Carlos Varela, alcalde del Municipio B: “El vecino se tiene que sentir primero parte de su cuadra para después sentirse parte del Municipio”
Por Matías Rótulo
En Semanario Voces 482
Nació
en la Curva de Maroñas. Gobierna el Municipio B por segunda vez. Su Municipio
lo integran el Centro, Parque Rodó, Cordón, Barrio Sur, Palermo, Ciudad Vieja,
Aguada, y Tres Cruces. Es profesor universitario, empezó su militancia en
secundaria, tiene dos hijos con Patricia y se considera “un rebelde”.
¿Edad?
43
años.
¿Ser alcalde es hacer
política partidaria o es un trabajo de militancia por el barrio?
Esto es hacer política.
Hay una relación muy directa con el entramado barrial, acá estamos en la
primera línea de fuego de la militancia del barrio.
¿Dónde y cuándo empieza
tu militancia política?
En el Comité de Base y
en el liceo. Yo soy hijo de la dictadura y estábamos en contra del uniforme y el
pelo corto cuando íbamos al liceo. Yo iba al IAVA, y ahí se juntaban firmas
para el Voto Verde, y si bien yo no votaba, salía con el gremio a recolectar
firmas.
¿En qué barrio vivís?
En el Cordón, en la
zona de la Universidad.
¿Cómo se compone tu
familia?
Con Patricia que es mi
compañera, y nuestros dos hijos: Eugenia de siete años y Tomás de un año y
medio.
¿Cuáles son los tres
objetivos de tu gestión en este período?
Seguir en la línea de
trabajo por la convivencia ciudadana, en la reconstrucción de los valores y los
vínculos. Queremos romper con el aislamiento en el que hemos caído como
sociedad y que ha generado una gran falta de pertenencia con la ciudad. Eso
trae dificultades en la convivencia y vandalismo porque la gente no cuida lo
que no le pertenece. Otro punto es el de mejorar la participación ciudadana. El
Municipio tiene que ser una construcción de la gente y por la gente y no
solamente para la gente. El Municipio no debe ser solamente un acto de votación
cada cinco años. El tercer punto es que no podemos hacer más de lo mismo con
respecto a lo que ya se hizo teniendo en cuenta mi anterior gestión. Se fueron
agregando nuevos problemas y nuevas necesidades porque la sociedad es dinámica
y es por eso que debemos innovar en nuestro trabajo.
Este es un Municipio
muy grande, tanto territorial como poblacionalmente…
Estudios hechos de hace
dos años, indicaron que por 18 de Julio, en las horas pico, pasan más de
350.000 personas desde el Gaucho a la Plaza Independencia. A eso se le suma el
turismo, el casco histórico, la parte de la Rambla que tenemos como un paseo
democrático, el Parque Rodó, la vida universitaria, las instituciones médicas y
las de gobierno… indudablemente,
Montevideo pasa por el Municipio B.
Y es un Municipio que
tiene zonas privilegiadas socialmente y otras que no tanto.
En algunos barrios
tenemos problemas sociales y complejos de atender. Está lo que llamamos
“problemas intramuros” que son aquellos que se diferencian de lo que se viven
en –por ejemplo- los asentamientos. Este tipo de pobreza imposibilita que se
apliquen dispositivos de políticas públicas como en aquellas situaciones
visibles. Una vez que uno atraviesa esa puerta privada, ve la realidad, y nota
que hay familias donde padres e hijos duermen en los mismos cuartos, donde un
baño lo utilizan distintas familias… Esas
situaciones hay que atenderlas.
Sos el alcalde del
centro de la ciudad en lo político y económico.
Salvando las distancias geográficas y políticas, serías el Mauricio
Macri de Montevideo…
Si, salvando las
distancias políticas… (risas). El Municipio B es la capital de la capital, tal
como decíamos en la campaña del año 2010. No es el corazón de Montevideo porque
no es el centro geográfico. Montevideo pasa por acá. Salvo por el aeropuerto,
tenemos las vías de ingreso a la capital: el puerto y la terminal Tres Cruces.
Es una zona obligada para el turismo, las expresiones culturales y sociales.
¿Habría que dividir el
Municipio B?
Hay que seguir
trabajando en el empoderamiento de la gente sobre la idea de los gobiernos de cercanía.
Hablar de uno o más municipios es
prematuro, teniendo en cuenta que este es un proceso que todavía falta desarrollar. Tenemos
que lograr que el vecino se sienta parte de su cuadra o de su barrio para que
después se sienta parte del Municipio.
¿Cuántos votos obtuviste?
Arriba de 11.000 votos.
El Frente Amplio tenía lista única, y superamos la sumatoria de las cinco
listas que presentó La Concertación. Acá hubo unos 30.000 votos, eso es muy
poco, es más o menos un 30% del electorado. La baja votación tiene multicausalidad:
que la gente no se siente perteneciente a su municipio, que la campaña se ató a
lo departamental, pero también –y esto no lo puedo cuantificar-, que la gente
no vota en su municipio porque no hizo el traslado de la credencial. Otros no
compartirán la idea de los municipios y puede ser que no votar sea una forma de
manifestarse al respecto.
¿Vas a ser oficialista
en tu gestión por ser del Frente Amplio?
Los problemas de la
gente son problemas que deben ser solucionados, buscando las respuestas
adecuadas. Por otro lado, la ciudadanía votó un proyecto político en Montevideo,
un programa llevado adelante por un partido y en ese marco los municipios
vienen a potenciar a Montevideo. Todos los alcaldes debemos acumular hacía un
mismo escenario porque Montevideo es uno.
Nuestro objetivo es la gente. Tal como dice el prócer, nuestro objetivo
es “la pública felicidad”.
¿Cuáles son los
reclamos más comunes de los vecinos?
En esta segunda gestión
todavía no lo sé porque recién arrancamos. Hasta el último día de la anterior
gestión han ido mutando desde el principio. Hace cinco años, el tema
predominante era el de la seguridad. Hoy, tenemos como tema casi primordial,
las personas en situación de calle. Estas situaciones vulneran tanto los
derechos de quien está en situación de calle pero también del vecino, porque se
genera una reacción de interpretar o de
pensar al otro (al que está en esta situación) como a un objeto. Estas
situaciones nos van sacando lo peor de nosotros. Es una problemática muy compleja
y que requiere una atención especial. Hay situaciones de fincas abandonadas que
se ocupan y se transforman en bocas de pasta base, con personas haciendo sus
necesidades en la calle, los que toman vino y se meten con la gente… todo eso
genera problemas en la convivencia, y por eso insisto en que la pertenencia, la
organización y la participación se podrían mejorar si cambiamos estos factores
que terminan deprimiendo al vecino. Yo no dejo de ser un vecino por estar acá
en el Municipio. No dejo de salir al parque con los gurises y no dejo de ser
parte de la comunidad. El día que yo me olvide que soy parte de esta comunidad
estaré frito. Si yo pierdo el objetivo, ahí me ganó la burocracia.
¿Qué hay que hacer con
18 de Julio?
Se ha avanzado mucho
con el tema de las marquesinas, con cuadras enteras donde se ha descontaminado lo visual.
¿Y con el tránsito? ¿Hay
que flechar 18 de Julio?
No me atrevo a decir
que la solución sea esa, porque no sé qué otros problemas puede llegar a
generar. Hay que seguir con la lógica de usar el transporte público como
alternativa para ir al trabajo y ese transporte público tiene que estar en
condiciones. Si salgo a la parada el ómnibus no me puede demorar en pasar o en
el viaje. El transporte debe ser de calidad y prestar un buen servicio.
¿Y vos quién sos?
Soy un rebelde joven. Y
digo que “soy joven” ya que con mi edad en otros lados ya son presidentes.
Tengo ganas de llegar al cambio, sabiendo que la utopía es algo que cuando nos
acercamos dos pasos, nos alejamos dos pasos más, tal como decía Galeano. Soy un
tipo que puede tener días malos porque las cosas no salen, pero también soy un
agradecido, por ejemplo con los funcionarios del Municipio. Ellos son el motor
para que las cosas salgan bien. Sueño con cambiar el hoy, porque en ese sueño
está lo que les voy a dejar a mis hijos en el futuro.
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Matías Rótulo.