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Mostrando entradas de noviembre, 2016

¿Quién mató a Fidel?

Hace algunos años, un viejo amigo, viejo comunista uruguayo, más comunista que viejo, me dijo que alguien mataría a Fidel.  Me lo dijo en la redacción de un diario pro Fidel, pro Cuba, y pro-clive a vender su ideología al precio de la necesidad. Me lo comentó con un pucho apagado en la boca y hediendo a caña.  El día que Fidel muera -me explicó muy serio-, será porque alguien lo asesinará.  Le pregunté si él pensaba hacerlo. Hizo una pausa de esas que para la revolución sería como para planear el golpe contra el tirano... no, yo no, pero alguien sí. Fidel va a morir asesinado, ya que la naturaleza no se lo puede llevar. Me pidió que si él estaba muerto el día que Fidel ya no esté (hoy sabemos que es el sábado 26 de noviembre de 2016), me encargara de escribir un artículo con el título "¿Quién mató a Fidel?"  Muerto mi amigo comunista, cumplo con la consigna.  ¿Quién fue el brazo ejecutor? ¿Quién lo mató? ¿Fueron los que festejaron anoche en

Crimen y Castigo: la victoria de Trump

POR MATÍAS RÓTULO Caminando por San Petesburgo, Rodión Románovich Raskólnikov, el personaje creado por el ruso Fiodor Dostoievski en su novela Crimen y Castigo , maquinaba su propia captura. Había matado a dos mujeres, y ese crimen le generó un castigo más brutal que el que le podía esperar por parte de la policía y la justicia rusa.  Su mente lo empezó a castigar, viendo a los que lo rodeaban como conocedores de su crimen. Rodión era culpable, de eso no había duda, pero ¿Los otros sabían que era el culpable? El asesino fue y vino de un lado para el otro de la ciudad sin ser atrapado, pero vivió atrapado en la idea de ser un asesino y que a la vuelta de la esquina iba a ser capturado por la policía.  La brillantez del relato dostoievskiano tiene su mayor punto cuando Raskólnikov es citado por la policía por una falta menor (¿O fue citado como sospechoso de un asesinato?), y la duda sobre las intenciones del policía que lo interroga empieza a carcomer el cerebro del asesino.

Cadáveres

El argentino Néstor Perlongher en su voz nos dice que... hay cadáveres.  Bajo las matas En los pajonales Sobre los puentes En los canales Hay Cadáveres En la trilla de un tren que nunca se detiene En la estela de un barco que naufraga En una olilla, que se desvanece En los muelles los apeaderos los trampolines los malecones Hay Cadáveres