Por Matías Rótulo Para la niña que lleva la luz y que en algún momento tendrá 17 Miré al futuro. Me vi mirando al pasado. Ella estaba en su presente. Lloraba esa tristeza de los felices. Porque nadie quiere enamorarse así. A los 17 tuvo un sueño, escribió una carta, movió las manos. La lágrima quedó aplastada en la palma. La uña fue pluma, y desgarró en la pared las letras de un nombre en silencio. Un nombre silencioso. Así, enamorada y todo, salió al jardín a mirarse al espejo del charco de la lluvia. A mojarse los pies helados del otoño. Salpicó de baile a las flores, murmuró una canción como si masticara el nombre de alguien que no merece ser besado por aquel viento que recoge los sonidos. El viento que silbó y le contó con rabia, que hizo pensar a la niña que nadie, pero nadie, nadie quiere estar enamorado así. Las hormigas esquivaron el pie y soportaron la carga de la hoja que se sostenía en un hilo amarillo de cadáver, del verde brillante, trozo d
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