Por Matías Rótulo
Como si estos 28 (29 días en el corriente), fueran la revelación suprema de divina providencia con un tal dios Momo, hermano del Meme.
Los Carne-vales tienen eso de ser la fiesta popular más exclusiva entre los menos exclusivos de un mundillo exclusivo: empresarios de baja monta, artistas de monta baja, políticos de monte y bajo (para que nos vean acá en el febrero de los mortales).
Los Carne-vales uruguayos son competencias sangrientas entre personajes que acusan a otros de robos, plagios, golpes y falta de talento. Y otros que hacen lo mismo pero con la simpatía de su público.
Carne tienes, carne vales.
Las murgas cupletean y populean al ritmo de la moneda que les asegurará la gira por la tierra europea.
Las revistas no revisan su repertorio.
Los humoristas humo-rean.
Los parodistas estamos en los diarios, y los periodistas en los tablados.
Los lubolos ahora candombean de etiqueta negra.
Mientras tanto, el tablado enciende sus luces, y los choriceros tabladean, y los niños corretean y los chicos re-ojean, y la Gran Muñeca carajea, y febrero carnavalea .
Carne-vales, texto de Matías Rótulo, ganador del premio Pedregullo Virtual 1998 al texto más lamentable sobre el carnaval uruguayo. (Nota) El autor ama el carnaval y está en el desfile disfrutando a pleno.
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Matías Rótulo.