Sr. vicepresidente de la República Oriental del Uruguay Raúl Sendic. Le suplico que no les haga caso, que no renuncie. Yo sé que no lo hará, porque usted ha mencionado que hay una suerte de "persecución" a su persona, pero al no mencionar quién lo persigue, mientras aparecen los culpables virtuales, su defensa es perfecta: no explicar nada es igual a la inexistente presencia física de quienes encabezan la campaña, una campaña sobre ese individuo multiplicado en la persona "nosotros" cuando el asunto es contra él y nada más que él (Sendic se dirige a sí mismo en tercera persona constantemente). Además, hablando de palabras, usted se ha caracterizado por silenciar al resto que lo acusa desde su silencio. Entonces no creo que responda a dicho pedido. ¡Me quedo tranquilo! He visto con dolor, ese que nos da cuando vemos tambalear lo que construimos con esfuerzo ciudadano, que algunos políticos le han pedido su renuncia. ¡Qué gran herramienta la de la palabra! La
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