Por Matías Rótulo (publicado el 23 de julio de 2012 en La República) Un uruguayo que estaba radicado en islas Canarias fue expulsado de España. La Policía lo trajo esposado hasta el aeropuerto de Carrasco donde fue entregado a Interpol. El Parlamento uruguayo estudia el caso, mientras denuncia que su expulsión fue ilegal y sin un juicio justo. Fue expulsado de España tras ser acusado de protagonizar hechos violentos en una manifestación pública. Él afirma (y los medios de Canarias también) que tales hechos violentos no existieron. Denunció a un jerarca público por difamación y le comenzó un juicio a fines de mayo, pero nunca se pudo presentar al juzgado porque ya estaba en Uruguay tras ser expulsado. Su documentación enviada desde España se perdió en el camino. Vino esposado como un delincuente de alta peligrosidad, y denuncia que no se siguió el debido proceso para la expulsión. Allá dejó a una hija de cinco años, una esposa y su trabajo como técnico metalúrgico. Acá
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