Jesús pecador, hijo de José crucificado y de María (la virgen), amante de María (la puta de Magdala), tuvo quien le escriba su historia. Por Matías Rótulo Si Jesús hubiera muerto de una bala en el pecho, o en la cabeza, o en el hígado, no llevarían los curas una bala para perdonar y castigar los errores humanos, tal como llevan hoy la cruz. ¿O sí la llevarían? Hay quienes (a pesar de todo) parecen idolatrar y rendirle homenaje a las balas, tan asesinas como las cruces de los romanos. De aquellos romanos. El hijo siempre está condenado a morir, a sufrir (así es la vida de los humanos desde el pecado aquel, el del fruto indefinido, la serpiente y la mujer). La madre (mujer ella) está condenada a morir dos veces, a sufrir dos veces. María, la virgen de Nazaret murió tres veces. Murió ante la negación, ante Dios, ante los pies sangrantes de su hijo. “La Madre” (la rusa) también murió el día que recibió el anuncio de su hijo que después de leer “la verdad” en libr