ESAFILIACIÓN EDUCATIVA. ANALIZAN CAUSAS Y CONSECUENCIAS
La educación vista como forma de un cambio desde las diferentes miradas pedagógicas, desde Rousseau hasta nuestros años, tuvo siempre un componente social, un componente dinámico, de movilidad.
Por Matías Rótulo
Investigación. Con datos de jóvenes en situación de pobreza y profesionales calificados.
¿Cómo se ven a sí mismos los jóvenes que no trabajan ni estudian y están en situación de pobreza? ¿Qué expectativas tienen? Una aproximación al tema se intenta desde el estudio presentado ayer en las "VIII Jornadas de Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales": la investigadora Nohelia Lorda fue quien trabajó en el tema y quien realizó la exposición.
Su trabajo "Jóvenes en situación de pobreza que no estudian ni trabajan: una mirada desde la vulnerabilidad social" se realiza a partir de un estudio cualitativo "con jóvenes pobres que no estudian ni trabajan" y se plantea avanzar en el conocimiento de esa problemática, indagar en los motivos de su desvinculación del sistema educativo y en su relación con el mercado de trabajo.
Lorda maneja los datos de una investigación realizada en la ciudad de Salto, donde entrevistó a 16 jóvenes en situación de pobreza que no estudiaban ni trabajaban, y a profesionales calificados.
"Hay una clara diferencia entre los jóvenes que tienen entre 15 y 18 o 19 años y los que son mayores. El período transcurrido desde que desertaron en cierta forma condiciona su reintegración al sistema educativo; cuanto menores son el período y la edad, es más fácil para el joven retomar sus estudios, mientras que para aquellos jóvenes que hace más de dos o tres años que dejaron resulta más difícil, por lo cual aquí se podría hablar de casos de desafiliación".
Si bien el estudio puede ser reconocido por estos jóvenes como un elemento diferenciador a la hora de encontrar un trabajo, "no en todos los casos se puede apreciar una determinación y un plan definido para estudiar", y en los casos en que es así "se lo asocia a cursos informales y rápidos".
De esta forma advierte que la desvinculación de los jóvenes del sistema educativo se traduce en una segmentación que se hace cada vez más profunda y que reduce las oportunidades de interacción entre jóvenes de estratos sociales diferentes.
En la misma proporción se reducen las posibilidades de acumulación de capital social, humano, cultural y económico.
Una de las profesionales entrevistadas por Lorda indicó que las entrevistas a los jóvenes "siempre dan un discurso esperado", en referencia a las ganas de estudiar y las posibilidades de futuro. Pero ellos no siempre incorporan este discurso, "no es un valor propio, no es algo que les interese en este momento de su vida".
CAUSAS
Las causas que refieren a la desintegración del sistema educativo son, por un lado, la "situación socioeconómica", como la falta de capitales trasmitidos por la familia, que condiciona la situación de los jóvenes, que muchas veces los obliga a salir a trabajar para poder ayudar con el ingreso del hogar, "situación que se aprecia más en los hombres que en las mujeres".
Otros factores son el "embarazo adolescente", los "problemas de depresión y tratamiento psicológico", las "dificultades de rendimiento" y "la desmotivación".
Asimismo se pone en cuestionamiento la falta de espacios en la educación formal, así como la "inexistencia de referentes educativos en la familia" y la "influencia del entorno familiar, del grupo de pares y de sus redes informales".
Investigación. Con datos de jóvenes en situación de pobreza y profesionales calificados.
¿Cómo se ven a sí mismos los jóvenes que no trabajan ni estudian y están en situación de pobreza? ¿Qué expectativas tienen? Una aproximación al tema se intenta desde el estudio presentado ayer en las "VIII Jornadas de Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales": la investigadora Nohelia Lorda fue quien trabajó en el tema y quien realizó la exposición.
Su trabajo "Jóvenes en situación de pobreza que no estudian ni trabajan: una mirada desde la vulnerabilidad social" se realiza a partir de un estudio cualitativo "con jóvenes pobres que no estudian ni trabajan" y se plantea avanzar en el conocimiento de esa problemática, indagar en los motivos de su desvinculación del sistema educativo y en su relación con el mercado de trabajo.
Lorda maneja los datos de una investigación realizada en la ciudad de Salto, donde entrevistó a 16 jóvenes en situación de pobreza que no estudiaban ni trabajaban, y a profesionales calificados.
"Hay una clara diferencia entre los jóvenes que tienen entre 15 y 18 o 19 años y los que son mayores. El período transcurrido desde que desertaron en cierta forma condiciona su reintegración al sistema educativo; cuanto menores son el período y la edad, es más fácil para el joven retomar sus estudios, mientras que para aquellos jóvenes que hace más de dos o tres años que dejaron resulta más difícil, por lo cual aquí se podría hablar de casos de desafiliación".
Si bien el estudio puede ser reconocido por estos jóvenes como un elemento diferenciador a la hora de encontrar un trabajo, "no en todos los casos se puede apreciar una determinación y un plan definido para estudiar", y en los casos en que es así "se lo asocia a cursos informales y rápidos".
De esta forma advierte que la desvinculación de los jóvenes del sistema educativo se traduce en una segmentación que se hace cada vez más profunda y que reduce las oportunidades de interacción entre jóvenes de estratos sociales diferentes.
En la misma proporción se reducen las posibilidades de acumulación de capital social, humano, cultural y económico.
Una de las profesionales entrevistadas por Lorda indicó que las entrevistas a los jóvenes "siempre dan un discurso esperado", en referencia a las ganas de estudiar y las posibilidades de futuro. Pero ellos no siempre incorporan este discurso, "no es un valor propio, no es algo que les interese en este momento de su vida".
CAUSAS
Las causas que refieren a la desintegración del sistema educativo son, por un lado, la "situación socioeconómica", como la falta de capitales trasmitidos por la familia, que condiciona la situación de los jóvenes, que muchas veces los obliga a salir a trabajar para poder ayudar con el ingreso del hogar, "situación que se aprecia más en los hombres que en las mujeres".
Otros factores son el "embarazo adolescente", los "problemas de depresión y tratamiento psicológico", las "dificultades de rendimiento" y "la desmotivación".
Asimismo se pone en cuestionamiento la falta de espacios en la educación formal, así como la "inexistencia de referentes educativos en la familia" y la "influencia del entorno familiar, del grupo de pares y de sus redes informales".
REALIDAD URUGUAYA
Lorda indica que en 2006 "la tasa de desempleo para jóvenes de 14 a 19 años en Uruguay era de 36,9%, mientras que para jóvenes de 20 a 29 años era de un 17,6%, siendo el promedio para todo el país de un 10,9%".
"En términos de educación en la actualidad, por más que la proporción de jóvenes con menos de 9 años aprobados bajó de 41% a 35%, más de un tercio de los jóvenes no alcanza ese mínimo".
En el Interior "el porcentaje de abandono en educación secundaria pública de primero a cuarto grado para el año 2007, era de un 7,2% y el de repetición era de un 18,6%, mientras que en Montevideo se registró un 2,5% de abandono y un 33,6% de repetición".
Fuente, www.larepublica.com.uy
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Matías Rótulo.