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La cereza del zar: la aventura de lo inimaginado

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La canción "La cereza del zar" (1973) de la banda Pescado Rabioso contiene una letra de alta complejidad literaria, donde nada es lo que parece y es estudiada en Apuntes Spinetteanos.


Por Matías Rótulo


Es necesario despojarnos de la hermosa música y de los dibujos que acompañan la explicación sobre esta canción en el cuadernillo del disco original. Vamos a considerar tanto la letra de la canción como dicha explicación para este análisis. Ambas serán vistas como obras de arte junta y no como una obra anexa de otra. La explicación del cuadernillo, puede ser vista solamente como una “explicación”, pero perderíamos el valor artístico que tiene (véase ambos textos al final de este artículo).

El proceso de análisis
Recomiendo que se haga una lectura repetida de ambos textos. Sobre la letra de la canción, la dividiremos en cinco momentos para facilitar la comprensión y el análisis.

Momento 1 - el movimiento de la cereza
La cereza del zar
impulsada por él

Momento 2 - el movimiento del tiempo y los cambios anímicos del zar
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Al caer el sol el zar
miró las platas de su luna
loco por las calles va
buscando a la cereza

Momento 3 - la intervención de la voz externa-interna
(sombras de la nada)

Momento 4 - las peripecias del zar
lo sacude un rayo
el viento da pavor y nieva
Las lajas de la calle

Momento 5 - los niños
y esa voladura de unos niños
al ver la cereza caer

El tema
Si bien el título emblemático pleno (porque se repite desde el primer verso) es “La cereza del zar”, el tema no se centra en las peripecias de la cereza, sino en las peripecias del personaje después de tirar esa cereza.
Para nosotros, ese sería el tema, pero para los personajes desde su visión, lo que los mueve internamente, es una preocupación fundamental: la cereza.
Por eso, Spinetta utiliza el neologismo “imaguiadoz” que contiene la raíz del verbo imaginar, en cópula con el verbo guiar y culmina con “oz” que nos remite a un mundo mágico. todo nos da una idea de novedad creativa, que además nos lleva a vivir una travesía: la del zar guiándonos por un mundo imaginado. Contamos con la imaginación del autor y el viaje interno de los personajes.

Conexiones
Cada momento se comunica con el otro de una manera lineal pero también circular. La cereza es redonda, como lo es la misma historia contada. En el librillo se explica: “La redondez teórica de los ambientes imaguiadoz”. Esa "redondez teórica" se debe a un concepto de circularidad, que sería muy fácil reconocer, por ejemplo en Cortázar, donde se vuelve, sobre el final de una obra a un principio.

Desde momento 1, cuando el zar tira la cereza por la ventana, ocurren varias situaciones, incluso la salida del zar a la calle para buscarla y se conecta circularmente con el momento 5, cuando los niños la ven caer. Entre la acción inicial, la del zar tirando la cereza por la ventana y el momento en el que los niños la ven caer, pasa un segundo en la realidad representada. En la narración lírica, se muestran otras situaciones en el medio como la salida a la calle del zar y todo lo que le ocurre.
En la explicación del librillo, en cuanto al momento 5 explica: “en este caso es la de los niños mirando por la ventana a un zar arrojando la cereza y esta simplicidad jamás podría inquietarle y hechizarle como a ellos”.
La “simplicidad” del zar en su acción, un personaje que no representa solamente un cargo poderoso, sino una tradición en la Rusia imperial, radica en el gobierno que ejerce sobre el objeto lanzado. Todo su poder se reduce a la acción casi infantil con el fruto. ¿Será una señal del abismo en la que el zarismo ruso cayó definitivamente a inicios del siglo XX? Paradójicamente, el rey que gobierna no puede gobernar sus emociones, pues la única certeza del zar es no tener certezas.
El elevadísimo rey (el Rey cumple con las condiciones de las historias infantiles de princesas en su ventana) baja a la calle, deja su lugar privilegiado, va al lugar de tránsito del pueblo, pero para recuperar su cereza, no para ser parte de la plebe, pues el monarca no se involucra en temas terrenales. La cereza caída parece un tema menor, pero es un tema de Estado. Mientras tanto, en un movimiento inverso, los niños se elevan, se hechizan como el mismo zar empatando por primera vez a unos con otros: al pueblo con el zar, a los niños con el adulto.

Verosimilitud
En la explicación del librillo, se busca la verosimilitud sobre la historia contada. Al señalarse que hubo una conmoción folklórica, se apela a la tradición literaria propia de Rusia. Spinetta hace los de Cervantes en Don Quijote inventando un autor desconocido. En este caso, propone una posible tradición popular alrededor de esta historia, producto  -tal vez- de la literatura oral rusa.
Spinetta insinua con la posibilidad de que la canción sea producto de una investigación que él hizo sobre un hecho real y conocido por todos en Rusia, vaya a saber uno en qué momento de su larga historia. O puede ser que alguien le contara la historia o que la canción le fuera mostrada por alguna persona local: “no puede tener sino en la Rusia la conmoción mas psicodelica-folklorica”. Esta “conmoción folklórica” se puede entenderse como un efecto que la acción del zar pudo tener en la sociedad rusa, de haber existido esta historia. Lo psicodélico se enfoca en la fantasía de ruptura a la dura estructura política (religiosa) y social de la Rusia imperial.

Cerezos
¿No podemos vincular artísticamente  “La cereza del zar” con El jardín de los cerezos? De la obra teatral de Antón Chéjov (1904) sabemos que su trama es, justamente, sobre la pérdida de bienes vinculada con el jardín de cerezos de una familia. La obra está ubicada en el declive y decadencia del régimen zarista.  La cereza de la canción (que en la obra de Chéjov podría ser otro fruto ante lo difícil que es cosechar cerezas en Rusia a causa de los intensos fríos), sería un bien cotizado por el zar (no por su valor económico), que si bien la tira, en un segundo momento la extraña y la va a buscar. Es fruto poco común, delicado y dulce.

Paralelismo psico-cómiso.
De la misma manera que en el famoso Romance del Enamorado y la Muerte, el Enamorado sale en búsqueda de su amada después de haberse vestido y calzado muy rápido, así sale el zar por la calle. En el romance español, el Enamorado había recibido la visita premonitoria de la Muerte que le avisó que se lo llevaría. La Muerte entró por la ventana (o por el sueño del personaje lírico). En este caso, no hay una entrada sino una salida, la de la cereza, pero hay un efecto similar: la huida frenética para buscar al objeto amado.
En el momento  4,  la salida del zar a la calle ocurren varios efectos en el interior del personaje lírico que se describen en el exterior: cae el sol, sale la luna, se llena de sombras, lo sacude un rayo, sopla el viento, nieva, hay más viento (en ese orden), el personaje sufre cambios internos y externos ascendentes, tanto en luminosidad como en sonido y movimiento (propios y de su entorno).
El zar pierde la razón, va de la luz a las sombras, ocurren estados anímicos y corporales, sensoriales, opuestos entre sí: luces, sombras, rayos y vientos que traslucen esa visión psicodélica a la cual se refiere la explicación del librillo. Si la cereza cae, el zar también cae. Su accionar es un remolino intenso que se concreta en la desesperación por la cereza. El término correcto sería el que aporta el poema: “lo sacude”: un rayo, el viento, y el rayo (cuyo sacudón es visual, sonoro y físico). Este rayo impulsa una fuerza calórica inigualable que se contrasta con la nieve. Si en un momento tuvimos sol, ahora estamos en la antítesis, el frío extremo. Lo único que mantiene al zar en la realidad son las lajas de la calle, el piso firme que pisa, pero que también sacude al zar, por lo tanto el personaje se incomoda.
El zar ya está “loco” y “por las calles va”. El plural "calles" es por un recorrido amplio, imparable, hiperbólico: si la cereza cayó por una ventana, no se habrá trasladado mucho.

La construcción circular
Hagamos notar la construcción, la disposición de las palabras en el poema.

La cereza del zar
impulsada por él

Al caer el sol el zar “Al caer” tiene una doble función, hace referencia a la cereza cuando cae, pero también al sol.

miró las platas de su luna
loco por las calles va

El adjetivo “loco” podría aplicarse tanto al zar mirando (loco) la luna como a lo loco que va por la calle.

Las voces y el foco
¿Quién cuenta la historia del zar, la cereza y los niños?
En el momento 1 el narrador es externo, ve la cereza caer y ve al zar tirándola. La explicación del librillo sirve como una voz que confirma (una voz autorizada) lo dicho por el narrador- yo lírico de la canción.
En el momento 2, el narrador se ubica en el interior del zar (aunque no dejar de narrar en tercera persona) y relata lo que ve “la plata de la luna” y esta consideración bien podría ser del narrador externo, o un reflejo del pensamiento del personaje. Lentamente, el narrador va interiorizándose más en el personaje: sabe de su locura, sabe lo que busca y en el momento 3, gráficamente entre paréntesis pero sonoramente se denota un narrador que opina, que ve “esas sombras” que forman parte de la visión del zar. La voz del narrador se une a la voz del zar, que hasta ese momento no tuvo voz. También el narrador opina cuando expresa que el zar está "loco". 
En el momento 4 aparece el pavor mencionado. El narrador sabe del sentimiento del rey por el rayo y la nieve: es un movimiento blanco, intenso, y luminoso (de ahí lo psicodélico).
Al final, el narrador se vuelve al momento inicial, al de la cereza en caída, pero ahora como si su foco no fuera ni el rey ni la cereza, sino los niños que ven caer la cereza.
El narrador de la explicación sabe, por su lado, el final de la historia y la conmoción que esto provocó en la sociedad rusa: "Pero el zar busca en vano, después en la nada"

La velocidad
En el momento 1, la velocidad (no musical sino literaria) va mostrando la caída de la cereza. Hace un movimiento lento que se completa al final cuando los niños ven la cereza. La cereza es impulsada y el movimiento se ve en el uso de “al caer” y no “cayó”. Hay un presente continuo de la caída.
Es una caída tan lenta, que “al caer el sol el zar miró” y la lentitud de la caída nos permitió ver la luna, y que se concretara un temporal. Todo eso pasó en un instante, en un movimiento casi mecánico del personaje. Nunca el poema nos revela el momento de la llegada de la cereza al suelo. Luego, otro de los momentos que en vez de lentos son veloces, es el Momento 4 con una velocidad en la narración que acompaña lo que sucede en el etxerior:

lo sacude un rayo
el viento da pavor y nieva
Las lajas de la calle

Los sonidos.
Coincido con Diego Fischerman(1) "se trata de un tema breve y acústico, con influencias folk, cantada por Spinetta con segunda voz de Lebón. La letra juega con la sonoridad de las palabras y las sílabas («la cereza del zar impulsada por él»)”. ¿Pero cuál es ese juego? Se llama aliteración al refuerzo de sonidos a la sentido de lo dicho.

En “la cereza del zar impulsada…” la reiteración del sonido reforzado en las sílabas “za y sa” da cierta idea de pasividad, de ensueño, ese estado previo que prepara la futura acción del zar. 



Letras

“La cereza del zar” 

La cereza del zar
impulsada por él
Al caer el sol el zar
miró las platas de su luna
loco por las calles va
buscando a la cereza
(sombras de la nada)
lo sacude un rayo
el viento da pavor y nieva
Las lajas de la calle
y esa voladura de unos niños
al ver la cereza caer

La explicación del librillo:

“La redondez teórica de los ambientes imaguiadoz no puede tener sino en la Rusia la conmoción mas psicodelica-folklorica. En este caso es la de los niños mirando por la ventana a un zar arrojando la cereza y esta simplicidad jamás podría inquietarle y hechizarle como a ellos. - Pero el zar busca en vano, después en la nada”

- Fischerman, Diego (15 de julio de 2007). «El cielo entre las manos». rADAR: Página/12. Consultado el 24 de enero de 2020 en https://www.pagina12.com.ar/2001/suple/Radar/01-07/01-07-15/nota1.htm

Este artículo fue escrito entre el 15 y el 27 de enero de 2020

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