Dante escribió La Commedia y todos quedamos atrapados, pensando que existe un infierno. La dividió en círculos, como edificaciones de armenios que venden herméticos pisos para una vida del primer mundo, pero en Montevideo. Por Matías Rótulo E n el medio del camino de nuestras vidas nos damos cuenta que nuestra ciudad es sucia porque una rata se nos cruza desde un contenedor, que tenemos una gran rabia contenida porque un perro nos mueve la cola y lo queremos patear, y que somos codiciosos, algo que descubrimos ni bien un gato negro se nos cruza cuando vamos rumbo al trabajo. Cuando vemos al gato, de inmediato pensamos en la mala suerte, porque la suerte es la única que nos puede salvar de seguir laburando. Entonces vamos atravesando puertas: la peor es la de la Intendencia de Montevideo que debería decir en letras de mármol: “Por mí se va…” ¿A dónde se va? Se va a un mundo incierto, desconocido, complicado, burocrático, infernal. Ojo, me refiero ya a la Divina Comedia