Por Matías Rótulo Quién sabe si en el pueblo las flores no se marchitan. Es cierto que los ríos se arriesgan a besar la orilla, y los sauces paran las lágrimas entre sus copas con risas que parecen más murmuraciones de viejas chusmas que hojas verdes y largas que se franelean entre sí, mientras el árbol representa el dolor de la naturaleza. Son unas inmorales. Esa tarde Cardona supo del duelo. "¡Mire que se levantó igual el polvo de las callecitas cuando el lechero llamó puerta por puerta!" dijo don aquel, hermano de ese otro que se casó con aquella china amurallada que no dejaba pasar las moscas hasta que vino el patrón y zas... Algunas viejas de luto lloraron hasta el amanecer. Nació un niño en 1907 y poco después se hizo hombre. Luego dicen que todo fue fiesta en la casa del viejo. Lo vio pasar el distraído, el compadre, y el mentiroso. Lo vieron pasar tranquilo, tranquilo, tranquilo, muy tranquilo arrastrando las patas y arrugado, pero bien bien
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