Luis murió de un disparo en la boca. Respiró su última bala, la masticó tanto que perdió ahí mismo todos sus dientes. Vomitó sangre por lo que le quedaba de mentón. La bala, o el efecto de la explosión le arrancó un granito interno del labio, uno de esos llamado "sapitos", que ni saltan ni son verdes, pero que tienen el nombre de un animal desagradable, un bichito que no nos pondríamos en nuestra boca nunca, pero lo llevamos con dolor cuando ellos se meten solitos. Por eso la princesa besa al sapito para conseguir que el príncipe vuelva a ser el hombre más bello de todos. Los sapitos y las ranitas parecen que mean cuando se asustan y por eso no nos pondríamos uno vivo en nuestras bocas, cerca de los lagrimales. Si, lagrimales de la boca. Esos lanza-chorros que disparan babita cuando comemos, estamos a punto de vomitar, besamos, cuando tenemos ganas de comer algo que nos gusta, ni bien un sabor nos impresiona por lo ácido, lo dulce, lo salado, lo agrío... Claro
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