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Saciando con Pan el hambre del alma

En 2006, Luis Alberto Spinetta presentó Pan en Montevideo. Recordamos la crónica del diario La República de Montevideo en Apuntes spinetteanos. Por Matías Rótulo El disco Pan fue presentado en Uruguay, su más reciente trabajo discográfico que, según el propio Spinetta, cuenta las vicisitudes humanas, cuenta del amor, cuenta de su estado de ánimo. Repasó su extensa carrera musical, en uno de los mejores shows extranjeros de 2006 el jueves pasado en el Complejo Plaza. El jueves las musas rodearon el Complejo Plaza desde temprano, en aquella calurosa y húmeda noche de invierno. Esperaron como unas fanáticas enloquecidas a que llegara el flaco, para volverlo a enamorar, para que nos contara a nosotros lo que se siente vivir en estado de constante inspiración, de constante amor. Porque uno puede estar enamorado tanto como Spinetta, pero nadie podrá describir ese amor al modo Spinetta, al modo de uno de los compositores con más genio, músico talentoso, y guitarrista virtuos

Navidad en el 76

Por Matías Rótulo  S ube el que vende tarjetas navideñas. "Diez por diez", dice mostrando a un Papá Noel.  La señora se va al fondo con sus regalos, los aplasta al pasar junto a un gordo que ocupa el pasillo.  El guarda se pelea con una vieja, porque la vieja le dice, le reclama que es una vergüenza que hasta las 19 horas del 24, que sólo hasta esa hora, uno tenga ómnibus para viajar. Es el mismo 24 y son las 17 horas. Parece que la ciudad se conmociona. Los autos corretean. El ómnibus va lento, muy lento. La gente quiere llegar de una vez a sus hogares, pues es un día de encuentro, un día de felicidad, y de recogimiento. Un día de pensamiento. Sube un niño a cantar una canción. Una de esas dulces canciones de Navidad que cantada por un niño, es hermosa, pero por ese niño, paradójicamente a muchos le da lástima. El niño mientras canta mira para afuera. La canta entonando, pero como con un reflejo de la costumbre de salir a pedir dinero, o

Distracciones numerales para narrar el nacimiento de una niña llamada Ana

Te plancho la túnica y luego te lavás los dientes –lo dijo protestando, la hoy abuela por entonces madre, diez años dos, antes que naciera Ana-. -         -  Sí, estoy pronta –murmuró sonriendo, escapándose bandida, la hermana más grande, veinte meses dos, antes que naciera Ana-. -       -   Aquella es la luna más lin… me besaste –sonrió la madre por entonces hija después del beso, miles de segundos millones, antes que naciera Ana-. -         -   Se enjuagan las manos –imperando en el apartamento, dieciocho escalones mil seiscientos noventa, antes que naciera Ana. -         -  Tengo que mover mis pies después de aquel compás. Un dos tres, un dos tres –pensó la madre por entonces hija y hermana, tres compases cuatro, antes que naciera Ana. -         -  Y baila, da un paso hacia adelante y abre los dos brazos. Justo adelante –pensó el hermano, treinta metros tres y madrugada y media cuatro, antes que naciera Ana-. -        -   Ya estoy lista abuela –aseguró a medio vestir, l

Que le vaya mal al verdulero nuevo

En la esquina de mi casa hay una nueva frutería y verdulería. Hoy, de paso por la panadería, escuché la conversación entre dos personas: "vino para complicarle la vida a X". Resulta que el señor X tiene una verdulería y frutería callejera justo al lado de la panadería ubicada en U..., en un barrio popular de Montevideo.  Por Matías Rótulo Desde que vivo en el barrio, el señor X tiene su negocio con relativo buen éxito. Pero el demonio se instaló en la esquina. El nuevo verdulero no quiere trabajar y ganarse el pan dignamente, sino destruir los logros del más viejo. Eso es al menos lo que interpreté de la charla entre las vecinas. A eso se sumó otro vecino que le auguró al nuevo verdulero un mal destino.  Cual economista de televisión, o político televisado que sabe de economía lo mismo que yo de partículas de plomo, hizo un rápido cálculo sobre lo que el verdulero, instalado en un local bastante grande y que de a poco se va llenando de productos. Razonó que iba a

José Pedro Varela: agachate y…

José Pedro Varela escribió un libro de poesía " Ecos Perdidos"  que tuvo el visto bueno de Víctor Hugo y  El uruguayo tuvo que viajar a Francia para mostrarle su obra   ¿Qué opinó Víctor Hugo? Por Matías Rótulo El reformador de la educación pública no se merece un título tan altanero, atrevido, desubicado, ordinario y falto de educación. Pero… (los puntos suspensivos del título y de la nota refieren a todo lo que no puedo decir para que no me echen del sistema educativo público del cual soy parte). Quiero recomendar un libro de José Pedro Varela: el poeta. Se llama Ecos Perdidos. Es parte de la obra poética del barbudo del cuadro de la escuela. Publicado en 1968, José Pedro Varela y su editor le dan autoridad al libro mostrando el interés que tuvo Víctor Hugo por la poesía del uruguayo. Para llegar a la bendición de Víctor Hugo, Varela tuvo que oficiar de adolescente de hoy, desesperado por darle un disco compacto grabado por él mismo a Charly García. Disco que desp