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Mostrando las entradas etiquetadas como Papeles salvajes

La angustia del periodista

¿Cuál es el momento exacto de placer para un periodista en el ejercicio de su profesión? Me refiero al momento del goce máximo durante su tarea ¿Será el saber que uno tiene en sus manos  la primicia que una vez divulgada será la noticia del día? Por Matías Rótulo  La primicia, la nota publicada, el momento de escribirla, el comentario del lector, el “levante” en otros medios, todos esos son algunos momentos de pequeño placer personal. Es el placer del “poder” que uno genera en el otro: el poder de decir algo y ser escuchados o leídos. El otro, al decirnos que nos leyó, al leer nuestra nota en su programa de radio o hasta cuando nos critica ejerce también su poder ante nosotros porque valida lo que hicimos. Quien tiene poder le da el lugar al otro para decir lo que piensa, lo que siente. Quien tiene poder también se reserva el derecho de darle al otro la palabra. Todo pasa por cómo se usa ese poder. Pasa en una clase, donde el profesor les da la palabra a sus estudiantes o los

Borges Juez y parte

¿Quién no tiene un libro de Jorge Luis Borges en su biblioteca?  Por Matías Rótulo   En la literatura hay que evitar las curiosidades y paradojas psicológicas: homicidas por benevolencia, suicidas por contento: ¿Quién ignora que psicológicamente todo es posible? También hay que evitar las interpretaciones muy sorprendentes de obras y de personajes. La misoginia de Don Juan, etc. La lista de consejos de Borges y Bioy Casares, publicados en 1978 en la revista Quimera de Barcelona sigue. Son dieciséis en total. Es una lista de consejos llamada “Dieciséis consejos para quien quiera escribir libros. En literatura es preciso evitar”. Un manual de uso y destrucción.  El listado tiene recomendaciones que uno se pregunta si no son en realidad alguna broma de mal gusto: “novelas que en la trama guarda algún paralelismo con la de otro libro; Ulysses de Joyce”. O “la vanidad, la modestia, la pederastia, la falta de pederastia, el suicidio”. Bioy Casares en Museo , donde también

La violación a un niño estropeado

Fito Páez, en el disco  Rey Sol  (2000) publicó una canción cruda, pesada y cruel: “Acerca del niño proletario”. En el librillo del disco se lee como aclaración que se trata de una adaptación del cuento de Osvaldo Lamborghini.  Por Matías Rótulo Osvaldo Lamborghini  (Buenos Aires - 1940,  Barcelona – 1985) escribió “El niño proletario” como parte de su libro Sebregondi retrocede de 1973. Ambos se apoyan en el relato (aunque Páez le agrega música estridente) para narrar una historia que denuncia el predominio de una clase por encima de otra. Ese predominio redunda en la condena a los menos privilegiados, condenados por los contemporáneos, pero por también por los anteriores. Lamborghini escoge cuidadosamente sus palabras, aunque sea acusado injustamente de “demasiado directo”. Si la muerte nos estuviera rondando, arrinconados en nuestro miedo, seguramente no pensemos en nada, mucho menos en buenos modales antes de putear, carajear, insultar… o si lo quiere de un

Sarmiento, el hijo

En Papeles salvajes nos centramos en la figura de Sarmiento, un hombre que se construyó a sí mismo en sus escritos ¿Fue capaz de construir literariamente a quien le dio vida? ¿O habrá reconstruido históricamente a su madre a partir de sí mismo? Por Matías Rótulo  Sarmiento fue un hombre que se construyó a sí mismo por medio de sus escritos ¿Fue capaz de construir literariamente a quien le dio vida? ¿O habrá reconstruido históricamente a su madre a partir de sí mismo? Paula Albarracín de Sarmiento, ocupa un capítulo en “Recuerdos de provincia”[i]. Dicho capítulo se llama “Historia de mi madre”. Sarmiento se confiesa así como hijo aunque su intención parece ser la de reafirmar como político, heredero de una tradición familiar, educado, lector empedernido, reformador de la educación, fundador de escuelas, enemigo de Rosas, Facundo Quiroga y Artigas, autodidacta y político. En la obra, utiliza fuentes escritas (inclusive cierra la obra con un repaso de su propia bibliogr

El Quijote para haraganes en ciento tres páginas

Las versiones cortas de clásicos literarios son un insulto a la literatura y el autor lo aborda con ironía en este artículo.  Esta nota no será muy larga, de hecho, esta introducción tampoco lo será. No lo será. Por Matías Rótulo  Viajé a Buenos Aires. No tengo nada más para aportar del viaje. Sí, si tengo: resulta que entré a una de esas lindas y (por ahora para nosotros) baratas librerías de la calle Florida. Entonces lo vi. Delgado como su personaje principal. De costadito como esperando que alguien acaricie con la vista sus ciento tres páginas. Era El Quijote . Un Quijote de ciento tres páginas. En la tapa decía “El Quijote” quitándole toda solemnidad al resto del título, porque el título original es muy largo: “ El  Ingenioso… ” no, de tan largo que es prefiero no escribirlo. Estaba en un mostrador, un mostrador pequeño, no eran muchos libros los que reposaban encima. Había un cartel que rezaba: “libros de bolsillo”. Y ahí lo vi. Al lado de las ciento veinte pági