejos de eso, en lo que tiene que ver con
los valores. Ahora bien, los corredores del Área Metropolitana también entran
en la lógica que decía hoy, que eso se tiene que resolver con una institucionalidad
metropolitana potente. Si la Intendencia de Montevideo tiene que resolver el
corredor de Avenida Italia, lo hace fundamentalmente con fondos BID. Yo no
tengo ese acceso, yo tengo que resolver el corredor Giannattasio, que es el
mismo, buscando otros medios de financiación. Es insólito. Acá la cuestión está
en resolver una institucionalidad que articule, que resuelva y que ejecute. Con
respecto a la movilidad, creo que ya no podemos hablar de ampliar las vías de
acceso; hoy Camino Carrasco está mucho mejor, la rambla de Canelones está mucho
mejor. No soluciona nada, porque cuantas más bocas te abran, más autos te
entran, pensando en Montevideo. Lo que falta es encontrar mecanismos que hagan
que la gente se movilice en un sistema de transporte público.
¿Para vos qué es, tren, ómnibus?
No puedo decir cuál es la mejor
solución, sí puedo decir que hay que buscar algo, y meter a todos los actores
para adentro, incluso a las empresas.
Sí, pero ahí tenés un problema porque hay una empresa que está tambaleando.
Si cierra COPSA, ¿hay solución?
Si no es COPSA, será otra
empresa. Será una o será otra, cuando cayeron algunas líneas de COPSA, hubo
otras empresas que las asumieron, y no se terminó el mundo. Como cuando
desapareció la ONDA.
¿No se puede trazar una línea municipal, una empresa
municipal?
Creo que hoy no estamos
capacitados para eso. Alguien me lo ha planteado alguna vez, habría que
analizarlo. Si yo dijera que tengo la solución, sería una solución parcial,
porque yo tengo que resolverlo en conjunto con Montevideo y con el Ministerio
de Trasporte. Sí, el tren me encanta. Vamos a empezar por lo más simple; se ha
hablado de corredores exclusivos para ómnibus, que es lo más elemental y hasta
lógico, lo más fácil de aplicar; del Metrobus, que hasta incorpora formas de
energía distintas, pero que también implica un carril; y después el
ferrocarril. Ahora, son cosas tan complejas como para plantearlas a la ligera,
que creo que sí o sí hay que articular en un solo ámbito soluciones de carácter
global, donde hasta los actores privados tienen que intervenir, cualquiera sea
la solución. Si esto fuera un bollo, si fuera un buen negocio, ya estaría el
tren funcionando, pero me imagino que el transporte metropolitano, montevideano
básicamente, se sostiene con los subsidios. Y en el mundo es así, los Estados
subsidian. Y la Intendencia de Canelones no tiene la misma fuerza para
subsidiar que tiene Montevideo, no la tiene. Acá lo que hay que hacer es
resolver globalmente, desde una dimensión metropolitana. Va más allá del
discurso, y hay que ver los ejemplos que hay en otras ciudades. Obviamente, la
metrópolis de París, Madrid, Barcelona. No nos olvidemos que acá el primer
gobierno en pensar en esta clave fue el de Tabaré, cuando armó la agenda
metropolitana. Fue eso: se propusieron temas, se hizo un libro blanco. Qué
somos, creo que esa fue la primera conclusión. En la segunda etapa, con Pepe,
se dispone más presupuesto y se empieza a trabajar. Ahora creo que tenemos que
pasar a una fase de ejecución y de política, que va de la mano de lo que
hablaba Pepe cuando hablaba de regionalización, y que incorpora también Ciudad
del Plata. Lo primero que se hizo fueron acuerdos por el tema de transporte,
con el tema del boleto estudiantil. Y meto también a la OSE en ese paquete, y a
DINAMA, y al Ministerio de Vivienda.
Grandes obras, como el estadio de Peñarol.
Está en Montevideo, en la
frontera justo.
¿Y al feria de Valencia? Esa está en Canelones.
La Junta ya votó por unanimidad
la concesión del espacio en el Parque Roosevelt para que el proyecto se ejecute
ahí. Creo que hoy es una realidad que se viene. Es una propuesta que anda por
ahí hace años, y que encontró en Canelones y en el Parque Roosevelt un lugar
ideal. Me imagino ese proyecto instalándose ya en el próximo período. Estamos
hablando de una inversión de cuarenta millones de dólares, solo en la
instalación.
¿Va a ser un parque de exposiciones?
Parque de exposiciones, sí, sí.
Es potente. Mueve toneladas.
Se vuelve casi un parque de exposiciones de Montevideo,
porque está tan cerquita.
Es que ellos lo razonaron así. Se
les ofreció incluso la posibilidad de Punta del Este, pero ellos lo ven
vinculado a la metrópolis. Eso después desarrolla la hotelería, que obviamente
se tiene que vincular con la hotelería montevideana. Y es una marca,
básicamente, una marca potente, hay pocas marcas de ese porte en el mundo. El
responsable de la feria es uno de los empresarios más poderosos de España.
Tenemos mucha expectativa, porque eso también genera un canon para la Intendencia.
Eso es una realidad que sale en el corto plazo, si ya
se aprobó.
Sí, hay algunos detalles que hay
que resolver con respecto a la concesión del Parque hacia la Intendencia. A
nosotros se nos pasó el Parque en administración por un plazo de treinta años,
habría que ver de extenderlo un poco más, para que eso sea atractivo. Son cosas
que hay que conversar con el nuevo gobierno, pero está caminando. Es una
inversión poderosa, y es una instalación que después queda para el
departamento, y genera mucho movimiento, a cinco minutos del aeropuerto.
¿Cuántos sumarios les hicieron estos últimos diez
años?
¡Uh!, no sé.
¿Muchos o pocos?
Muchísimos, un disparate. Más de
ochocientos.
Hablando de obras, hay un reclamo desde Paso Carrasco
hasta Solymar de que faltan escuelas, que faltan liceos. ¿Han reclamado a la
ANEP.
En todo el departamento ha habido
avidez. Para empezar a hablar de esto, digamos que la población del
departamento se duplicó en cuarenta años, y la población sigue creciendo en
Ciudad de Canelones.
¿No hay fuga en Ciudad de la Costa?
No me imagino, cada vez se
construye más.
Porque da la impresión que la gente se estaba yendo
por robos y esas cosas.
Pero es mucha más la gente que
viene. De cada diez habitantes de Canelones, cuatro vienen de otro lado, no
nacieron en Canelones. Y el ritmo de crecimiento no paró. En todo el
departamento se está notando la necesidad de centros de enseñanza, el más
notorio es Nicolich, que ya tiene una UTU, y una escuela de tiempo completo. En
el Parque Roosevelt se está haciendo una escuela grande que va a sustituir a la
de Paso Carrasco, con mucho más volumen. Y siempre te quedás corto. No tengo
acá las cifras, pero la cantidad de escuelas y liceos nuevos que hay en el
departamento de Canelones asusta. Es impresionante lo que has hecho. Pero te
quedás corto, siempre, porque la población explotó y sigue creciendo. Andábamos
por los 480.000 habitantes, y cuando vino el censo eran 520.000. Es un
departamento que sigue creciendo. Si en épocas de crisis creció como creció, si
ahora le das un mínimo de servicios y de infraestructura, obviamente va a
crecer más, fundamentalmente para el lado de la costa. Hay mucha gente yéndose
a vivir a donde estoy yo, para Salinas, Las Toscas, Atlántida, Parque del Plata,
con gente viviendo permanentemente. El fenómeno sigue extendiéndose. Lo
queremos hacer de manera ordenada, y esa manera ordenada también implica ir
pensando en servicios tales como centros de enseñanza, y no nos ha ido mal.
Algunos liceos no se terminaron de construir, porque no les dio el presupuesto,
como por ejemplo en Progreso y Empalme Olmos, que estaban en la grilla. Pero
bueno, hoy ya Las Piedras tiene el liceo número 5 en construcción, y hasta hace
dos años había solo dos. Habrá que seguir.
¿Buques insignia para tu gestión en los próximos
períodos?
Una mayor articulación con el
gobierno nacional, incluso para resolver…
¿Mayor que con el Pepe? Va a ser difícil.
Pero la articulación no es un
tema de relación. Por ejemplo, una buena articulación es generar en el Área Metropolitana
una estructura institucional que permita resolver los temas metropolitanos.
Obviamente, ser más eficiente, en el mismo sentido, a la hora de ser los brazos
ejecutores de las políticas nacionales en el departamento. Creo que se puede
hacer mucho más ahí. Hay planes para todo, falta plata. Yo tengo que ser capaz
de poner nuestra gente y nuestra estructura de gobierno departamental al
servicio de esa política; por ejemplo, en el Sistema Nacional de Cuidados. Un
segundo buque insignia es un plan de obras a quince años, donde la estrategia
sea la consolidación barrial, es decir, nosotros tenemos la misma superficie de
territorio urbano que todo el departamento de Montevideo, 440 kilómetros
cuadrados, pero repartidos en cientos de poblados. Catastro reconoce setenta y
ocho localidades catastrales, o sea, tengo cosas para resolver, y no se
resuelven en un solo período. La consolidación barrial no puede parar, tiene
que seguir.
¿La basura no es un problema?
La disposición final es un
problema. La gestión funciona, en donde estamos muy atrasados es en la
tecnología para la disposición final. Estamos articulando con ALUR un proyecto
de generación de energía, que ya firmamos acuerdos para ir hacia una planta de
generación de energía a partir de residuos domiciliarios.
¿Algo más?
Buques insignias me decías vos.
Ya tenés tres, ¿qué más vas a hacer?
Dos dije, obras y articulación
con el gobierno nacional.
Y disposición de la basura.
Pero eso porque vos me metiste el
tema. La basura no es un buque insignia.
La basura no es el buque insignia. Ahí tengo el
título.
El tema de la recolección de
residuos no está visualizado como uno de los principales problemas del
departamento, porque no lo es. Ahora, para el que vive cerca del sitio de
disposición final es bravo.
¿Dónde es?
En Cañada Grande, allá cerca de Empalme Olmos.
Y bueno, fracasó el proyecto nacional. Nos metimos en eso, y el Pepe no lo pudo
sacar. Al final resolví con ALUR.
Buque insignia, dale.
Después, la creación de un
espacio de articulación con el ámbito privado para mejorar los procesos de
inversión en el departamento.
Sos un neoliberal completo.
No. Pasa que vienen y esperan tres meses para que les demos una
respuesta. No, acá hay que poner una estructura que reciba inversiones.
Vos querés inversiones.
El tema del trabajo para mí sigue
siendo una prioridad. Si bien es cierto que bajó la desocupación, hay gente que
sigue desocupada o con trabajo precario. Y apuntar a trabajo de calidad. Lo que
nos pasó en la Ruta 101, con la instalación de empresas de alta tecnología, eso
lo quiero seguir aplicando. Innovar, innovar, innovar. No puede parar el
mecanismo, que a veces es de inversión nacional; hay gente que se va de otros
puntos de Montevideo y se instala en Canelones. En eso no me puedo dormir.
¿Estás de acuerdo con los barrios privados?
Estoy de acuerdo no con el barrio
privado, sino con mecanismos y reglas del juego claras para el que quiere
invertir, también en inmobiliaria. No hay barrio privado más privado que una
torre de veinte pisos. Creo que hay que medir bien, porque incluso hay unos
barrios que no son privados pero es como si fueran. Lo que entiendo es que hay
gente con un alto poder adquisitivo que se quiere instalar en Canelones, y que se
está instalando en Canelones, y que a mí me viene muy bien, porque gran parte
de esta inversión inmobiliaria me deja una contrapartida, por la mayor
revalorización, que yo después lo vuelco en otros casos; por ejemplo, en Villa
Ilusión, un asentamiento en Las Piedras. Quiero seguir captando ese tipo de
inversiones, que derramen en la sociedad de otras formas.
¿Han impulsado las zonas francas?
No, una sola hay, que es la de
Parque de las Ciencias, que es la zona franca de la industria farmacéutica.
Zonamerica es en Montevideo. Hubo solicitudes para otros lugares y no se
permitió. Tenemos menos que en Montevideo.
O sea que los buques insignias son esos tres.
Y otro fundamental es un sistema
departamental de participación que incluya el trabajo de los municipios.
¿Cuántos municipios tenés?
Tenemos veintinueve, vamos a
tener treinta.
¿Cómo te llevan, son todos frentistas?
Bien. Dieciocho frentistas.
Mirá.
Dos colorados y el resto blancos.
Pero funciona muy bien. Es un acierto.
En situaciones como Canelones, pero en Montevideo es
discutible.
Puede ser. Pero yo, por ejemplo,
si se me rompe una máquina en Soca —estoy hablando una obviedad— la reparación
se resuelve mejor en el territorio. Así como también se resuelve mucho mejor el
qué hacer en cada uno de los territorios. El qué hacer implica por dónde crece
la ciudad, hacia dónde se planifica, por dónde va el alumbrado, por dónde no
va, dónde puede ir una escuela. Todo eso se resuelve mejor en el territorio. Lo
que hay ahora es un acierto en el municipio donde los concejales y el alcalde,
articulando con la sociedad, tienen que elegir los rumbos de cada rincón. Es
impensable gobernar un departamento como Canelones desde la capital. No
gobernás, pensás que gobernás, y creo que lo que les pasó a los gobiernos
anteriores fue que esa centralización terminó desarticulando el departamento.
¿Por qué insistís tanto en negociar, en articular, a
nivel interno o nacional, pero nunca te escuché hablar en esta entrevista del
Congreso de Intendentes?
En realidad no lo considero una
prioridad porque funciona muy bien, funciona como nunca funcionó. Las partidas
del gobierno nacional se sabe cuáles son y llegan en tiempo y forma; se
lograron cosas interesantes, como el convenio con la UTE. A ver, cuando me
planteo las prioridades, me planteo qué cosas hay que poner en pie o en el
acelerador. Tenemos políticas sociales, el tema del tránsito. Obviamente que la
articulación con el Congreso de Intendentes sí, pero hay otro tipo de
articulación que surge sola, como por ejemplo entre los municipios y distintos
departamentos, por ejemplo los municipios que están sobre el Río Santa Lucía,
que se reunieron entre ellos y empezaron a resolver. Sí, ahora se reúnen cada
tanto, y Tabaré les da una respuesta. Eso también tiene que pasar. A ver,
articular quiere decir asegurarle a la ciudadanía que el Estado está presente; ellos tenían muchos
puntos del departamento donde el Estado estaba ausente, o si no, con un Estado
que no se reconocía a sí mismo, y vos tenías gente que vivía de un lado del
puente, de un lado del departamento, y se tenía que atender en la policlínica y
no podía cruzar. Esas cosas están resueltas, el gobierno nacional empezó a
resolver de otras formas. Y además, en la medida que el gobierno nacional
generó y provocó una descentralización del Estado, y hoy tenés los ministerios
descentralizados —que antes no existía, el único ministerio que yo conocí
descentralizado era el del Interior—, con referentes de los ministerios con los
que podés articular, y que a su vez tenés que asegurar que articulen el
territorio con el municipio. Estás generando toda una red de articulación entre
el Estado y la sociedad, que hoy trabaja con bastante fluidez. Capaz que el
problema que hay es de superposición. Eso sí. Pero estoy visualizando una nueva
realidad que hay que aprovecharla, por eso digo que tenemos que ser los brazos
ejecutores de la política nacional, ser la pista de aterrizaje. ¿Sabés lo que
pasa, en el fondo? A partir de la existencia de los municipios, la novedad está
en el nuevo rol de los gobiernos departamentales, y no tanto en el rol de los
municipios. Porque el municipio es municipio, con tareas municipales. De a poco
se va trasladando a los territorios la tarea municipal: mantenimiento de las calles,
el alumbrado. Ahora esto se viene por ley incluso, que hay que trasladar la
responsabilidad de los recursos.
¿Cuál es el rol que asume hoy el gobierno
departamental?
Creo que eso es lo que está
replanteándose. Y el gobierno departamental también pesaba en la Junta, eh.
Entonces, cuando hablo de una Intendencia que esté bien plantada para las
inversiones, bien plantada para el ordenamiento territorial, bien plantada para
las nuevas obras de infraestructura articuladas con otras intendencias, que sea
la pista de aterrizaje de las políticas nacionales, todo eso creo que se logró.
Incluso el relacionamiento internacional hoy está incorporado para las
intendencias departamentales, que antes era impensable. Se pasó a cumplir un
poco la función que cumplen las provincias o los estados en los países vecinos,
en la escala nuestra. Hay una resignificacion del rol de la Intendencia, y
obviamente el Congreso de Intendentes es la caja de resonancia de eso. Como
militante de izquierda que soy, creo que debo tener confianza en la potestad o
en la capacidad de decisión de la ciudadanía, y trasladarle cuotas de poder a
la ciudadanía ahí donde está. Obviamente, esto va más allá del discurso fácil,
hay que dar herramientas para que pueda resolver, aunque sea en las cuestiones
más elementales de la localidad. Pero después pasamos a otra fase; por ejemplo,
el Ministerio del Interior instala las mesas de convivencia; ah, yo quiero que
los municipios se metan en eso y sean protagonistas, y que resuelvan. Ese tipo
de decisiones surgen de la articulación con el comisario de la zona, y en eso
hoy hay una realidad distinta, yo reconozco que la mayor transformación del
Estado en estos últimos diez años, a nivel de gobierno nacional, es esa: un Estado
que actúa reconociéndose a sí mismo en las distintas fases, y yo tengo que
tener la capacidad, como gobierno departamental, de trabajar con esas lupas
desde lo nacional, desde lo regional, y desde lo micro regional, porque hay
cosas que no las pude hacer un municipio solo, sino que se tiene que asociar
con otros. Por ejemplo, no puedo tener treinta parques de máquinas. Entonces,
manejar esas lupas creo que es clave en lo público. Todos vivimos instancias
donde el presidente no se lleva con el intendente, a pesar de ser del mismo
partido. Había una cuestión de impronta personal y de espacio de decisión, ya
de carácter no solo partidario, sino personal, que hoy se rompió, por suerte.
¿Cómo solucionaste el tema de ADEOM? No tuviste
grandes conflictos con ADEOM.
Hubo conflictos, sí.
Pero comparado con Montevideo, una viña.
Sí, puede ser, lo que pasa es que
lo de Montevideo cobra más notoriedad, pero hubo de todo. Yo tuve muy buenos
acuerdos, considero que los dos convenios que hicimos con ADEOM fueron positivos.
Hay que pensar ya el nuevo relacionamiento también. Nosotros reconocemos un
interlocutor fundamental a la hora de pensar el futuro, no tiene mayores
diferencias con cualquier identidad pública, siempre de puertas abiertas al
diálogo, a pesar de que a veces tenemos algún encontronazo.
¿Por qué los 100.000 dólares a Juventud, el último día
antes de irse?
Hay dos preguntas. Una, ¿por qué
los 100.000 dólares a Juventud?, es la misma forma en que nosotros articulamos
con otras instituciones sociales. Hay otros ejemplos; nosotros, por ejemplo,
todos los años colaboramos con Alas Rojas, en Santa Lucía, o con el Club
Lagomar.
¿Con esos montos?
Si lo sumamos, no sé. Puede ser,
sí. Lo que pasa es que con Juventud se hizo una articulación que no va solo por
un tema de colaborar. A ver, acá hay un
acuerdo con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, donde el Ministerio
pone una parte y nosotros ponemos otra, para terminar una obra que está abierta
a la comunidad. Abierta a la comunidad significa que los centros de enseñanza
pueden ir ahí, y deben ir ahí, a desarrollar sus actividades. Estamos hablando
de un proyecto que tiene casi cinco hectáreas, de las cuales dos y algo ya se
las habían otorgado a las formativas o a las inferiores del Club Juventud. El
resto es un polideportivo que sale un palo y medio, un millón y medio de
dólares, que está en construcción y es una obra de mucho peso. Esto es así. Hay
una primera fase que culminó, y el Juventud está trabajando. Se habló con el
Ministerio de Transporte para un convenio para hacer una segunda fase, donde
tiene incluso una sala para dar clases. Nosotros decidimos colaborar en eso.
¿Por qué el último día? Lo que nos manifestó Marcos es que él lo venía
trabajando y no quería dejárselo a otra persona, a otro compañero, para que se
hiciera cargo en algo donde él tiene una historia. Decidió asumir esa
responsabilidad, y no hacerlo por abajo ni por detrás, sino firmado como
resolución. Pero es parte de una política que es bastante más amplia que el
Club Juventud.
¿Cómo está la campaña allá, cómo se organiza?
Tenés un comando del Frente,
después tenés dos comandos, los comandos José Carlos y el comando mío.
¿Y la oposición?
Tenés dos candidatos del Partido
Nacional, tres candidatos del Partido Colorado, y el Partido Independiente
tiene uno, que es Daniel Radío.
¿No tiene chance, no?
¿La oposición?
Pregunto.
No sé, lo van a decir las urnas,
pero las encuestas hablan de una distancia importante.
¿Te ves como recambio?
¿En la Intendencia de Canelones?
En el Frente.
No, no.
Si ganás la Intendencia, vas a ser un candidato joven.
Sí, es cierto, soy parte de una
camada de actores políticos que asumen responsabilidades. Obviamente, reconozco
que soy parte de una generación que no estuvo en el 71y que apareció después de
la dictadura militando en cada uno de los sectores del Frente, y que hoy está
asumiendo protagonismo, pero es eso, ni más ni menos que eso.
¿Cuánto gana el Intendente de Canelones?
No sé cuánto gana.
¿Nunca cobraste?
Lo que pasa es que yo tengo tope.
¿Y el MPP, cuánto te saca?
No sé cuánto está ahora el tope
del MPP, la última vez andaba en cincuenta y dos.
¿Por qué querés ser intendente de Canelones?
Porque considero que tengo las herramientas como
para continuar con un proceso que venimos llevando a cabo por diez años, que
tiene una planificación y una puntería que se elaboró desde la fuerza política
y que creo que es acertada. Estos diez años de aprendizaje y de trabajo
conjunto con Marcos me permiten tener algunas claves para continuar.
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Matías Rótulo.